Una cita más con la historia: La previa de Francia vs. Alemania

Alemania nunca había derrotado a Italia en competencias internacionales. Aún no lo hacen: una victoria en penaltis es técnicamente un empate. Pero el sábado pasado en Burdeos, Alemania pudo superar a Italia por primera vez para llegar a las semifinales de la Euro 2016. Sin embargo, fue un hecho exitoso que vino con un gran costo. Alemania se enfrentará a Francia —un réplica del juego en el que sucedió la masacre de París el pasado noviembre— sin Mats Hummels por suspensión y sin los lesionados Mario Gomez y Sami Khedira. Schweinsteiger está en duda.

Hummels puede ser reemplazado, en teoría, por Benedikt Howedes con Julian Draxler sobre su flanco. Por supuesto, asumiendo que Joachim Löw regresará a una formación con cuatro defensores después de utilizar tres ante Italia. La posición de Khedira, su capacidad para pasar el balón y llenar espacios, es menos fácil de sustituir, particularmente si Schweinsteiger

El renovado sistema de la academia alemana ha producido decenas de jugadores de alto nivel pero, hasta el momento, ningún delantero central. Löw ha intentado jugar con un falso nueve, utilizando a Mario Götze y Thomas Müller, pero sin mucho éxito. En la Copa del Mundo terminó metiendo al delantero de 35 años, Miroslav Klose, para ganar presencia la frente. Para este torneo se vio forzado a convocar a Mario Gomez, delantero que supuestamente había dado todo en la Euro del 2012, pero que terminó como goleador en Turquía la temporada pasada con el Besiktas, equipo con el que ganó la liga.

Götze arrancó el torneo pero fue reemplazado por Gomez —autor del gol del triunfo ante Irlanda del Norte— luego de dos partidos decepcionante. Gomez también fue la punta de lanza de un ataque mejorado, involucrando cada vez más a Müller. Anotó y ganó un penalti en la victoria de 3-0 ante Eslovaquia. Se le extrañará por todo lo que ha aportado a este equipo. Götze o Müller, inclusive hasta Andre Schurrle— podrían jugar como delanteros centrales, o también Löw podría darle sus primeros minutos del torneo a Leroy Sane.

Löw parece haber repetido la misma dosis que en la Copa del Mundo, al optar por un rescatar a un delantero de la vieja escuela y ponerlo junto con alguien que opere la banda derecha. Joshua Kimmich no es (aún) el jugador que fue Philipp Lahm, pero la chispa que ha aportado para dominar el flanco derecho es digna de admirar.

Por su parte, Francia siente que todo se está dando a su favor. Luego de librarse de sus primeros cuatro enfrentamientos donde la segundas partes sanaron el daño de las pobres actuaciones de la primera mitad, los franceses revivieron en los cuartos de final; aunque cuando de conclusiones de se trata, la victoria de 5-2 sobre Islandia está acompañada del hecho que sus contrincantes se vieron desgastados física y emocionalmente durante la primera mitad del partido. De alguna forma, cuando Islandia peleó en el segundo tiempo y puso en jaque a Francia, surgieron muchas dudas sobre la defensa gala. Fue un recordatorio de que este mismo conjunto había concedido dos goles en cada uno de sus primeros tres partidos del año frente a Holanda, Rusia y Camerún.

N'Golo Kanté estará disponible de nuevo, lo que significa que el medio campo recuperaría su estabilidad, aunque habría algunos cambios. Didier Deschamps ha cambiado entre la formación 4-2-3-1 y 4-3-3 durante todo el torneo. Con la primera, Antoine Griezmann pude jugar arriba de Olivier Giroud y capitalizar mejor sus oportunidades, mientras que con la segunda formación, el jugador del Atlético se desplaza al lado derecho de Moussa Sissoko (o Kingsley Coman). Un 4-3-3 podría abrir espacio para Kanté, Paul Pogba, y Blaise Matuidi, lo que seguro aportaría control en el medio campo.

Pero tal vez la historia entre en juego. A pesar de que el escenario no se compara con la racha invicta de Italia ante Alemania en torneos internacionales, los franceses no han podido derrotar a los germanos en competencias oficiales desde 1958 —incluso aquella vez fue un partido por el tercer lugar—. Es cierto que esta racha implica sólo tres partidos, pero uno fue en cuartos de final del Mundial hace dos años, y los otros dos semifinales del mismo torneo; el más destacado el partido en Sevilla de 1982. Aquella noche, Toni Schumacher, el portero de Alemania Occidental, le partió la mandíbula a Patrick Battison, y después Francia desperdiciaría una ventaja de 3-1 en tiempo extra para perder la primera tanda de penaltis del Mundial.

Bajo estas circunstancias, lo más natural es ver a Deschamps salir con una alineación cuidadosa. Aunque hay una buena razón para atacar al cuadro alemán desde el principio antes de dejarlos acomodarse en el terreno de juego, también existe la posibilidad de cerrarles el juego, paralizarlos en el medio campo y alinear con 4-2-3-1 para añadir fluidez al juego.

@jonawils