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Joyería versátil hecha con algodón de azúcar

Martijntje Cornelia quedó fascinada con el proceso que se utiliza para hacer algodón de azúcar y diseñó una serie de anillos que cambian con el tiempo hechos del mismo material.
Imágenes cortesía del artista. 

Deja al algodón de azúcar en donde debe estar por un momento, y las finas hebras de azúcar pura y colorante, comenzarán a unirse entre sí, dejando un crujiente residuo que puede ser muy delicado o extremadamente duro. El proceso fascinó a la diseñadora alemana Martijntje Cornelia, quien utilizó el material para hacer joyería.

“Antes de que la pieza de algodón de azúcar alcance su estado solido, la coloco en un ambiente especial” dice Cornelia a The Creators Project. Este proceso toma la forma de las instalaciones de algodón pública. Ha dejado sus postres decorativos en parques, puentes, esculturas e incluso se confeccionó un traje rosa para andar por ahí. “Literalmente cada minuto puede darle otra dimensión a la sustancia. Cuando expones el algodón a la humedad o al aire, transforma su consistencia acolchonada en una sustancia flexible y suave. Después de eso, una pieza de algodón de azúcar puede variar de frágil a robusta. Depende totalmente del entorno en el que esté expuesto el algodón.

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Cornelia selecciona las partes más estéticas del residuo, les inserta resina y los monta en anillos de plástico. A diferencia de los diamantes, rubíes y otras gemas tradicionales, su trabajo cambia de forma y color conforme el tiempo pasa. Es un medio desafiante y gratificante. “A veces se siente como una lucha eterna con el material, pero como experimento mucho, me permite ser paciente,” dice. “Por ejemplo, una pieza de algodón de azúcar se puede romper tan fácil como la cerámica o el vidrio. También suena como un defecto pero lo veo como base de mi concepto… Me gustaría que la gente adopte el mismo carácter hacia mi obra. Me gustaría que la gente entendiera el carácter cambiante como algo positivo, en lugar de negativo.”

Después de dos años de investigación, desarrolló recientemente su primer serie de anillos terminados, justo a tiempo para exhibirlos en la Semana Alemana de Diseño y en SIERAAD, una exposición de joyería. Cornelia espera que la gente adopte esta versión del algodón de azúcar como lo ha hecho ella, y tiene unas palabras de suma importancia para aquellos que han tenido contacto con los Ring Pops u otras joyas dulces del pasado: “No, la gente no tendrá manos pegajosas después de usar mis joyas.”

Mira más del trabajo de Martijntje Cornelia en su sitio. Puedes comprar una sortija en Etsy.

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