Artículo publicado originalmente por VICE Alemania.La fotógrafa Carolin Auer estaba aburrida de la versión profundamente inmaculada del BDSM de la cultura pop. Entonces, para mostrar cómo luce realmente el cuerpo después de diez rondas de latigazos, decidió crear una serie fotográfica que no ocultara el dolor, y que enfatizara lo mucho que la gente disfruta lastimar a sus parejas."En la vida real, existe un gran deseo en las parejas de causarse placer y dolor mutuo", dice Auer. Durante varios meses, la fotógrafa documentó a 18 parejas, de entre 19 y 60 años, durante sus sesiones de BDSM. Su nuevo libro, Euphoria: Beauty in Pain, es la culminación de ese trabajo.
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Algunas de las sesiones tuvieron lugar en las casas de las personas fotografiadas, explica Auer, pero algunas otras sucedieron en "departamentos BDSM" completamente equipados. Independientemente de la locación, las tomas requirieron que los participantes depositaran toda su confianza en la fotógrafa. "En un momento, tuve que subirme al sofá con una pareja mientras la mujer estaba arrodillada frente a su pareja, sólo para capturar el ángulo perfecto", dice. "Siempre he sido capaz de ver una conexión muy bella entre las personas, así como su dolor y sufrimiento".A continuación podrás ver algunas fotos de Euphoria: Beauty in Pain.
"Wenn man genau hinschaut, kann man die Naht der Peitsche auf der Haut erkennen"
