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Identifican un híbrido del pariente más cercano del humano gracias a un hueso de 50,000 años de antigüedad

Si bien sabemos que los humanos primitivos, los neandertales y los denisovanos se cruzaron, este espécimen es el único descendiente de primera generación de esa cruza.
Imagen: Xenochka.

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

Los humanos son la única especie viviente del linaje Homo, pero hace miles de años, nuestros antepasados compartían territorio —y ocasionalmente incluso descendientes— con parientes cercanos de los homínidos.

Las cuevas de Denísova, en el Macizo de Altai, Siberia, eran un lugar frecuentado popularmente por todas estas criaturas homínidas. Los huesos indican que este lugar fue habitado por humanos primitivos, neandertales y denisovanos, una tercera y antigua especie de homínido llamada así por la cueva en que fue descubierta.

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Ahora, por primera vez, los científicos han identificado a un individuo con una madre neandertal y un padre denisovano, debido un hueso de la cueva llamado "Denisova 11." Según una investigación publicada el miércoles en Nature, la secuencia del genoma de Denisova 11 reveló que este individuo era una adolescente que vivió hace 50,000 años y que tenía al menos 13 años cuando murió.

"Junto con la presencia de ADN neandertal y denisovano en las personas de la antigüedad y las de la actualidad, esto sugiere que la mezcla entre los grupos de homínidos arcaicos y los modernos puede haber sido frecuente cuando se encontraron", escribieron los investigadores.

Dirigido por Viviane Slon, una antigua experta en ADN del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, el equipo utilizó una técnica llamada huella peptídica para investigar las complejidades de los ancestros de esta joven. Los resultados mostraron que "el 38.6% de los fragmentos de Denisova 11 tenían alelos que coincidían con el genoma de neandertal y el 42.3%, alelos que coincidían con el genoma denisovano", según el artículo.

Excavación en la cámara este de las Cuevas de Denísova. Imagen: Bence Viola, Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Los investigadores consideraron la posibilidad de que Denisova 11 no fuera descendiente directa de un denisovano y un neandertal, sino un miembro de una población mixta de estas especies en la cueva. Sin embargo, los modelos genéticos mostraron que las contribuciones casi iguales de ADN neandertal y denisovano eran mucho más consistentes con un escenario en el que los padres del individuo descendieran de distintos linajes de homínidos.

El genoma de Denisova 11 también contenía hallazgos interesantes sobre el origen de sus padres. Al hacer una referencia cruzada del ADN materno contra otros genomas neandertales, Slon y sus colegas descubrieron que la madre estaba más relacionada con un grupo de neandertales que habitaban Europa occidental que con los neandertales hallados en las cuevas de Denísova. Descubrieron también que el padre denisovano tenía algunos ancestros neandertales, corroborando aún más la historia de intercambio genético entre especies de homínidos en Eurasia.

Los humanos, los neandertales y los denisovanos seguían siendo linajes distintos, separados por la genética, la geografía y tal vez incluso la cultura hasta que los últimos dos desaparecieron hace unos 40.000 años. Pero a medida que se descubren más restos y se saca la secuencia de más genomas, es evidente que estos grupos también dejaron una compleja red de herencia mixta para que los científicos modernos la documentaran.