Mugre-à-porter

Synchrodogs es el nombre compartido que utilizan los fotógrafos ucranianos Tania Shcheglova y Roman Noven, una adorable pareja que afirma “citarse fuerte”; esto, tal y como lo imaginamos, implica simular ser ninfas de los bosques y correr aventuras desnudos entre el follaje, muchos besos con lengua, manoseos y comer todo tipo frutas prohibidas de árboles desconocidos por la ciencia moderna. Tania nos escribió hace poco para decirnos “Hey, le hemos hecho unas cuantas fotos a un tío de 42 años llamado Misha Koptev que confecciona ropa con cualquier clase de basura que se encuentra”. Aunque a la mayoría de los que llevan ropas encontradas en contenedores se les conoce como “vagabundos”, estábamos seguros de que los jóvenes Synchrodogs no tenían nada que ver con ellos. Habían seguido la pista de Misha (una tarea nada fácil, ya que está “borracho todo el tiempo”) en Lugansk, una ciudad ucraniana de 450.000 habitantes infestada de crimen. Misha lleva haciendo prendas desde 1993, pero no tiene empleo ni dinero, y podría debatirse si necesita saber una mierda sobre moda ya que no sabe coser, no ha estudiado diseño y no tiene acceso a televisión, internet o revistas. Le explicó a los Synchrodogs que “lo de la inspiración es una chorrada”, y procedió a encerrarlos en una habitación en el piso de su madre, con dos hombres gay sesentones y unas cuantas creaciones suyas tiradas sobre una capa de basura, mugre, bichos y huesos de animales. Misha, por su parte, se largó a echar un trago con un nene guapín y ya no regresó.