Todas las fotografías cortesía de Domina Lucía
Aunque os resulte extraño, algunos tíos consideran que cuando invitan a una mujer a tomar algo, o quedan con ella porque supuestamente son colegas, esta les recompensará con sexo. Es habitual que algunos hombres usen este privilegio masculino para atacar a aquellas que exigen la igualdad: si queréis derechos fundamentales, entonces, ¿por qué no pagáis por vuestras cosas?Una amiga vivió durante un año en una residencia universitaria de Virginia. Después de algún tiempo allí, consiguió entender que cuando un tío le proponía tomar algo o ir al cine, inmediatamente aquello se convertía en una cita y había que ponerse de tiros largos. Es obvio que lo que en realidad querían era meter la polla o casarse. En el ámbito local, en la sesión de tarde de los domingos, en la discoteca de mi pueblo, si un tío te invitaba a un Blue Tropical, pagabas tu parte con un morreo con lengua. Si en cambio tenían el detalle de pedirte un Malibú con piña, dejabas que te tocasen una teta.Confieso que cuando empecé a documentarme sobre nuestra protagonista, Domina Lucía, experimenté momentos críticos entre la satisfacción gonzo y el puritanismo judeocristiano. Su servicio estrella es la dominación financiera: se trata, básicamente, de contar con una corte de esclavos pagafantas que salivan por satisfacer los caprichos de su ama. A mí nunca me ha importado que me paguen así que, a lo mejor, no soy tan mojigata como pensaba. Cada vez más mujeres han decidido empezar a hacer de esta brecha del sistema patriarcal su propio negocio.
Publicidad
Publicidad
Normalmente, ¿escoges tú los regalos?Depende de lo que necesite en cada momento. Me han comprado un portátil, un iPad, aire acondicionado para mi casa, joyería, lencería… Lo más bestia que han hecho ha sido ingresarme directamente las pagas extras íntegras de verano y de invierno.¿En qué consiste controlar sus finanzas? ¿Les retienes sus tarjetas?Voy controlando sus gastos diarios o mensuales y comprobando que no han tenido ningún gasto extra en caprichos. Por el momento, no me ha echo falta retener ninguna tarjeta.Supongo que por teléfono, por ejemplo, es complicado saber si realmente tu esclavo te va a pagar.Para saber que verdaderamente hay un sumiso financiero detrás, lo primero que hago es exigirle un tributo (mi tiempo es oro y no me gusta perderlo). Una vez compruebo que ha realizado el pago, empiezo a invertir mi tiempo en él para averiguar más cosas sobre su vida y empezar a dominarlo económicamente y mentalmente.Mis esclavos se encargan de hacerme la vida más sencilla.
Publicidad