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Música

Gustavo "El Loko" Quintero: el primer rockero colombiano

A sus 76 años murió el auténtico frontman de la música popular colombiana.

Murió Gustavo "El Loko" Quintero, un auténtico frontman de la música popular colombiana, cuyo indiscutible aporte a la música tropical nos ha hecho olvidar una faceta poco explorada: su papel como pionero de la música rock en Colombia.

El Loco, como el rock mismo que se ha hecho en su país, fue ambiguo. Uno de los referentes fundacionales del chucu-chucu cuando cantó "La cinta verde" al lado de Los Teen Agers, el éxito más popular del primer tomo de los 14 Cañonazos. Pero lo hizo con una marca de nombre anglosajón y de uniformes y estéticas que ya imitaban a esos ídolos rocanroleros que venían de afuera. Además, lo haría después de una primigenia grabación rockera, mucho menos conocida por los millones que se saben alguna de sus canciones.

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Aquel episodio diluido por la fama de otros éxitos resume la aventura de los rockeros de tiempo completo que lo sucederían en las cinco décadas siguientes. Poca continuidad y mucha menos popularidad, pero siempre capaces de reflejar un tiempo, de acercarse a la sociedad que producía ese rocanrol e inclusive a ir más allá en su contexto, haciéndolo siempre a su modo y medida. El rock con el Loco, fue por primera vez colombiano, por la capacidad desde entonces supo tener para volverse un agente de la cultura nacional.

Un rock colombiano fue el que nació de imitar en un mal inglés una canción de Elvis Presley en la voz de Gustavo "El Loko" Quintero. En esa canción primigenia, titulada "When My Blue Moon Turns To Gold Again", el de Misisipi, tomaba un viejo tema hillbilly y lo ponía al servicio de un género musical urbano proyectado a nuevas generaciones; por su parte, su admirador antioqueño hizo muy poco rock and roll, pero al poco tiempo haría con los Teen Agers  lo mismo de El Rey: hacer citadinas tradiciones sonoras campesinas.

Tras el Loko vendrían rockeros de tiempo completo también colombianos, en referencia a su lugar histórico, el de una generación joven, intermedia en el ciclo de la vida, que por primera vez se visibilizaba como actora política y consumidora;  hijos de un país donde por primera vez la población urbana superaba a la rural, con sus consecuencias económicas, de consumo cultural y contacto mediático con el exterior; eran colombianos hastiados de la violencia partidista y también excluidos por el reajuste institucional y cultural que puso fin a ese momento histórico.

Y ahí, desde un amplio repertorio bailable, estuvo un cantante muy popular y muy loco. Un rockero, pero también, por supuesto, esa insignia de la música tropical que hoy los medios no han parado de despedir.