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Cultură

"Me torturaron en Guantánamo y lo único que me quedó fue esta estúpida camiseta"

Si Guantámamo fuera un museo, esto es lo que comprarías en la tiendita de recuerdos a la salida.

Guantánamo y Abu Ghraib son las prisiones gringas que, lejos del territorio estadounidense, llevaron la "guerra contra el terrorismo" a su extremo más abyecto e inhumano. Las fotos de soldados gringos posando sonrientes al lado de prisioneros (apenas sospechosos de cometer delitos) torturados y desnudos, algunos con capuchas en la cabeza, otros con una correa al cuello, fueron conocidas alrededor del mundo y constituyeron buena parte de las críticas más ácidas hechas al gobierno de George W. Bush.

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La lluvia de respuestas negativas continúa. Philip Toldeano es un artista conceptual inglés que vive en Nueva York hace 20 años. Decidió comercializar esta laguna legislativa en que se convirtieron ambas prisiones a través de una serie de souvenirs, esos objetos hijos del capitalismo que los gringos siempre buscan en sus salidas culturales. Su serie America the Giftshop consiste en diseñar objetos que se encontrarían en las típicas tiendas de recuerdos de turistas, haciendo una crítica a la política exterior de Bush, a las prisiones de Abu Ghraib y Guantánamo, y en el fondo, al consumismo norteamericano.

¿Cómo nació esta serie?

La idea nació porque estaba tan irritado y tan disgustado con la guerra en Irak y con la política externa de este país, que me pregunté lo siguiente: ¿si esa política externa tuviera una tienda de recuerdos, qué souveniers venderían allí? Después de tener esa idea, los objetos se me ocurrieron muy fácilmente.

¿Cómo fue el proceso de diseño?

Pues fue difícil porque algunas cosas no me las quisieron diseñar en Estados Unidos. Entonces, por ejemplo, el muñeco de Abu Ghraib lo tuve que mandar a hacer en China. Cuando busqué en Estados Unidos, encontré a un tipo especializado en estos muñecos, que tienen cabezas moviéndose en la mitad de Kentucky. Cuando le mandé el diseño, me dijo, con un acento sureño espantoso, que eso que le pedía era "un poco inusual". Me llamó a los cinco minutos diciéndome que el jefe le había prohibido hacerlo.

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"Saludos desde Abu Ghraib". Todas las fotos cortesía de Philip Toldeano.

¿Y, por ejemplo, la celda de prisión de Guantánamo?

Para eso encontré fotografías en Internet, encontré las especificaciones arquitectónicas de las celdas: hice un dibujo con medidas y todo. Lo mandé a China también, a un lugar que hacían castillos inflables y allí lo construyeron.

La réplica inflable de una celda de Guantánamo.

¿Qué quiere decir el emblema de la chocolatina?

"Shock and Awe" (conmociona y espanta) es un lema que ha tenido la doctrina militar norteamericana, en la que utilizan una fuerza abrumadora para paralizar al contrincante. Entonces, creé la chocolatina que dice "Choc and Awe" para hacer un juego de palabras en la envoltura, y el chocolate por dentro dice "Misión cumplida". Esa sí me la hicieron aquí en Estados Unidos.

Chocolatina "Choc and awe" y "Misión cumplida".

¿Y qué tal la mesa de centro? Esa es espantosa…

Esa nació a partir de una fotografía que vi de la prisión de Abu Ghraib. De hecho, la mayoría del trabajo se compone de imágenes existentes, que han salido en los medios mostrando las atrocidades norteamericanas. Entonces, gracias a eso, inspiración nunca me faltó. Difícil, eso sí, encontrar gente que estuviera dispuesta a hacer mis diseños. La mesa la hice en California, pero no fue tan difícil porque solamente mandé a hacer una mujer puesta en cuatro. El óvulo de vidrio lo mandé a hacer en otra parte y la capa de cuero negra la conseguí por ahí. Entonces el diseño final nadie lo vio.

¿Cuál es tu favorita?

El globo de nieve de Dick Cheney destruyendo los documentos. Ese me lo hizo un diseñador aquí en Nueva York, pero me cobró muy caro. Me costó unos tres mil dólares. Pero esa fue una gran idea. Tenía que hacerlo. El solo hecho de que haya pedacitos de papel flotando, porque la crítica es que él borró documentos gubernamentales, fue lo que más costó hacer.

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Dick Cheney, el vicepresidente de Estados Unidos en el gobierno de George W. Bush, destruyendo documentos secretos.

¿Qué comentarios has recibido de esta serie? ¿Te has enfrentado a muchas críticas?

Lo que quería hacer con esta serie era lograr que la gente se pusiera brava. Quería que sintieran ira. A mí me gusta del trabajo que es un sánduche de diferentes emociones. Yo quería que fuera chistoso, pero que, apenas te pararas de reír, te pusieras a pensar que nada de esto es inventado. Todo sucedió. Quería impresionarte. Es un tema muy serio. La gente me ha preguntado que cómo puedo estar tratando este tema tan a la ligera, pero lo que quiero es enfrentar a la gente y que no evitaran sentarse a pensar sobre él. Me gusta que cuando te ríes, estás desarmado y después la impresión te coge por detrás sin que te des cuenta.

"Me metieron a una prisión secreta y lo único que recibí fue esta miserable camiseta".

¿Pero te has encontrado con comentarios fuertes o, incluso, alguna demostración de fuerza en contra de tu trabajo?

Tristemente no. El problema es que esta serie la hice en 2008 y las redes sociales no tenían el poder que tienen hoy: no logró volverse viral como yo hubiera querido. Y como esa guerra, que aunque no se ha terminado todavía, ya no está en su furor, a la gente en este momento no le causa tanta incomodidad. No creo que la suficiente cantidad de gente la haya visto en el momento que salió, como para causar un escándalo, que es lo que yo quería. Quería que la gente sintiera lo suficiente como para poder empezar a discutir este tema.

"Regiones se están desestabilizando mientras tu esperas".

¿Cómo veías este trabajo a futuro?

Idealmente, el sueño era alquilar un espacio en un centro comercial, en algún estado en el centro de Estados Unidos y tener todas estas cosas ahí, como si estuvieran a la venta, pero no me alcanzó la plata. Porque siempre que lo muestro se trata de un almacén imaginario en la mitad de una galería. Pero me hubiera encantado lograr conseguir un espacio en un centro comercial y que la gente entrara y pudiera ver las obras y se preguntara "¿qué carajos es esto?".

Es una forma muy creativa de hacer una sátira en contra del gobierno…

Yo soy una persona extremadamente creativa.

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