Quieren impedir que tampones y toallas se encarezcan con la reforma tributaria

El pasado jueves 17 de noviembre, en una entrevista de RCN Radio, la Red por la Justicia Tributaria en Colombia, tomando como vocera a Natalia Moreno, encargada de los temas de género, pidió revocar el aumento del IVA en los productos higiénicos que se ocupan la menstruación femenina.

Entre las inconformidades, según estudios citados por Justicia Tributaria —una iniciativa de académicos, exfuncionarios de Estado y organizaciones— además del aumento del IVA se encuentran un aumento en los precios de los alimentos y medicinas, una disminución de la capacidad de compra de los colombianos y una reducción en el recaudo.

Como ya bien se sabe, los productos que entran a hacer parte de este cambio son todos los que ya de por sí tienen el 16% en IVA, entre los cuales se encuentran los tampones y las toallas para el periodo de la mujer.

¿Qué significa esto para las mujeres? ¿Por lo menos a largo plazo?

Si se incrementa al 19%, el IVA en el precio de toallas, tampones y protectores, el bolsillo de las mujeres colombianas se vería perjudicado. Según Moreno, el Gobierno los considera como un producto de lujo, pero en realidad son productos "de primera necesidad".

"Sacaremos, dentro de la campaña Tumbemos la Reforma, la propuesta 'Menstruación libre de impuestos' este 1 de diciembre, porque los productos de la canasta básica no deberían tener impuestos", afirma Natalia. Además, según ella, se hicieron los cálculos de lo que una mujer debe gastar en su vida (40 años menstruando) en toallas y tampones haciendo un promedio de precios en Colombia: a saber, tres toallas higiénicas por día del periodo. Cinco días de periodo (aproximado): 20 toallas. Es decir que, al año, según sus cálculos ––y la aritmética elemental de cualquiera––, sacaron un aproximado de 200 mil millones de pesos únicamente en impuestos.

Sin embargo, para Juan Ricardo Ortega, exdirector de la DIAN, este es un problema que va más allá de priorizar un debate de discriminación hacia la mujer colombiana. Para él, a pesar de que es un debate válido que ya se ha llevado a cabo en muchos otros países, lo que es necesario es entender la segmentación del mercado. "Es peligroso hablar de cada producto con su particularidad ––afirma–– porque todos pueden tener un discurso detrás".

Según Ortega, la esencia de la democracia es la tributación hacia una mejor oferta de bienes públicos, que en Colombia no es muy buena. "Acá lo que se está haciendo es distraer la discusión porque los impuestos no pueden ser divorciados de la oferta del país", afirma.

De esta manera, si se enfoca más bien el discurso en darle bienestar a la mujer, no por los productos que consuma en su periodo, sino más bien en un bienestar al hablar de maternidad, apoyo preescolar y en otros mecanismos como la copa menstrual (subsidiados por el Gobierno), estos problemas pasarían a un segundo plano.

"El robo más grande no es el IVA, es el hecho de tener un mal sistema de transporte, de educación y de salud, y en eso se equivocan los de la Red", afirma.

Pero para Natalia no se trata únicamente de la menstruación y de los productos que ésta conlleva: se trata también de artículos femeninos que en el mercado son significativamente más caros que el resto. De ahí surgen los "impuestos rosa"—lo que las mujeres pagan extra por productos que, por empaque, descripción o nombre, están dirigidos específicamente hacia ellas—, los productos cosméticos y la diferencia de consumo entre hombres y mujeres.

Para ella es entonces completamente necesario darle visibilidad a este tipo de problemas porque de por sí tienen un impacto directo con las mujeres colombianas. "Ya de por sí la brecha salarial de las mujeres con respecto a los hombres es del 20%", afirma.

Por eso, y desde ayer, se planillaron movilizaciones que se opongan a la discriminación de la mujer en la reforma. La primera se llevó a cabo ayer y la próxima se estará llevando a cabo el próximo 27 de noviembre.