Esta columna hace parte de la edición impresa de junio de VICE.
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Este artículo se publicó originalmente en THUMP Colombia.Ilustración por Daniel SeniorEl 30 de diciembre de 2004 en Buenos Aires, 194 personas murieron y 1.432 resultaron heridas en la discoteca República Cromañón a causa de un incendio provocado por las precarias medidas de seguridad del establecimiento, que condenó a los presentes a la muerte por no cumplir con las normas de seguridad necesarias para operar. La tragedia es un fuerte antecedente que aún sigue latente, pues tuvo repercusiones que derivaron en un cierre masivo de espacios que, en gran medida, menguaron la vida nocturna en Argentina y afectaron seriamente al sector musical.
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En la madrugada del 9 de octubre del año pasado, la escena electrónica local vivió un evento desafortunado, cuando parte del techo del ya desaparecido Billares Londres se desprendió sobre una pista de baile casi llena. Yo estaba presente. A menos de un metro, ahí al frente mío, minutos antes de tomar escenario el artista insignia del Detroit techno Carl Craig, se cayó el cielorraso. Vi cómo dos mujeres quedaban aplastadas contra el booth. El saldo final: alrededor de seis heridos y el cierre definitivo del bar. Increíblemente, no hubo víctimas mortales. De ahí que el escándalo durara poco y que los medios pasáramos a otros temas.Relacionado: Guía práctica para asistir a festivales de música (sin morir en el intento)
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