Trabajadoras sexuales autorretratadas

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Trabajadoras sexuales autorretratadas

¿Qué pasa cuando un grupo de mujeres trabajadoras sexuales recibe cámaras fotográficas para retratar sus propias vidas? Las Regias Reveladas del centro de Bogotá nos dan un adelanto.

La puta, la ramera, la buscona, la cualquiera, la impúdica, la fufurufa, la zorra, la grilla, la saltona. Estas palabras no son una estrategia de marketing de alguna empresa de esmaltes para uñas que quiera disparar sus ventas, sino un asunto profundo, que demuestra a vuelo de pájaro cómo la sociedad etiqueta a las mujeres y, sobre todo, los imaginarios negativos que recaen sobre las que ejercen el trabajo sexual. Es precisamente ese asunto de representación lo que quiere poner sobre la mesa 'Regias Reveladas', un proyecto fotográfico que busca luchar contra las generalidades e ir más a fondo en la realidad de las mujeres que ejercen este oficio.

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Ahora que está tan de moda aquello de desescalar el lenguaje, vale la pena preguntarnos por la manera como representamos y nombramos al otro. Somos la sociedad de las mil imágenes y una única palabra: el hombre gay, por ejemplo, entre más loca y graciosa sea, mejor funciona en el programa de chismes del sábado en la tarde. A la prostituta la adobamos con malas mañas y unas buenas piernas. Y si se trata de una mujer trans, seguramente el suspenso de la trama lo querremos puesto en su entrepierna.

"Representar" es un asunto cotidiano pero no por eso menos complejo. Es un acto que revela tanto más del sujeto que enuncia (y de su sistema de ideas), que de lo que intenta nombrar. "Cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa", reza un poema de Alejandra Pizarnik. Dependiendo del lugar en el mundo desde donde se hable, el uso del lenguaje y la manera de representar pueden ser dos cosas: para algunos un simple uso de eufemismos, para otros una lucha digna que trata de entender cómo las palabras son cápsulas que difunden ciertos imaginarios.

Lo que aplicaron Catalina Correa, María Adelaida Martínez y Laura Martínez, tres estudiantes de la Universidad de los Andes que ganaron el Desafío Ginebra 2014 por el empoderamiento de la mujer, fue entregar cámaras para darle al sistema una cachetada en la cara: ya no serían los medios de comunicación los que representarían a las trabajadoras sexuales y sus realidades, sino que serían ellas mismas, desde su propio entendimiento, quienes dispararían el flash para autorepresentarse.

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Catalina Correa y Laura Martínez en una visita que realizaron a la peluquería de Joys, una de las mujeres que participó en el proyecto.

"Lo que pretende el proyecto es atacar el estigma social a través de que las mujeres se representen a sí mismas y representen su vida. Que usen la imagen, los medios de comunicación y la tecnología para difundir su realidad", me cuenta Catalina Correa. "En ese sentido se ha ido construyendo un empoderamiento comunitario porque ellas han ido sintiendo que su vida no es lo que todo el mundo les ha dicho o lo que todo el mundo interpreta, sino que se han comenzado a dar cuenta de que su opinión importa, de que sus derechos importan y merecen ser defendidos o que merecen que ellas los defiendan".

Para lograr el objetivo de empoderar a las mujeres se realizaron siete talleres con varios grupos de trabajadoras sexuales del centro de Bogotá: las del sector de la Plaza de la Mariposa, que en su mayoría son mujeres lesbianas que ejercen la prostitución con hombres, y las mujeres transgénero y cisgénero (que es cuando la identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer), que se ubican en el barrio Santa Fe.

El grupo de mujeres durante uno de los talleres en el que analizaron la manera en que los medios de comunicación las representaban.

Según escribe Daniela Maldonado, una mujer trans lideresa de la Red Comunitaria Trans del barrio Santa Fe quien participa en el proyecto, "poder mostrar a través de nuestros lentes cómo vemos el mundo es importante, porque por primera vez le decimos a la sociedad cómo somos realmente. Siempre al mundo se le ha impuesto cómo deben vernos y tratarnos. A través de este proceso nos dan la oportunidad de ser nosotras las que le mostremos al mundo de lo que estamos hechas. En lo absoluto me interesa que alguien cambie lo que piensa de mí, sea bueno o malo, sólo que se dé cuenta de la otra parte de la historia contada de primera mano por sus propias protagonistas".

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La inauguración de 'Regias Reveladas' tendrá lugar en la galería Valenzuela Klenner el próximo 6 de agosto a las 7 p.m., desde donde comenzará a itinerar por varios sitios de la ciudad.

Les dejamos un adelanto de algunas imágenes que harán parte de la exposición:

Luz Mary Pardo, extrabajadora sexual desde hace 15 años, trabaja en la Universidad de los Andes como parte de la organización Parces para reivindicar la labor de estas mujeres.

Retrato realizado por Marta Quitián a sus hijos. Según el Observatorio de Trabajo Sexual de la organización Parces, el 56,8% de las personas que ejercen trabajo sexual tiene hijos/as.

"Regias reveladas significa para mí tener autoestima y decisión propia, que podemos opinar en cualquier tema, sea en donde sea", cuenta Marta sobre la experiencia. "Fue muy importante, porque nos aprendimos a conocer a nosotras mismas un poco más y nos sentimos aún más seguras. Nos sirvió para darnos cuenta de que podemos representar cualquier papel en otro aspecto".

Andrea Correa con un grupo de amigas en su habitación.

Daniela Maldonado dando clases de danza árabe en la cárcel La Picota, como parte del proyecto "Cuerpos en prisión, mentes en acción" de la Red Comunitaria Trans.

"Regia es una palabra que define de forma integral a una mujer que es de carácter fuerte, sexy, guerrera, con cojones y que siempre está lista para afrontar cualquier situación por difícil que sea con toda la actitud demostrada a través de cómo se identifica, se construye y vive sus experiencias en el día a día", dice Daniela Maldonado. "Regia va mas alla de la pretensión de ser bonita, arregladita o puestecita, pues esto resulta a veces ser falso, banal y superficial. Regia es un todo, es donde soy guapa, sexy, bonita, fuerte y berraca. Reveladas: porque somos mujeres cansadas de que los medios nos muestren como se les da la gana, que hagan de nosotros pornografía, un circo miserable que nos muestra como víctimas y victimarias , algo inmoral y que no es correcto. Por eso nos rebelamos, esto es un ejercicio de rebeldía".

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Joys Mejía, mujer trans, haciendo ofrendas el día de las ánimas en el Cementerio Central.

"Ser una regia revelada es representar el personaje que soy en mi vida a través de una historia donde los que hemos vivido y hemos representado sea una verdadera revelación. Regia por las cosas buenas y espectaculares que tengo por brindar y hacer ver de mí al mundo entero. Rebelada porque a través de las adversidades no quiero ser igual al resto de la gente, soy única, irremplazable e irrepetible".

Las Regias Reveladas representando los estereotipos de la "mujer ideal".