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arte

De la ropa a la piel: la artista colombiana que tatúa logos de prendas de segunda

María Camila Moreno busca encontrar la empatía y la identidad del otro por medio de su fascinación por la moda y la ropa.
Fotos cortesía de María Camila Moreno

Hay un álbum fotográfico sobre un pedestal. Lo primero que noto al mirar las fotos es que no soy yo, son otras personas que no conozco: estoy lejos de hacerlo ¿Pero cómo lo sé? Algunos tienen miradas profundas, otros sonríen y posan. Los siento humanos, pero entre ellos y yo hay una gran distancia.

Piel y ropa. Esos son los elementos principales en la narrativa de este álbum que es parte de la obra “Mirar y ser visto”, de María Camila Moreno. Sus personajes tienen una vestimenta particular, entre sus retratos aparecen fotos de puestos atiborrados de gorras y chaquetas, todas decoradas con esos logos. Los mismos logos que aparecen en las fotografías de tatuajes recién hechos, sobre pieles brillantes y enrojecidas. Reconozco algunos, son muñequitos de La Warner y marcas americanas, de esas que se encuentran en las tiendas de ropa de segunda en Bogotá.

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Alrededor del pedestal hay copias más grandes y enmarcadas de algunas de las fotografías, dando a entender la misma narrativa. A un costado están los diseños de los tatuajes, varios dibujos enmarcados sobre la pared, como estarían en un estudio de tatuadores. Un poco más al fondo hay una habitación oscura, dónde hay un perchero con chaquetas repletas de parches y un espejo enmarcado en luces neón color morado. Hay gente probándose las chaquetas, tomándose selfies frente al espejo viéndose muy malotes.

María Camila deambula por la exposición, la noche de la inauguración, con una vistosa chaqueta de cuero rosada. Es artista y tatuadora. A ella le interesa mucho la moda, para ella es una expresión de identidad, y así como el tatuaje, la considera una manera de alterar la configuración del cuerpo, de adornarlo para la mirada de otros pero también para reconocerse.

VICE: ¿Qué vino primero, la ropa o los tatuajes?
María Camila Moreno: Siempre me ha fascinado el tema de la ropa y de la moda en general, y eso me llevó a preguntarme sobre la construcción estética del cuerpo, a pensar de qué manera configuramos a diario una imagen que condiciona la forma en que somos percibidos en el mundo. Entonces todo gira en torno a preguntarme qué puede pensar la gente cuando me ve, y qué puedo pensar yo cuando veo a los demás. Los tatuajes ya se dieron como una consecuencia de esa búsqueda estética, me di de cuenta de que esa era otra forma de modificación corporal que me interesaba.

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¿Cómo llegaste a interesarte por ese estilo particular de ropa?
Pasa que yo trabajé vendiendo ropa mucho tiempo, y me di cuenta de este tipo de mercado de ropa de segunda que se movía sobre todo en Chapinero, era muy distinto. Comencé a identificarlo más cuando entré a la universidad, cuando estaba todo el tiempo en el centro, y comencé a ver prendas muy curiosas, muy interesantes, con bordados muy bonitos, con logos de Nike, de Disney, de los Looney Tunes. Me parecían prendas muy llamativas, muy bien hechas, muy complejas en su conexión, en la tela y siempre con esos bordados tan bonitos.

Ese estilo me pareció mucho más complejo y particular, y más allá de pensar si eran prendas que estigmatizaban a alguien, comencé a pensar en cómo eran una forma de identificarse con otros, de pertenecer a un grupo que se identificaba con ese estilo. Y es un estilo que me gusta, por la decisión que implica vestirse con esa estética en particular. Me parece un estilo percho, que viene de una preocupación por verse bien, y además es como una búsqueda de tesoros y eso lo hace más complejo de construir. Y el fin de todo es eso, verse ‘perchita’.

¿Por qué decidiste poner un vestidor como parte de la instalación?
En parte de mi investigación yo me baso en una teoría de Lacan que se llama “El estadio del espejo”, que habla de cómo el niño entre los 6 y los 18 meses genera su primer reconocimiento frente al espejo, ese reconocimiento amplía el concepto de imagen en el niño que entiende por primera vez que su cuerpo genera una imagen, que es el reflejo frente al espejo, y en su mente tiene el concepto de que existe la imagen de otros cuerpos que no son el suyo. De esa manera yo planteo que la imagen corporal se genera a través de un compuesto social y de la imagen de otros, y me interesaba la idea de ver cómo uno en público se podía ver en la piel del otro y tener la posibilidad de ver esas prendas con las que uno nunca tiene cercanía, y ponérselas y probárselas y mirarse al espejo y decir, bueno sí, este es mi cuerpo, y mi imagen se ve diferente.

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¿Quiénes son las personas en las fotografías?
Las personas de las fotos, son personas que tuve la oportunidad de tatuar. Yo lancé una convocatoria, por las redes de esos grupos de mercado web de ropa de segunda, ofreciendo los diseños de los tatuajes gratis, a cambio de que las personas llevaran una prenda con el logo que se iban a tatuar para tomarles la foto. Entonces son personas que tuve la oportunidad de tatuar y de conocer de una manera más cercana. Fue una parte muy chévere del proyecto porque pude tener una cercanía y no simplemente aprovecharme de la imagen de las personas capturándola, sino tener una visión más amplia.

¿Cómo fueron las sesiones de tatuaje?
Los tatuajes eran gratis, entonces las personas ya previamente me decían qué logo querían tatuarse y llevaban la prenda. Era divertido porque era a ciegas prácticamente, yo no conocía a las personas que iba a tatuar. Yo ponía el punto de encuentro en el estudio de tatuado. Ya en el estudio, ese momento era una oportunidad para tener un acercamiento real. Mientras uno está tatuando se da la oportunidad de conversar bastante con el cliente y se abre otro tipo de confianza.

Y es bastante grande, porque igual le estás confiando a un desconocido una parte de tu cuerpo y además de manera permanente, y no solo eso sino que también la gente se ponía en contacto y pude intercambiar prendas por otros tatuajes que ellos querían y prendas que yo también quería, entonces fue chévere, porque pude entrar también en el rol de intercambio y trueque de prendas.

¿Tienes tatuado alguno de los logos tú misma?
No, mira que sí me lo iba a tatuar, pero no alcancé. Pero sí me quiero tatuar el Porky, ese es mi favorito.

La exposición estará en la Cámara de comercio de Chapinero (Cl. 67 #8-32) hasta el 20 de Enero y habrá una vista guiada el 18 de Enero a las 4:00 p.m.

Sigue a Maria Camila por acá @emeceemege , y si tienes proyectos fotográficos escríbele a Juan por acá @juanoruge