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Música

Oscurantismo lisérgico y sinsentido selvático: Una entrevista con Fumaça Preta

Hablamos con Alex Figueira, sobre el nuevo disco de la tenebrosa y psicodélica banda y así como su sencillo "La Trampa".

En 2012, en el garaje de una casa en Ámsterdam, nació Fumaça Preta, una pesadilla selvática y agresiva que atreviesa el garage, música concreta y tropicalia sórdida. La historia cuenta que Alex Figueira, líder y baterista de la agrupación, con nacionalidad mitad portuguesa mitad venezolana, reclutó a un par de amigos: Los ingleses Stuart Carter, James Porch y el brasilero Joel Stones, y los invitó a tocar en el estudio que construyó en la parte trasera de su casa en la ciudad más loca de Holanda, para grabar un álbum en cinta y ocho canales. Entre improvisaciones, un sancocho sónico que pasa por la psicodelia, el fuzz funk, el punk, el acid house, el metal, y un libro de poemas, salió en 2014 el primer LP —homónimo— de la banda.

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Con este álbum compuesto por 11 canciones, todas en portugués, Fumaça Preta ha estado de gira durante todo el último año. Sin embargo, para empezar el 2016, la agrupación ha decidido tomar otro aire, están a punto de sacar un segundo disco. Para este nuevo lanzamiento, el cual ya mandaron a masterización, y saldrá en abril del próximo año, decidieron incluir canciones en español. Además, cambiaron su formación: Joel Stones, el ex vocalista, ya no forma parte de este álbum y ahora es Alex quien se encarga de las vocales, acompañado de Stuart Carter, quien toca la guitarra y los sintes, y James Porch. Para adelantar lo que se viene en este nuevo álbum, la banda lanzó “La Trampa”, su primer tema en español que recuerda un poco al unza-unza —afamado género asociado con la banda de Kusturica—, pero mucho, mucho, más psicodélico.

Hablamos con Alex para que nos contará sobre la gira en la que andaban, la nueva conformación de la banda y el nuevo disco que está por venir:

Hola, Alex ¿cómo va la gira?
¡Hola! Nos ha ido de maravilla. En la gran mayoría de las ciudades por donde pasamos era la primera vez que tocábamos y la receptividad del público no podría haber sido mejor. Creo que tendremos que regresar pronto a todos esos sitios. ¿Alguna historia loca por ahí que les haya pasado en estos nueve días de toques sin parar y que nos quieran compartir?
Créeme que hay bastantes, pero la que a mí más me gustó fue la del señor de 90 años que no paraba de bailar como un loco en el concierto de Dusseldorf y que terminó encendiendo la fiesta. Te juro que pensé que le iba a dar algo y probablemente terminaríamos en la cárcel pero aguantó hasta el final. Si llego a su edad, quiero ser como él. Supongo que ya han ido introduciendo a su repertorio los dos nuevos temas de su nuevo disco, ¿cómo se ha relacionado el público con ellos?
Sí, ambos forman parte del repertorio que hemos venido presentando en los últimos dos meses. Me atrevería a decir que a la gente le gusta mucho. “La Trampa” es un fenómeno antropológico. La gente se vuelve loca cuando la tocamos. A diferencia del álbum pasado y los dos sencillos que han sacado, que en su totalidad han sido en portugués, este nuevo trabajo viene con canciones en español. Mucho puede darse de que eres medio venezolano y dominas el español, pero ¿cómo surge esto? ¿Cómo se da?
Como casi todo lo que ocurre en Fumaça, el proceso surge de manera muy natural y sin premeditaciones. El primer disco era totalmente en portugués porque Joel Stones fue el encargado de las voces. Él es brasileño y tenía unas letras fabulosas en su idioma natal. Todo encajó perfectamente.

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En todo el nuevo material esa labor me ha tocado a mí, por eso creo que ha sido bastante natural que comiencen a surgir temas en castellano ya que he crecido con los dos idiomas, algo de lo cual me siento muy afortunado. En una entrevista para Mondosonoro, que diste en junio de este año, te preguntaban por el mensaje de las canciones de tu disco pasado. En ella contestaste que en su mayoría las canciones eran muy personales, que había mucho “sacanagem”, humor y que las letras eran producto de un libro de poemas de Joel. ¿De qué van las canciones de este nuevo disco? ¿De dónde salen?

Las letras en la nueva etapa de la banda siguen siendo muy personales en la mayoría de los casos. Sigue habiendo bastante “non sense” por el mero placer de confundir, pero muchas de las letras hablan de personajes o situaciones que conozco o me han afectado directamente. En algunos casos son bastante directas (como en “La Trampa”) pero en otros hay bastante espacio para la interpretación. Todo lo que está pasando en Venezuela y los efectos que ha tenido en las vidas (y muertes) de mucha gente que quiero ha tenido una enorme influencia en mi caso particular y creo es una de las razones por las que el nuevo disco será más sombrío que el primero. También se habla del amor y la muerte (esa línea tan tenue) o de la ironía de vivir más informados que nunca y al mismo tiempo más apáticos y esclavizados. 2015 fue un año muy turbulento en nuestras vidas pero que nos ha enseñado mucho. Todo eso se verá reflejado en el nuevo disco.

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“La Trampa”, es un poco más gitana que el resto de canciones de Fumaça, tira para un lado un poco más Kusturica, pero mucho más psicodélico. ¿Qué amalgama de música trae esta nueva producción?
Cuando escribimos ese tema yo andaba ensayando como un psicópata para un concierto que hice con Américo Brito, que es una leyenda viva de la música de Cabo Verde. Toqué la batería con una banda en la que casi todos los músicos eran de aquel país y con muchísimos más años de experiencia que yo. La responsabilidad de tocar junto a uno de los artistas que más admirado, además teniendo que probarle a los músicos restantes que aunque fuera mucho más joven y no llevara aquellos ritmos en la sangre como en su caso, me obligo a empeñarme más de la cuenta.

Así es como, en cada prueba de sonido, en cada ensayo o pequeño intervalo que hubiera en la faena con Fumaça, terminaba tocando funaná o coladera en la batería, como intentando aprovechar cada minuto. En uno de esos momentos Stuart se puso a inventar con el órgano y surgió todo de forma muy inesperada. Así es como hacemos música. Nunca entramos al estudio pensando que vamos a escribir una canción donde vamos a cruzar elementos "X" con instrumentos "Y". Siempre me ha gustado mucho el funaná pero nunca se me pasó por la cabeza mezclarlo con órganos gitanos.

En el nuevo disco hay una enorme diversidad de ritmos e influencias. Probablemente vaya desde el fado hasta el free jazz sin dejar de lado el metal de antes y la electrónica más arcaica, por nombrarte apenas algunos. Prefiero dejarle la labor analítica a los periodistas musicales. Es un disco para mentes y corazones abiertos.

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¿Cuál es la conformación de Fumaça Preta en esta nueva producción? ¿Hubo algún cambio con respecto a los discos pasados?
El único cambio es que ya no está Joel y el vocalista ahora soy yo. Oficialmente somos un trío. En vivo nos convertimos en cuarteto con la incorporación de Baldomero Verdú, un gran percusionista venezolano que vive en Londres y nos acompaña en todos los conciertos.

También tenemos algunas colaboraciones con instrumentos peculiares y hemos repetido la inclusión de una hermosa voz femenina en algunos temas, en esta ocasión a cargo de la talentosa Ibelisse Guardia Ferragutti.

A parte de llevar nueve días oyendo su música de corrido, ¿qué más oyen en Fumaça?
¡Jaja! Pués te diré que siempre hay mucha discusión en el carro cuando estamos viajando de gira y rara vez nos ponemos de acuerdo. Creo que todos tenemos gustos muy diferentes. A James le gusta mucho el techno y el acid house original. A Stuart le gusta mucho la música guitarrera, la llamada “musique concrete” y todo lo que tenga sintetizadores análogos estridentes. A mí me gusta mucho la música hecha fuera del omnipresente eje anglosajón, con especial énfasis en África, Brasil y el Caribe. Si pudieras escoger una imagen para describir lo que es Fumaça Preta ¿Cuál sería esa imagen?
Creo que no me atrevo. Si alguien lo pudiera resumir con una imagen, por favor que me la muestre. El disco está en masterización en este momento, ¿hay algo que se les haya quedado por fuera del nuevo álbum y que los tenga teniendo pesadillas?
El disco ya lo enviamos a la ¡fábrica! Creo que no se nos ha olvidado nada. He tratado de no escucharlo en las últimas semanas porque después de haberlo oído hasta la saciedad para mezclarlo, necesito desintoxicarme. Tal vez cuando ya esté prensado nos arrepentiremos de algo pero por ahora nos sentimos satisfechos. ¿Cuándo podremos oír todo el disco?
A mediados de abril saldrá a la venta. Creo que algunas semanas antes estará disponible para los más curiosos. Aparte de “La Trampa” y de “Apêlo”, ¿tienes algo más que nos puedas ir adelantando del disco?
"Apêlo" no entrará en el disco. Además de "La Trampa", habrán siete temas más para un total de ocho. Tres de ellos en castellano. Hay tres temas bastante largos. Rondarán los ocho minutos cada uno. Hay instrumentos que a mucha gente les parecerán extraños. Hay muchas texturas que se van sobreponiendo. Creo que a los que les gustó el primero les gustará aún más el segundo. Me parece que los elementos más sobresalientes del primero se han intensificado en este sin quitarle espacio a los nuevos. ¿Tienen pensado pasarse por Colombia? ¿Más o menos para cuándo nos darían el placer de verlos sobre el escenario?

La verdad es que no hay planes para ello pero de más está decir que es algo que nos gustaría mucho. Mis compañeros ingleses nunca han estado en Latinoamérica. Estoy seguro que les encantará. Es un país que me encantaría conocer porque me fascina su música.

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