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Música

Billy Corgan habló con nosotros de su nuevo disco y de por qué no le cae bien a la gente

Los Pumpkins están de regreso. Aunque nadie, y todos, se hayan dado cuenta.

Foto de Scarlett Page. ​

Billy Corgan es una broma para muchísimos músicos. Hasta para algunos medios. Se pone a interpretar obras literarias con sesiones de ruido de ocho horas, admira a Alex Jones, uno de esos gringos que creen en los Reptilianos y su llama se sigue llamando The Smashing Pumpkins. No ayuda en nada que haya decidido titular su nuevo álbum, que salió a la venta esta semana, Monuments to an Elegy ("Monumentos a una Elegía"), pero lo que es cierto es que, durante los últimos 9 años, bajos su liderazgo, los Pumpkins siguen siendo de los pocos actos noventeros que siguen vendiendo y produciendo sin ser, nada más, un monumento de nostalgia.

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Oceania, su penúltimo disco, vendió 54,000 copias en su primera semana. Y los últimos conciertos de los Pumpkins han gozado de muy buenas reseñas en Rolling Stone,Spin, y la BBC, aunque Corgan salga en portadas de revistas para gatos.

Monuments to an Elegy seguramente tendrá una recepción igual de cálida. Como todos esos discos de los Pumpkins que tienen títulos ridículos, mezcla bien esa combinación entre emociones bellas e íntimas con instrumentaciones cinematográficas. Aunque el internet se burló mucho de él cuando Corgan anunció que Tommy Lee era el nuevo baterista de la banda para este disco, la banda suena tan bien como sonaba en 1995.

Después de escuchar el disco, llamé a Billy para discutir su nueva sensibilidad, el por qué de Tommy Lee y las razones que hay detrás del odio que parece profesarle la gente.

¿Qué pasó para que Tommy Lee terminara siendo el baterista en un disco de los Pumpkins?

Billy Corgan: Estábamos tocando una canción que nos recordó a algo que Tommy podría haber tocado. Dije, de chiste, que necesitábamos a Tommy en este disco. Y la respuesta fue en serio: "Vamos a traerlo". Lo llamé al siguiente día. Fui a Los Ángeles a verlo. Me dijo que no tocaba solo en una canción, sino en todo el disco.

¿Te gustaba lo que hacía Tommy Lee en ese momento?

Uy, sí. Era muy fan de Crue cuando era joven. Conozco a Tommy desde los 90. Y Schroeder (Jeff Schroeder, actual guitarrista de los Pumpkins) era muy fan de los Crue. En realidad, es algo que se ve más extraño en papel de lo que en realidad es.

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¿Cómo eliges esos títulos de discos tan dramáticos y pomposos?

Nunca sé que responder a esas preguntas porque, en realidad, tampoco sé. Solamente aparecen en mi cabeza. Así escribía desde que era niño: cualquier cosa que me brotaba en la cabeza era la que escribía. Suena chocante, pero no sé cómo más decirlo: es la forma en la que funciona mi poesía interna. Era muy fan de William Burroughs cuando era más joven.

Escritura automática.

Todo es el subconsciente. Solamente hay que agregarle un par de cosas, para que haga sentido.

¿Te molesta que la gente se burle de eso?

No sé a qué te refieres. En realidad no leo nada sobre mí. Pero… ¿De qué chistes hablas? Me pusiste curioso.

Monuments to an Elegy es un título muy melodramático.

No más que Mellon Collie and the Infinite Sadness. La última vez que revisé, Mellon Collie vendió 10 millones de discos. No quiero victimizarme, pero fui bulleado de chico por ser melodramático. Porque me gustaba leer y el arte y cosas así. Así que cuando la gente se queja de esas cosas, creo que tiene más que ver con una sociedad que tiene miedo y reprime. Se me hace muy interesante que la gente se sienta amenazada por las palabras.

Soy heterosexual, que en muchos sentidos me hace menos propenso a ser "sensible". Eso es lo que la gente piensa. Y se me hace muy simpático. Me crié rodeado de atletas fuertes y muy viriles que se burlaban de eso, y nunca lo entendía, porque, para mí, los grandes hombres de la historia son introspectivos.

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¿Qué hay de distinto en este disco?

No sabría qué decir. La gente que participa, para empezar. Pero no sabría qué decir más allá de eso. Soy un artista más bien intuitivo. Hago las cosas más por adivinanza que por saber lo que estoy haciendo. Hice un show de sintetizadores durante 8 horas porque se me ocurrió ese mismo día. Así trabajo. Juego a ser un intelectual, pero no tengo idea de qué está pasando. También me gusta mucho la atención.

Ahora, regresando al tema de la sensibilidad: cuando nosotros empezamos la gente se incomodaba con mi imagen en los shows. Una imagen andrógina. Se subían al escenario a golpearme. Les movía mucho mi imagen y mi forma de moverme. Lo andrógino.

Tengo 22 años. Suena a un universo totalmente distinto.

Es un universo totalmente distinto - se manejaba un nivel increíble de represión. ¿Por qué está ahí? ¿Qué hace temblar, por dentro, a la gente? Son esas preguntas las que se responden con una gran pieza de arte. Yo vi mucho performance en los ochenta, y mi respuesta siempre era la misma. Un tipo se estaba embarrando chocolate y yo me shockeaba mucho. Y después pensé - ¿por qué me genera esta reacción? Es solo un tipo embarrándose de chocolate.

La gente se burla de tu banda, pero venden mucho. ¿Qué hay en tu música que guste a la gente?

Es una gran pregunta. Es muy difícil de responder, pero diría que hay cosas inherentes a la banda a las que la gente no se acostumbra. Que siguen generando incomodidad. Cómo suena mi voz. Y que soy un compositor. He estudiado mucho a los grandes y he trabajado con otros gigantes - Alan Moulder, Roy Thomas Baker, Butch Vig.

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He aprendido de formas tradicionales y me he rodeado de gente que trabaja así también. No sé qué me lleva a trabajar como trabajo. Como te dije, no entiendo nada de lo que hago. Pero lo hago. Y la gente que trabaja conmigo me ayuda a ubicarme.

Sigo aquí. La gente piensa que te pegan como a una piñata, pero si llevas años recibiendo golpes - ¿qué tan piñata eres? Se me ocurren 57 bandas de mi generación que tuvieron muchísimo hype y no llegaron a estas alturas.

A pesar de que tienes que lidiar con muchísima mierda, suenas contento.

Todo se resume en la creencia, que es muy personal, de que hay justicia en el cosmos. Durante 28 ó 30 años, todo mi estima dependía en si alguien pensaba bien de mí o no. Cuando te levantas de ese sueño, es impresionante. "Wow. Realmente no lo puedo hacer así, porque si dejo de importarle a la gente me voy a suicidar". Es una liberación maravillosa olvidarse de eso.