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Música

Desmenuzamos "Elemental", el álbum debut de Zyderal

Un manifiesto entre global y local, entre místico y callejero, que abona el terreno para nuevos sonidos en Colombia.

Zyderal es música que responde a un lenguaje global desde lo local. Es un proyecto que se influencia de mucho de lo que pasa en el mundo, pero bajo una mirada y una identidad latinoamericana. Agarra el drum and bass, el hip hop o el dubstep y lo aterriza en nuestro contexto; lo digiere, se lo apropia, lo mezcla con el espíritu latinoamericano del viento y la montaña. Y así, con la potencia del mestizaje, se lo ofrece a una escena que en Colombia anda en construcción. Este dúo ya venía dando vueltas por el circuito de bares de Bogotá y Cali. También por ferias y por festivales de la capital. Habían generado expectativa con sus presentaciones, con la experiencia que ofrecen sobre el escenario, complementada con visuales y una energía corporal absoluta. Pero por fin, con su álbum debut Elemental, se abona el terreno para el nacimiento de nuevos paradigmas en la música que se hace en el país.

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Zyderal es una búsqueda. Una exploración que empieza cuando Camilo Zúñiga, tras vivir cinco años en Londres y permearse por los sonidos ingleses y europeos, y Delfina, oriunda de Argentina y amante tanto la canción latinoamericana como de los ritmos urbanos, aterrizan en Bogotá hace alrededor de dos años. Se unieron en la incertidumbre para empezar a crear, teniendo como centro de operaciones Chapinero. Para ese entonces, Camilo estaba haciendo el trabajo instrumental, Delfina lo escuchó, se lo llevó y volvió a los tres días con melodía y letra. Había magia. Empezaron a dialogar, a entenderse y ver hasta qué lugares podían ir con las herramientas que tenían. Y así, el mundo de cada uno se encontró y, repletos de los souvenirs que traían de sus exploraciones, empezaron a hacer música.

Así nació Zyderal que, en pocas palabras, es un power dúo electrónico.

Luego de un año y medio de trabajo, el pasado 11 de noviembre, Camilo y Delfina lanzaron su primer álbum. Un año y medio en el que se dejaron sorprender por un proceso que puso nueve canciones sobre la mesa: solo sobrevivieron aquellas que se dieron de la manera más orgánica, sin fórmulas, solo salidas del corazón. Porque, a fin de cuentas, como dice Camilo, es "un disco que nace de la ingenuidad, y a eso se debe su honestidad".

El proyecto mantiene el concepto de canción. Es el fuerte de Delfina. Y aunque hay temas que partieron de lo instrumental y luego surgió la letra, "muchas se podrían tocar en guitarra y funcionarían", explica Camilo. En general hay un interés por transmitir mensajes por medio de una lírica que habla sobre estar vivo, sobre el amor, el desamor, los miedos y los sueño. Sobre el ser capaz de soltarse y vivir acorde con lo que uno cree. Y aunque los temas son cantados en primera persona, los códigos son muy abiertos y cualquiera se puede identificar.

Hay también cierta mística en las letras. Cierta búsqueda de magia y ritual. Muchas metáforas construidas desde la naturaleza, como sucede en canciones como "Temblor" –única donde Camilo participa en los coros-.  O en el mismo tono de "Único",  que resulta más explícita en esa búsqueda y donde se reafirma la independencia y el valor como individuos.

Y a esto se le debe sumar la versatilidad de Delfina con su voz, que puede botarse un rap gangster, como sucede en "Paso a Paso", uno más al estilo de la Mala Rodríguez como lo hace en "Instinto", o irse por el lado más melódico de su voz lo cual se puede apreciar en "Volaré" –canción a la que le harán el próximo video-.  Es, claro, una versatilidad necesaria dada la riqueza de elementos que, de manera casi obsesiva, busca incluir Camilo en cada canción. Elemental incluye el drum and bass de "Invisible", el dreampop de "Hija del viento", y hasta la mezcla de EDM, de pop, de dubstep de "Metal". Es un álbum capaz de transportarnos de la calle a las montañas, incluso dentro de una misma canción.

Todo el disco está hilado en los detalles, en el manejo de los recursos. Cada canción es un elemento guiado por un tono, por una intención. Es un manifiesto que se cierra con "Verdad", la canción más agresiva. Un tema donde se le da un cierre –no definitivo- a todo lo ocurrido: a las horas en el estudio, al esfuerzo creativo, a la posición en la que el dúo se para en este mundo. Una posición estética, de forma de vida y de sonido a la espera de un eco gigante que consolide una nueva escena en la capital.