FYI.

This story is over 5 years old.

Noticias

Hablamos con la autora de la carta sobre la muerte de las turistas argentinas en Ecuador

Guadalupe Acosta, una paraguaya de 20 años, fue la protagonista de las redes sociales el día de hoy.

"Ayer me mataron. Me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo. Me metieron una cuchillada y dejaron que muera desangrada". Así empieza la carta escrita por Guadalupe Acosta, una joven paraguaya de 20 años, que decidió hacerle seguimiento a la noticia que le dio la vuelta a varios países el pasado 28 de febrero: las autoridades ecuatorianas encontraron los cadáveres de dos turistas argentinas en Montañita, el famoso balneario.

Publicidad

Para su sorpresa (y para la mía) una ola de comentarios negativos se desprendieron de los hechos. Los comentarios de un artículo publicado en CNN, por ejemplo, en vez de incitar una búsqueda profunda sobre encontrar al responsable que hubiera cometido el crimen, se dedicaron meticulosamente a culpar a las chicas que "viajaban solas", que "probablemente tenían ropa provocativa" o que "no deberían andar solas por ahí". Una vieja historia de machismo.

Algunos de los comentarios en el artículo de CNN.

Retomemos los hechos. Marina Menegazzo (21 años) y María José Coni (22), turistas argentinas que habrían llegado a Ecuador el 22 de enero, fueron reportadas como desaparecidas hace más de una semana.

Un artículo de El Espectador relató cómo, después de unos días, las autoridades encontraron uno de los dos responsables de los asesinatos denominado "Segundo P" por los medios. Él aceptó los crímenes, bajo la confesión de que él y "Eduardo D", las habían matado ante el rechazo de ellas de querer tener relaciones sexuales con su grupo de hombres: a una con un golpe fuerte en la cabeza y a la otra con el uso de arma blanca. Fueron encontradas envueltas en bolsas de basura, con sus pertenencias, una semana después de su muerte.

A raíz de eso, Guadalupe resalta en su carta, "peor que la muerte, fue la humillación que vino después. Desde el momento que tuvieron mi cuerpo inerte nadie se preguntó donde estaba el hijo de puta que acabo con mis sueños, mis esperanzas, mi vida".

Publicidad

Como quise saber por qué se había tomado la vocería de otra persona par decir esas cosas, la contacté por Facebook para que me respondiera unas cuantas preguntas. Los comentarios que surgieron con la publicación de la noticia ––me dijo–– "[suavizaban] el acto, justificándose en hipotéticas conductas las chicas". Esta actitud fue la que la impulsó a publicar una crítica que hablara no sólo de los asesinatos, sino también de las opiniones machistas que las personas adoptaron frente ellos.

En cuanto a su pasado, Guadalupe me cuenta que ha tenido la oportunidad de estudiar en el extranjero y "salir me hizo dar cuenta de que mi sociedad tiene un atraso cultural muy arraigado al machismo y al patriarcado". Por eso, al ver las críticas de varias personas de sus países vecinos, no dudó en hacerse oír.

Para ella, la carta actúa como forma de defensa, en primera persona, de la memoria de estas dos chicas y de las miles de mujeres que son asesinadas y cuyas muertes quedan impunes.

De hecho, en un país como Colombia, según un informe de Medicina Legal brindado por Jhon Ruiz, miembro de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, cada día entre 2 y 3 mujeres son asesinadas y 45 son víctimas de violencia sexual; cada mes entre 3 o 4 mujeres sufren agresiones con agentes químicos y cada hora 4 mujeres son víctimas de violencia de pareja.

Cito las cifras locales porque este tipo de actos de violencia contra la mujer pueden llegar a pasar en todas partes: son transnacionales. Pasan: muchas personas alrededor del mundo (al menos de este hemisferio: Argentina, Chile, Perú, Ecuador) contestaron a la carta de Guadalupe. Según ella, todo pasó muy rápido, nunca pensó que se iba a volver tan grande, "pues casi siempre que escribía algo relacionado con la igualdad de género, solía escuchar comentarios muy machistas. Que provenían tanto de mujeres como hombres. Me impactó el apoyo".

Publicidad

A partir de su publicación en las redes, se incrementó la solidaridad con la familia de las víctimas y la carta se ha vuelto viral: "A medida que pasaban las horas y [la carta] se iba esparciendo, la verdad, tuve miedo. Era una mezcla entre emoción y mucho, mucho miedo. Pues soy una tipa tranquila, no me gusta llamar mucho la atención", me dijo Guadalupe.

Sin embargo, ya muchos trataron de censurarla en Facebook por usar las fotos de las chicas en los medios de comunicación (fotos de ellas antes de morir y una que muestra una bolsa negra de basura), porque, según los molestos, incumplía las normas de la comunidad. Pero al revisar su caso, Facebook no halló razones para censurarlo.

Actualmente, ya quedaron detenidos los sospechosos, pero las familias de Coni y de Menegazzo no creen que ellas pudieron relacionarse con los asesinos de ninguna manera. En un artículo reciente de un periódico local de Ecuador, llamado El Comercio, se afirma que los allegados a las víctimas apuntan más bien a una red de trata de personas, más que a un asesinato por sexo.

Más allá de lo que la gente aceptó su carta o no, lo que sí es claro es que el machismo todavía está presente y el típico "se lo buscó" desafortunadamente sigue en las bocas de muchos.

Así pues, Guadalupe, con su iniciativa, incitó a crear una marcha en Argentina y Paraguay por las dos chicas,mañana jueves, 3 de marzo. "Asistiré a la marcha que habrá en mi país para apoyar a la causa #niunamenos", movimiento que se originó en Argentina que se opone a la violencia contra la mujer.

En sus palabras: "Te pido que por mí y por todas las mujeres a quienes nos callaron, nos silenciaron, nos cagaron la vida y los sueños, levantes la voz. Vamos a pelear, yo a tu lado, en espíritu, y te prometo que un día vamos a ser tantas, que no existirán la cantidad de bolsas suficientes para callarnos a todas".