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Cultură

Ser madre le dio poderes psíquicos

Francisca, de 63 años de edad, comenzó hace 18 años a dar servicio a sus "pacientes", como ella les llama.

Todas las fotos son de la autora.

Francis piensa que ser madre le ha dado el poder para leer la mano y las cartas de Tarot. Todo empezó cuando sus amigos cercanos le pedían ayuda para resolver sus problemas, les daba consejos y un día le regalaron unas cartas, así fue como Francisca, de 63 años de edad, comenzó a dar servicio a sus "pacientes", como ella les llama, hace 18 años. Tiene todo tipo de pacientes, dice que por lo general van muchas mujeres solteras, pero también van las casadas, parejas, hombres solos y algunos jóvenes. Los temas varían, a veces preguntan sobre trabajo, a veces salud, pero los temas fuertes, dice Francis, son los del amor.

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Ella trabaja todo el día en el pasaje esotérico de la Plaza de las Estrellas, en la Ciudad de México, este pasaje que tiene ya 20 años, se encuentra al fondo de la plaza después de pasar los retratos de los artistas de televisión que han puesto la huellas de sus manos en el suelo. Son huellas color dorado y están desde las manos de Lucero hasta las de Juan Gabriel. El pasaje esta un poco escondido, como todo aquello que es místico.

En el día de las madres se acercan mucho a pedir consejos para sus familias y un buen amarre para que sus hijos consigan pareja. Francis recuerda que una vez "llegó una mamá desesperada porque su hijo no se curaba, tenía años y nada de lo que le daban los doctores lo curaban de sus enfermedades. Al pobre niño le salían todas las enfermedades, cuando no le daba gripa, le daba mal del estómago y así, hasta que un día me lo trajeron a mí, porque decían que era buena curandera de Iztapalapa, entonces lo curamos del espanto, lo limpiamos con muchas flores y dulces, hicimos un ritual de palo de lluvia y se curó y hasta la fecha me han dicho que es un niño sano", cuenta.

Desde ese momento yo también creí en ella, me gustaría que Francis me curara con dulces y flores, es el ritual más bonito que he escuchado. Francis me leyó la mano en una de las hermosas mesitas con flores moradas, me dijo que tendré marido y dos hijos, y que viviré hasta los 95 años.