El concierto que reventó toda la fuerza del hardcore colombiano

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Música

El concierto que reventó toda la fuerza del hardcore colombiano

En el 99 vino por primera vez Agnostic Front a Colombia y, desde ahí, el hardcore no volvió a ser el mismo.

Fotos Cortesía de: Mauricio Restrepo.

Bogotá 13 de agosto 1999. En la calle 127 con 19, al norte de la ciudad, cientos de personas se congregaban sobre el pavimento. Algunos estaban rapados, otros llevaban una "x" negra pintada en sus manos, o lucían pañoletas atadas en la cabeza. Muchos tenían tatuajes, aretes y una mirada furiosa. Eran seres atípicos, por fuera de los clásicos cánones estéticos que la capital dictaba. Eran figuras que manifestaban inconformidad, que decidieron vivir sin imposiciones. Todas se reunían en esa esquina para luego encerrarse en un pequeño auditorio y pasar la noche entre gritos, golpes, sudor y hardcore. Este punto de la ciudad se había convertido en uno de los órganos principales de esta escena, los seguidores pintaban fin de semana a fin de semana este paisaje.

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Pero esta noche era distinta. Había más gente, se escuchaban acentos de todo el país, había una vibra especial en el aire. Esta era una noche histórica: por fin una banda consagrada de hardcore internacional se presentaría en Colombia. La llegada de de Agnostic Front por primera vez al país marcaría un antes y un después.

​En los 90, el movimiento hardcore era muy solido en Bogotá. La escena comenzó a finales de los 80 y las primeras bandas tenían mucha influencia del hardcore punk, el cuál nació de grupos de cómo Bad Brains y Minor Threat. En el país, algunos de los primeros exponentes fueron grupos comoHP HC (Medellín) y Fátima (Bogotá). Y en este contexto, a principios de los 90, apareció en la capital Sin Salida, una banca con un sonido influenciado por el hardcore de Nueva York, proveniente de bandas como Madball o Biohazard. Esto causó una especie de revolución, en donde el grupo se posicionó como uno de los más influyentes de la escena nacional.

Ya a mediados de los 90, grupos como Boca Abajo, Determinación, Grito, Reacción en Cadena y Ataque en Contra encabezaron esta fuerte escena, cuyo punto de encuentro principal fue el Auditorio La Calleja: un pequeño espacio que quedaba sobre un banco y al que se llagaba por unas estrechas escaleras. Este lugar se convirtió en el corazón de la escena hardcore gracias, entre otras cosas, a que tenía un sonido brutal. Allí muchos se meterían a sus primeros pogos, darían sus primeros saltos desde un escenario y escucharían por primera vez las agresivas notas del underground capitalino. También sería el lugar donde toda una generación de amantes de la velocidad y la distorsión vería por primera vez una banda internacional.

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Roger Miret ​y Stigma

Vinnie Stigma.

​Rob Kabula.​

"Tuve que esperar 18 años para ver una banda de afuera", dice Will Rubio de Inmigrant Records, quienes trajeron a Agnostic el pasado 14 y 15 de octubre​. A pesar de la popularidad y la fuerza que tenía el hardcore, nunca una banda extranjera había pisado el país. Por eso, las dos fechas que este mítico grupo daría en la capital, causarían furor en todo Colombia.

La organización estuvo a cargo de Felipe Mazabel y Raúl Hernández (QEPD) de Sin Salida, quienes también administraban en auditorio La Calleja. Ambos vivieron en Estados Unidos y allá habían hecho el trabajo de contactar varias bandas. Y así, en 1999, cuando Agnostic sacó _Something's Gotta Give _​​__con poderosos temas como "Gotta Go" y "My Way", el parche de Sin Salida aprovechó y contactó al promotor argentino que había organizado la gira de la banda por Latinoamérica para traerla a territorio colombiano.

La banda llegó a Colombia con una formación de lujo: Roger Miret en la voz, Vinnie Stigma en la guitarra, Jim Colletti en la batería y Rob Kabula en el bajo. Mazabel cuenta que los músicos se quedaron en las casas de ellos y que la fiesta fue absoluta: "la pasamos muy bien, pero casi no me acuerdo de nada esos días", dice Felipe mientras ríe ruidosamente por el teléfono. Cuenta que no querían limitar el viaje de la banda solo a las fechas del toque, por lo que los llevaron a ver conciertos de música norteña y llanera, y a paseos por la sabana. Los neoyorkinos estaban encantados y hasta aprovecharon para comprar ruanas y sombreros. Pero lo mejor, según Mazabel, fue la ida a Cota: allá se pusieron coquetos con las chicas del pueblo y acabaron boleando puño con varios tipos celosos.

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El grupo parcheando en la calle.

Foto en la rueda de prensa.

Foto en la rueda de prensa.​

Luego llegaría el concierto y aquellas noches del 13 y 14 agosto quedarían grabadas en la memoria de los presentes y en la historia oral de la capital. Sin Salida (que abrió tocó las dos fechas) se encargó de calentar al público conformado por la vieja y la nueva escuela, por los skins, por los straigth edge, por uno que otro punkero, por menores de edad que daban sus primeros pasos en el underground, por viejos curtidos e integrantes de todas las bandas de la escena. Nadie quería perderse esta noche. Nadie quería  perder la oportunidad de ver a Agnostic Front.

La primera noche Mike salió con una camiseta de la selección Colombia y Stigma con una Gibson SG roja. Como todo buen concierto de hardcore, el pogo fluyó, la gente se subía al escenario para cantar, pegar, saltar… en fin, vivir el hardcore como se debe. Felipe Mazabel recuerda que  se subió en el escenario para cantar "Gotta Go", "Crucified" y  "Bloodsucker" a dúo con Roger. Conexión total.

Cartel original.

Después de esas dos noches el hardcore se esparció más. Muchos quedaron deslumbrados con la potencia de Agnostic Font y decidieron que la música era un estilo de vida. Will Rubio dice que después de esa noche, mucha gente que solo escuchaba Biohazard y Sick of It All, empezó a investigar más el hardcore para conocerlo a profundidad. Mauricio Restrepo (quien tomo las fotos del artículo) dice que ese concierto demostró la fuerza del hardcore colombiano y eso permitió que más bandas grandes como Madball y Hatebreed vinieran​. Abrió el camino para que desde los dosmil, Colombia se convirtiera en un país que recibe grupos de todo el mundo.

Después de esa noche Agnostic Front ha visitado cuatro veces más el país. Mike Gallo, actual bajista de la banda, dice que Colombia está entre su top cinco de lugares para tocar, por la energía y la pasión. La noche del 13 de agosto de 1999, esa pasión que se venía forjando en las calles y los escenarios del país terminó de explotar. Fue una especie de big bang que le dijo al mundo: "la escena hardcore colombiana es muy poderosa".