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Latinos en la NFL: Continuando con el Sueño Americano

Hace tiempo presentamos a algunos de los latinos que forman parte de la NFL, así que decidimos continuar haciendo mención a más de ellos.

Partimos de una triste realidad: la NFL es la liga menos "latinizada" de los Estados Unidos. Mientras que no podríamos entender las Grandes Ligas o la Major League Soccer sin el aporte de la sangre latina, el impacto que hemos tenido dentro de la NFL es pírrico, el talento llega a cuenta gotas y en su mayoría, es aportado por latinos de segunda o tercera generación. Es muy difícil llegar a la NFL sin pasar por el futbol colegial y eso limita la exportación de talentos desde nuestras ligas locales.

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Aun así, podemos encontrar algunos nombres dignos de mencionar. Comenzaremos con Roberto Aguayo quien tiene la doble nacionalidad. Su padre nació en Leon, Guanajuato y emigró a los Estados Unidos por lo que Roberto nació en Florida. Desde que era un niño, su padre buscó enamorarlo del futbol soccer sin embargo, él decidió inclinarse por el futbol americano ya que las becas universitarias para ese deporte eran más interesante.

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Como colegial, Roberto logró números espectaculares. Acertó 69 de 78 goles de campo, jamás falló un punto extra y en total aportó 405 para Florida State University, cifras que lo convirtieron en uno de los mejores pateadores de la historia del futbol americano colegial. Contra todos los pronósticos y faltándole aún un año de elegibilidad, los Buccaneers de Tampa Bay lo seleccionaron en la segunda ronda, decisión que fue duramente criticada por la afición. Hoy es el pateador titular del equipo aunque su primera temporada no ha sido del todo buena. Ha acertado 15 de 17 intentos de punto extra y tan sólo 7 de 12 goles de campo. Dentro de sus fallas, destaca el partido de la semana 5 donde falló intentos de 33 y 46 yardas respectivamente ante los Panthers de Carolina. Para su buena fortuna, tuvo la oportunidad de redimirse y al final del juego concretó un intento de 38 yardas que le dio la ventaja definitiva a su equipo.

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Al momento, Roberto Aguayo tiene contrato por cuatro años con un valor estimado de 4.05 millones de dólares, dependiendo de algunos bonos de productividad. Nada mal para el inicio de una prometedora carrera.

La historia de Kiko Alonso dista mucho de ser un cuento de hadas. Hijo de padre cubano y madre colombiana, Alonso nació en Massachusetts y actualmente juega con los Dolphins de Miami. Su carrera ha estado marcada por fuertes lesiones y suspensiones por mala conducta. Como colegial, se perdió toda la temporada de 2010 suspendido por manejar bajo influencia de sustancias prohibidas además de otros problemas legales menores. Su entrenador en aquel momento, Chip Kelly, decidió suspenderlo para dar un ejemplo en la plantilla. En 2011 regresó al primer equipo pero la situación no fue muy distinta. Fue arrestado por intento de robo a una mujer quien logró llamar al 911. Exámenes toxicológicos dieron positivos por alcohol y un arreglo extrajudicial lo salvó de ir a prisión. Aun así fue condenado a 200 horas de servicio comunitario.

A pesar de sus problemas legales, Kiko fue drafteado por los Bills de Buffallo en la segunda ronda (46° selección global). Su temporada de novato (2013) fue espectacular. Ligó cuatro partidos consecutivos con al menos una intercepción y en la semana 6 aportó 22 tacleadas para su equipo. Esa temporada fue nominado para el premio al "Novato del Año" y gano el premio "PFWA Defensive Rookie of the Year".

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Poco antes de la temporada siguiente se rompió el ligamento de la rodilla, por lo que se perdió por completo el 2014 tras pasar siete meses en recuperación. Desde entonces, su carrera ha trascurrido entre traspasos y nuevas lesiones. Al momento, está en la última temporada de un contrato que firmó por 4.3 millones de dólares y cuatro años. A partir de la siguiente temporada será agente libre y dado su historial de lesiones y mala conducta será complicado que encuentre lugar en algún equipo, pero ya veremos.

Jeremy Brevard / USA TODAY Sports

Ronald Eugene Rivera es un gran caso de éxito. Hijo de padre puertorriqueño y madre mexicana, Ron Rivera se desempeñó como linebacker durante nueve temporadas, todas con los Bears de Chicago y sin duda, el momento cumbre lo vivió en 1985 cuando fue parte del equipo campeón de la NFL. Chicago derrotó a New England 46-10.

Pero sus mayores éxitos llegaron después de su retiro. En 1999 fue nombrado entrenador de linebackers de los Eagles de Philadelphia, puesto que desempeñó con grandes logros durante tres temporadas. Tuvo un primer ascenso cuando Chicago lo nombró coordinador defensivo, puesto que también desempeñó años después con los San Diego Chargers. Finalmente, Carolina Panthers le dio la gran oportunidad y lo nombraron Head Coach, puesto en el que se ha desempeñado de forma sobresaliente desde 2011. Su labor ha sido tan buena que en 2013 y 2015 recibió el premio a "Mejor Entrenador del Año" y llevó a su equipo a disputar el Super Bowl en 2015.

Hoy, Ron Rivera acaba de firmar un contrato por tres años más y 19.2 millones de dólares, sueldo muy merecido gracias a los logros obtenidos. Estará con Carolina al menos hasta la temporada 2018 y las posibilidades de que su estancia se prolongue son muchas ya que tanto directivos como jugadores están muy contentos con su trabajo.

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