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MICHAEL CONRADS. El viaje de ilusiones ópticas en una obra de arte

¿Su obra es algún tipo de cazafantasmas o atrapasueños?
Fotografías de Anne Beentjes

El misticismo chamánico, los juegos de Pedro Friedeberg, el eco de Jodorowsky, los colores de Barragán y el arte huichol son magnetismos a México para un pintor alemán como Michael Conrads.

“Micha”, como le dicen aquí a Conrads, viene de ese mundo germano de la pintura donde Gerhard Richter es un príncipe del pincel, Sigmar Polke experimenta con pixeles y drogas alucinógenas, Manfred Kuttner con Op art y el Bauhaus hace la relación de forma y funcionalidad tras un análisis racional.

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¿Cómo converge el artista ambas culturas? La música minimalista es una estructura repetitiva que culmina en nuevos ritmos al paso del tiempo. Esa es la obra de Michael: figuras repetitivas que explotan en una Ciudad de México con sus calles y palmeras y colores urbanos o en triángulos que abrazan un círculo energético.

Un mandala te guía a meditar con el impacto visual: son las fuerzas que regulan el universo aterrizadas en figuras interactuando en un oasis circular. En los mandalas de Conrads, en un oasis isométrico. El cambio de posición de figuras geométricas congruentes crean dimensiones que la vista toma como resbaladero para la ilusión de volúmenes y movimiento.

La mente modifica lo que llega a través de los canales sensoriales y de la memoria. Michael juega con el viaje de la imagen que despega del cuadro para penetrar en tu mente con ilusiones ópticas y con el proceso de la pintura plasmado en sus obras terminadas y simultáneamente inconclusas.

Después de seis meses de residencia en la galería Marso, Michael expone en un recorrido de sus distintas técnicas y facetas, acuarela, óleo, chapopote, graffiti, Comex para decorar interiores y serigrafías sobre vidrio que hacen un guiño al pop art. Desde un rosa pastel hasta un neón, un marrón urbano, un tono de Barragán, un color tradicional mexicano, acrílicos lijados que muestran un proceso más que un pigmento.

Michael Conrads hace una manipulación entre lo figurativo y lo abstracto. ¿Es algo trascendental o es lo que es y no significa nada más? ¿Su obra es algún tipo de cazafantasmas o atrapasueños?

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A partir del 18 de agosto puedes ver una muestra en la Galería Marso: Berlín 37, col. Juárez.

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