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Educación

Los científicos piensan que la escuela debería empezar más tarde

La investigación sobre la falta de sueño en estudiantes sigue rindiendo frutos.
C. Devan/Getty Images.

La evidencia sigue indicando que la escuela empieza demasiado temprano, lo que deja a adolescentes atontados y con falta de sueño cuando deberían estar aprendiendo. Un estudio canadiense reciente subrayó ese punto, con la conclusión de que comenzar la escuela una hora más tarde probablemente mejoraría el aprendizaje y la salud mental, e incluso ayudaría a prevenir accidentes automovilísticos. Recientemente, un artículo de una importante organización de investigación del sueño reiteró esos beneficios. La nueva investigación sugiere que no sólo los estudiantes de preparatoria deberían dormir hasta más tarde: los estudiantes universitarios también podrían beneficiarse del descanso adicional.

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El llamado a dejar dormir a los adolescentes proviene de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés), con una declaración de posición publicada en el Journal of Clinical Sleep Medicine. Para los estudiantes de secundaria y preparatoria, dice la declaración, el día escolar debe comenzar a las 8:30 AM o más tarde. El grupo recomienda que los jóvenes de 13 a 18 años duerman regularmente de 8 a 10 horas, sin embargo, los datos de los Centros para el Control de Enfermedades muestran que casi el 70 por ciento de los estudiantes de preparatoria aseguran dormir 7 horas o menos durante las noches escolares.

El problema es que muchas escuelas simplemente no están diseñadas para los relojes circadianos de los adolescentes, que se recorren dos o tres horas más tarde cuando llegan a la pubertad, antes de regresar a cómo eran cuando cumplen veinte años. El cambio en su sistema hace que les sea más difícil dormir temprano a los adolescentes, lo cual, aunado a despertarse temprano, puede provocarles pérdida de sueño crónica.


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"Comenzar la escuela a las 8:30 AM o más tarde les da a los adolescentes una mejor oportunidad de obtener el sueño suficiente que necesitan para aprender y funcionar en un nivel óptimo", dijo el autor principal y ex presidente de la AASM, Nathaniel Watson, en un comunicado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Academia Americana de Pediatría y la Asociación Médica Americana también recomiendan tiempos de llegada recorridos. Curiosamente, ese estudio canadiense fue aún más lejos, con una recomendación de iniciar las clases a las 9:30 AM.

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No sólo los estudiantes de educación media y superior podrían beneficiarse de una mayor cantidad de sueño: Un nuevo estudio que toma en cuenta a estudiantes universitarios encontró resultados similares. De hecho, sugirió que el horario de llegada óptimo sería las 11 AM o mediodía; básicamente el consejo que te daría cualquier experto de clase alta.

Los autores llegaron a esa conclusión mediante la combinación de dos métodos. Encuestaron a los estudiantes sobre su cronotipo (cuándo duermen y cuándo se sienten más alerta), y crearon un modelo neurológico basado en la investigación de los ritmos circadianos. Tomaron en cuenta factores tales como la edad de los estudiantes, la ubicación geográfica de la universidad e incluso los efectos del horario de verano.


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Los dos métodos arrojaron resultados similares, los cuales refuerzan la premisa de la investigación general de que los tiempos de inicio tardíos les funcionan mejor a los estudiantes. Sin embargo, los investigadores señalan que gracias a los cronotipos diferentes es probable que cualquier hora de inicio ponga a alguien en desventaja. La solución más práctica podría ser tres comienzos alternativos junto con una sesión compartida por la tarde, cuando todo el mundo está relativamente alerta.

Es difícil decir si toda esta evidencia empírica producirá algún cambio. Después de todo, gran parte de esto no es un conocimiento nuevo; hay bastantes creencias profundamente arraigadas sobre las ventajas de madrugar y la conexión entre dormirse tarde y la pereza. Sin embargo, según algunas personas, "dormir es el nuevo símbolo de estatus". Tal vez este tipo de idea, combinada con la investigación más reciente, nos ayudará a rediseñar las instituciones para que se adapten mejor a nuestra necesidad de descanso.