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el fenómeno de los shortstops

¿Los mejores shortstops de la historia?: Cómo ayudan las nuevas métricas a los jugadores actuales

Como nunca antes, las nuevas estadísticas de fildeo están llevando a la generación actual de shortstops a ser la mejor de la historia
Charles LeClaire-USA TODAY Sports

[Nota del editor: Las Grandes Ligas entran a la temporada 2017 repletas, como nunca antes, de talento en la posición de shortstop. Más talento, incluso, que a comienzos y mediados de los 90, cuando Alex Rodríguez, Derek Jeter y Nomar Garciaparra debutaron. Esta semana, VICE Sports analizará la temporada que está por iniciar, y lo haremos revisando la posición de campocorto, y cómo ha evolucionado a lo largo de los últimos 100 años, y dónde está hoy.]

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El 24 de febrero de 1997, Tom Verducci de Sports Illustrated, publicó para la revista un reportaje de portada que se tituló "Long on Shortstops", con una fotografía de Derek Jeter y Alex Rodríguez, tomada en un tono jovial y fresco. Ambos jóvenes, bien parecidos y grandiosos. El artículo eran 2,700 palabras llenas de elogios. "Desde 1941", escribió Verducci, "no habían llegado tantos campocortos jóvenes con todo este potencial". Verducci no sólo hablaba de Jeter y Rodríguez, que aún no llegaban a los 23 años. Edgar Rentería ya estaba en las Grandes Ligas con los Marlins de Florida, mientras que Alex González y Rey Ordoñez iban en ascenso con Toronto y los Mets, respectivamente.

Verducci se enfocó en la evolución ofensiva de la posición. Por décadas, el campocorto había sido un puesto de poco bateo: piensen en Phil Rizzuto o Pee Wee Reese, nombres que no relacionamos con cuadrangulares descomunales o múltiples campeonatos de bateo. Y eso, precisamente, fue lo que la generación de torpederos de los 90 trajo a la mesa: más poder, por mucho, que lo que había visto toda la historia del juego, además de carisma de sobra. Casi un cuarto de siglo después, ese legado sigue con una nueva generación de shortstops brillantes, algunos de los cuales crecieron con un poster de Derek Jeter en sus paredes.

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Pero esta generación también está armada con una dotación completa de nuevas armas. El beisbol siempre ha sido un juego de centímetros. Hoy, con una docena de cámaras en cada parque de pelota, a menudo se vuelve un juego de milímetros. Los parámetros antiguos como la fuerza del brazo, el primer paso, y el énfasis incesante en los fundamentos, siguen pesando sobre el campo y siguen siendo el punto de partida para el scouteo. Pero, con más datos de posicionamiento que nunca, estos muchachos han llevado su capacidad atlética a otro nivel, la han combinado con estas métricas, y con todo ello, prometen ser la mejor generación de campocortos de la historia.

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"Si tuviera que desglosarlo en categorías", asegura Gary Jones, "lo separaría en estas tres: trabajo de pies, mecánica y ángulos. Estas son las cosas que marcan el juego de rutina". Jones sabe algo sobre defensiva dentro del cuadro. En 2017, está en su temporada profesional número 36, y en su cuarta como instructor de tercera base y cuadro de los Cubs de Chicago. En estos días pasa buena parte de su tiempo en los campos de Mesa, Arizona, instruyendo a un par de muchachos de los cuales seguramente ustedes habrán escuchado nombrar: Javy Baez y Addison Russell. Si nos basamos en lo que Jones dice, su trabajo no ha cambiado mucho en los últimos años.

"Todo empieza con el juego de rutina", asegura Jones. "Siempre le digo a los muchachos, que si no hacen las jugadas de rutina, tampoco estarán en el campo para hacer las grandes jugadas que terminan en los noticieros de ESPN. Sé que en los últimos 6 u 8 años, la analítica se ha convertido en una parte importante del juego, y los datos de posicionamiento aún más. Pero sigo creyendo en la filosofía tradicional porque, de una u otra forma, estos muchachos están en medio del cuadro, en una posición en la que principalmente siguen dependiendo de los fundamentos y de su capacidad atlética".

En otras palabras, tener un mejor conocimiento de hacia dónde se bateará la pelota ––lo que la nueva métrica informa a los jugadores–– no ayudará mucho si no logras atraparla. Es por eso que las cualidades que antes buscaban los scouts hace tres décadas, siguen siendo las mismas. La primera de ellas es la capacidad atlética. El campocorto, hoy como en 1997, sigue siendo el mejor atleta sobre el campo.

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Los Astros en una jugada en que tienen a dos campocortos, Alex Bergman y Carlos Correa, jugando en el lado izquierdo del cuadro. Foto por Jerome Miron-USA TODAY Sports

"Tienes muchos factores diferentes que definen la posición, pero son los mismos que siempre han existido", asegura el Gerente General de los Giants de San Francisco, Boby Evans. "Siempre estás revisando el alcance de un muchacho hacia su izquierda, hacia su derecha, su habilidad para fildear un elevado sobre su cabeza, la fuerza de su brazo, no solo para ejecutar doble plays, sino también para hacer un tiro desde el fondo del cuadro". Los shortstops actuales practican ángulos distintos que los que solían trabajar, pero las viejas habilidades les siguen sirviendo tan bien hoy, como hace una generación.

Tanto Baez como Russell, de los Cubs, que bien pudieran haber sido los mejores campocortos del beisbol hace cincuenta años, tienen esas habillidades a raudales. Lo mismo Carlos Correa de los Astros de Houston, incluso a pesar de haber tenido un año complicado. Francisco Lindor de los Indiands. Trea Turner de Washington. Corey Seager de los Dodgers, que casí fue el MVP el año pasado como novato. Brandon Crawford de San Francisco. Andrelton Simmons de Anaheim. Alemys Díaz de los Cardinals. Xander Bogaerts de los Red Sox.

Y estos muchachos tienen un ejército de datos para ayudarles en el camino. Esencialmente estás dotando a los mejores jugadores defensivos en el campo con información que los hará aún mejores. Hasta julio del año pasado, los shifts o formaciones especiales a la defensiva, según el seguimiento de Baseball Info Solutions y el reporte de FiveThirtyEight, se incrementaron en un gigantesco 1,323 por cierto desde 2011. Es decir, de una vez cada dos juegos, a casi seis por partido.

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Hasta las franquicias más conservadores del beisbol se están sumando a esta tendencia. ¿Y por qué no habrían de hacerlo? La lógica de la formación especial, tan antigua como Ted Williams, sigue siendo sencilla, y está muy lejos de ser revolucionaria: si el bateador intenta poner la bola en donde no hay nadie, ecuentra dónde es eso y pon a a alguien. Es la ejecución lo que sí ha mejorado.

"Las formaciones especiales han crecido en términos de cantidad", asegura Evans, "pero no es un concepto nuevo. Simplemente nos hemos vuelto mejores para utilizarlas". Esa mejora tomó unos años en implementarse de forma generalizada, mientras los equipos se ajustaban a los nuevos datos y descifraban la mejor forma de utilizarlos. En la actualidad, casi todos los equipos tienen un proceso para emplear la formación especial de acuerdo a sus intereses y patrones. Antes de cada serie, alguien se sienta y examina los diagramas de distribución de batazos de los bateadores rivales, que se generan mediante la dotación de cámaras y sensores que se han instalado en todos los parques de Grandes Ligas. Luego diseñan un plan de posicionamiento para cada jugador: el plan normal, el plan para bateador que jala el batazo a su banda, o para el que empuja la bola a la banda contraria. Los lanzadores también ofrecen retroalimentación sobre qué tanto debe reposicionarse el cuadro.

Con esto, los jugadores ejecutan la oden. Pero al final, es el instinto y la capacidad atlética de cada fildeador lo que convierte en realidad la expectativa de la información. El posicionamiento no es tan sencillo como revisar una localización en una hoja de cálculo y apuntar a la distancia. El conteo, la situación de cuántos outs van, cuántos hombres en base hay, y el marcador, son factores que interactúan de mil formas para determinar cuál es el mejor lugar para fildear un batazo en cierto momento. Es un arte, más que una ciencia, y los números sólo son un punto de partida.

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De hecho, el principal impacto que han tenido las nuevas estadísticas defensivas es en que le ha permitido a los equipos combinar mejor a sus jugadores dentro del cuadro, más que en el efecto de cualquier punto de posición de un defensivo en el cuadro. Al final, el beisbol sigue siendo un deporte de equipo y conocer un poco más sobre cómo batea la oposición podría inspirar a los equipos que tienen flexibilidad de personal a desplegar a sus jugadores en formas poco convencionales. Por ejemplo, piensen en los Astros con Correa y Alex Bergman alineando ambos del lado izquierdo del infield o los Cubs con Russell y Baez haciendo lo mismo. También podría ayudar a que los equipos contraten jugadores que puedan facilitar ese tipo de flexibilidad. Ahora mismo hay tantos buenos campocortos que no hay espacio para que todos jueguen.

En otros tiempos, por ejemplo, los equipos probablemente no habrían dejado en el campocorto por mucho tiempo a un jugador tan grande como Correa de 1.93. Pero la capacidad atlética y el alcance de Bergman en la tercera base le da al boricua la flexibilidad para pararse más cerca de la segunda base que la mayoría de los shortstops. Los Astros no tienen que preocuparse de si estan dejando pasar imparables, pues solo tienen que revisar las estadísticas para estar seguros de lo que está ocurriendo. Y quizás ningún equipo está haciendo un uso tan efectivo de un jugador como los Cubs con Baez y su compañero Ben Zobrist.

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Los jugadores lo han notado. "Hay tantas estadísticas actualmente", dice Cory Seager de los Dodgers, "que no tienes que cubrir todo el lado izquierdo del campo. Ves los números, cubres cinco pies de cada lado, y eso es todo lo que te piden. Definitivamente ayuda, y ayuda a la forma en que jugamos. Es bueno". La información reduce la incertidumbre, y le permite a los equipos conceder zonas del terreno con el conocimiento de que perderán solo un pequeño porcentaje de pelotas.

Un shortsop más alto, como Corey Seager, de 1.93, puede usar la analítica para ayudarle a posicionarse mejor sobre el campo. Foto: Kelvin Kuo-USA TODAY Sports

Una última cosa: el uso extensivo de esta información también ha generado un cambio silencioso en la forma conservadora en que se manejaban los coaches de Grandes Ligas. "Creo que los coaches, tanto en Ligas Menores como en Grandes Ligas, se han ajustado a la información", asegura Evans. "Creo que hasta cierto grado puede afectar para asignar el trabajo con los jugadores de cuadro. Si tienes alguien con aversión a las métricas y la analítica, buscarás a alguien que pueda manejar tus formaciones especiales. Creo que la mayoría de los coaches hoy se dan cuenta de que la analítica es información valiosa, y necesitar estar a la altura de los tiempos".

Eso es parte de un cambio de paradigma más amplio en la industria que busca instructores que no solo puedan ser maestros como lo han sido por generaciones, sino que de cierta forma sean traductores. Es decir, que puedan facilitar la transferencia de conocimiento de los analistas en la oficina hacia los jugadores en el campo.

Las formaciones especiales son, entonces, algo muy importante en el juego de un shortstop, pero no lo es todo. Los fundamentos de la defensa no han cambiado mucho, aunque hayan mejorado las herramientas que los apoyan. Y los campocortos actuales se están ganando un nombre más con sus bates que con sus guantes, tal como apuntó Jeff Sullivan recientemente, los shorstops, como generación, tuvieron la mejor temporada ofensiva de la historia. Pero el hecho es que este grupo también está generando titulares con sus guantes (particularmente Simmons, Crawford, Lindor y Baez), y como grupo tienen la oportunidad de compertir con la generación de los 90 para convertirse en la mejor de la historia.

La comparación no es tan alocada. "Para serte honesto, no creo que haya una diferencia entre ese grupo y este", asegura Jones que ha estado en el beisbol lo suficiente como para recordarlo de primera mano. "Quiero decir que los campocortos actuales son todos grandes atletas, todos son estudiosos del juego, y todos tienen grandes hábitos de trabajo. La única diferencia en este momento es que esos tipos, como Jeter o A-Rod, lo hicieron durante un gran periodo de tiempo. Los actuales siguen trabajando para demostrar que también pueden hacerlo". Síganlos de cerca. La temporada 2017 está por comenzar y es otra oportunidad para que uno de los mejores grupos de torpederos en la historia demuestren que pertenecen a donde están. Será especial.