Un tumor, un autogol, y una redada antidopaje: la semana de Marco Russ

No sé si eres el tipo de persona que cree en los días o semanas malditas, pero todos hemos pasado por una. Te levantas una mañana y lo primero que tiras es el café, y de alguna forma el resto de tu semana sale mal. El metro se descompone. Llegas tarde a una junta. Tu perro se muere, o algo parecido. Es de lo peor.

Pero tal vez no es lo peor que te puede pasar. ¿Quieres escuchar algo realmente malo? Puedes preguntárselo a Marco Russ, el capitán del Eintracht Frankfurt de la Bundesliga. El pobre hombre ha tenido la peor semana de su vida.

Todo empezó con una prueba antidopaje donde dio positivo, de la cual el Eintracht se enteró el miércoles. En una evaluación médica posterior, los doctores descubrieron que Russ en realidad tenía un tumor, el cual había causado que su cuerpo produjera un exceso de la hormona gonadotropina coriónica humana, clasificada como una hormona de crecimiento para la mejora del rendimiento físico.

A pesar del diagnóstico de su tumor, el miércoles por la tarde, la Agencia Nacional Antidopaje de Alemania cateó la residencia de Russ y las instalaciones de entrenamiento del Eintracht. Al día siguiente, la agencia defendió su actuar argumentando que no había recibido el papeleo donde se confirmaba la condición médica de Russ después de las redadas antidopaje.

Obviamente, el equipo se sorprendió. "Conozco a Marco desde hace 12 años", comentó el miércoles el delantero Alexander Meier. "Me pone muy triste que tenga que pasar por una situación tan difícil".

Esa situación difícil aún no concluía. El equipo terminó a dos lugares del sótano de la Bundesliga, lo que significa que tendría que jugar un partido de eliminación de ida y vuelta en contra del tercer mejor equipo de la segunda división alemana: el Nuremberg. Hay mucho en juego, ya que quien resulte ganador podrá jugar en la primera división la próxima temporada.

El primer partido de la serie se llevó a cabo anoche y, sorprendentemente, Russ formó parte de la alineación. Pero en el minuto 43, abrió el marcador al depositar el balón en su propia portería. Aunque el juego terminó empatado a un gol, el resultado no es bueno para Russ y sus compañeros. Como el equipo de Russ jugaba en casa, un empate a cero en el siguiente enfrentamiento en Nuremberg podría hacer descender al Eintracht por el gol de visitante. Puede que su gol haya hundido a su propio equipo.

Después del juego, Russ se negó a dar entrevistas.

"Si alguien recibe un diagnosis como ese, deberían dejarlo en paz", comentó el entrenador del Frankfurt, Niko Kovac, después del partido. "En realidad no puedo comprender lo que siente, pero definitivamente no es algo bueno".