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Comida

Una adolescente grabó a David Cameron comiendo Pringles y el Internet se volvió loco

Sentada a unos cuantos asientos de distancia de Cameron y sus guardaespaldas, la adolescente fue capaz de ver al político comiendo una lata de Pringles sabor páprika.
Phoebe Hurst
London, GB

La semana pasada, fue el primer ministro australiano, Tony Abbott, masticando cebolla cruda con el disfrute decidido de un bovino masticando. Antes de eso fue Barack Obama con brain freeze tras comerse un helado en cono y el pensamiento preocupante de que los diplomáticos encargados de la prevención de la guerra nuclear se alimentaran de queso de hebra y Twizzlers.

Los políticos que participan en la necesidad básica de consumir comida es bastante insignificante si se compara con el tipo de decisiones que impactan al mundo de las que son responsables, pero también es extrañamente fascinante.

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Para la entrega de esta semana de Politicians Eating Weird Shit, veremos a David Cameron, capturado in fraganti en una sesión en solitario comiendo bocadillos en (¿dónde más?) la cuenta de Twitter de una adolescente.

Una chica de 17 años identificada como "Ashleigh" en el sitio de redes sociales recientemente se encontró con el primer ministro británico en el mismo vuelo de easyJet con destino a Portugal.

Sentada a unos cuantos asientos de distancia de Cameron y sus guardaespaldas, la adolescente fue capaz de ver al político comiendo una lata de Pringles sabor páprika.

Ashleigh logró filmar un video de su compañero de viaje y lo subió a Twitter, tuiteando: "El primer ministro estaba a tres asientos de distancia de mí comiendo Paprika Pringles. Ayúdenme".

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El video pronto fue tomado por varios medios de prensa nacionales (¿Alguien dijo "temporada boba"?) y consiguió un retuit obligatorio de Pringles, antes de que Ashleigh hiciera privada su cuenta de Twitter junto con el cambio de su biografía a la comprensible frase: "SÍ, YO GRABÉ A DAVID CAMERON COMIENDO PRINGLES, ADIÓS".

En declaraciones a la BBC News, dijo: "Me pareció una experiencia muy humilde".

"Humilde" probablemente no sea la palabra que la mayoría de las personas usarían después de presenciar al hombre responsable de los recortes a las prestaciones sociales que han motivado a algunos británicos a suicidarse comiendo papas fritas en una mesa plegable, aunque Cameron comiendo bocadillos en su vuelo es sin duda mucho menos doloroso que ver sus intentos de comer un hot dog con un cuchillo y un tenedor o esa vez en la que fingió comer un pastel en una estación de tren de Leeds.

En las 24 horas desde que surgió el video de Ashleigh, The Daily Telegraph y otros se han vuelto locos sobre cómo el hecho de que Cameron coma papas fritas y vuele a Portugal en clase turista ("y nada más y nada menos que en un vuelo de easyJet ") es el comportamiento de un hombre del pueblo, y The Daily Mail lanzó un sondeo contundente del porqué los Pringles sabor páprika son tan adictivos, pero la verdadera pregunta –aparte de, ya sabes, lo que su gobierno planea hacer con la creciente crisis de migrantes en Calais o el número de graduados británicos sobre calificados atrapados en empleos de baja cualificación– es: ¿Por qué de páprika, Dave?

Todo el mundo sabe que los Pringles sabor crema y cebolla son los mejores.