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Música

Del micro a la sala de cine: Así es el flujo del sonido en el séptimo arte

Así trabaja el departamento de sonido antes, durante y después de una filmación.

El sonido en las películas es un olvidado arte, de esos que si está bien hecho nadie lo nota, pero si tiene algún problema puede sacarte del cine con mal sabor de boca o hacer que abandones tu estado vegetativo dominguero para buscar otra cosa menos molesta en el infinito universo del streaming. Y es que cuando se piensa en hacer cine, uno se imagina las cámaras, las luces, el talento y el glamour y pocos son los que se detienen a pensar en la grabación y post-producción de audio.

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He sabido por colegas, amigos y conocidos que estudiaron la carrera de cine, que cuando llegaba la hora de realizar algún proyecto fílmico, todo mundo se dividía en los diferentes departamentos, siendo dirección, producción, fotografía, arte e incluso guión los más peleados y dejaban al final al departamento de sonido. Tal cual, como el chavito que ningún capitán escogía a la hora de hacer los equipos cuando se armaba la reta. En el medio independiente es lo mismo. Después de haber gastado miles y miles en luces, cámaras y demás, llegan los realizadores a buscar estudios que hagan la post de audio para sus proyectos y siempre se disculpan con el mismo mantra de "Uy… Sólo que ya se nos acabó el dinero así que no hay presupuesto". Desafortunadamente es una carencia que ha trascendido de lo estudiantil y lo independiente hasta las esferas más pro, causando que el sonido deje mucho que desear en numerosas producciones nacionales.

Es sólo una amarga queja pero no es la regla. Cuando se cuida bien el sonido en una producción, los resultados suelen ser exponencialmente asombrosos. Obviamente para que esto suceda se requiere de un meticuloso flujo de trabajo, buena comunicación y mucha planeación. Y para poder realizar todas estas tareas se requiere de un departamento de sonido.

Fotografía: Creative Commons

La aventura comienza en la preproducción. Es importante que el departamento de sonido se organice y comunique con los otros departamentos para prever y resolver los retos y dificultades que se puedan presentar durante la filmación. Por ejemplo que la locación sea muy ruidosa, que la planta de luz quede muy cerca del set, que las acciones no permitan una buena captura de audio, entre otros. Para ello, el departamento de sonido debe determinar cuestiones cruciales como qué tipo de micrófonos funcionan mejor para cada secuencia y qué dificultades se pueden prevenir o aminorar trabajando en conjunto con los otros departamentos.

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Producción:
Una vez que se lleva a cabo la planeación, el equipo está listo para dar batalla en locación. La primera línea generalmente se compone por un operador de boom, que es quien sostiene la caña con el micrófono y un ingeniero de mezcla, que se encarga de hacer la grabación, así como de ajustar y monitorear los niveles. En muchas ocasiones, ambos puestos son cubiertos por una sola persona, mejor conocida como "el sonidista". Desde mi punto de vista, este trabajo es de los más divertidos que puede haber dentro del departamento de sonido, pues el operador de boom tiene que ser creativo y sigiloso como ninja para lograr capturar el audio en la mejor calidad posible sin meterse a cuadro, estorbar a los actores o medio-matarse con sus propios cables o su caña.

Terminado el rodaje, el material pasa a manos de un supervisor de edición de sonido. Es el puente que une al equipo de producción (operador de boom e ingeniero de mezcla) con el equipo de post-producción. Por otro lado, el supervisor de edición de sonido trabaja de la mano con el director para asegurarse que el proyecto concuerde con la visión del director y la propuesta estética del proyecto.

Fotografía: Creative Commons

Post-producción:
El equipo de post-producción recibe el material y se distribuye entre cinco editores y un artista. Cada uno se especializa en los diferentes elementos que componen la banda sonora del proyecto. Por lo general, el primero en meter las manos en la masa es el editor de diálogos, quien es responsable de montar y sincronizar con el video todos los diálogos que se hayan grabado durante la filmación. Entonces el editor de diálogos le envía el material al editor de ADR - automatic dialogue replacement, por sus siglas en inglés- quien se encarga de regrabar los diálogos que por alguna razón, la que sea, no se pudieron grabar en set. En esta etapa es muy importante tener en cuenta detalles como la ubicación del micrófono durante la toma o bien la distancia y posicionamiento de la fuente de sonido, con la finalidad de lograr que esta grabación "artificial" suene lo más natural posible.

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Teniendo todos los diálogos en su lugar, el material llega al editor de room tones, ambientes, quien se encarga de colorear las escenas con sus respectivos y sonidos ambientales. Parece algo simple, pero en ocasiones es necesario trabajar sonidos muy particulares que ayuden a definir las características acústicas de los ambientes. De ahí, el trabajo pasa al editor de efectos de sonido. Esta persona es algo así como un ratón de biblioteca que se encarga de buscar en bancos de sonidos o bien crear sonidos propios para aplicar sonidos no diegéticos, es decir que no están motivados por ninguna acción. Un clásico ejemplo es este impacto grave y profundo:

La contraparte del ratón de biblioteca podría ser el artista Foley, quien se encarga de grabar y aplicar todos los sonidos diegéticos, es decir motivados por alguna acción visible, como golpes, pasos, huesos rotos, etc. Dicho artista debe valerse de todo el ingenio y creatividad no solo para recrear sino reinterpretar e incluso inventar cualquier cantidad de sonidos. Estos bribones se valen de técnicas como freír tocino para emular lluvia o papel celofán para crear ese sonido delicioso de un cigarrillo consumiéndose en ECU (extreme close up). Finalmente el editor de música termina de sazonar el proyecto añadiendo y sincronizando la música

Tras semanas o hasta meses de trabajo, se envía el proyecto al mezclador de regrabación. Estamos hablando de una persona súper minuciosa que trabaja en una sala enorme con características similares a las de una sala de cine y es quien se encarga de integrar y mezclar todos los elementos anteriores de la mejor manera para conseguir el resultado final de la banda sonora. No obstante es importante mencionar que cada parte es de suma importancia en todo el proyecto y que los problemas que se gesten durante los primeros pasos del proceso recaerán sobre los siguientes, multiplicándose y agravándose conforme avanza el proceso. Por eso es importante tomar en cuenta que un sonido mal grabado no puede mejorar en postproducción, es un sonido malo y punto. Por ejemplo, si el ingeniero de mezcla en set graba diálogos deficientes, el problema se arrastra hasta el supervisor de edición quien a su vez tendrá que pasarlo al editor de diálogos, que si tampoco hace bien su chamba, el problema recaerá en el editor de ADR y así sucesivamente.

He ahí que la mejor recomendación consiste en hacer las cosas bien a la primera y evitar a toda costa heredar problemas y deficiencias a los pasos siguientes en el proceso. Ese otro mantra de "que lo arreglen en post" tampoco funciona. En el departamento de sonido, cada parte es fundamental, pues no importa lo pequeña que parezca la tarea, todo lo que ocurra se transmitirá por la cadena de manera exponencial, muy al estilo "el efecto mariposa". Por otro lado, para productores y realizadores independientes, tomen en cuenta este flujo de trabajo. No importa si el departamento entero es una sola persona o dos, seguir una organización como esta, les ahorrará muchos problemas. En pocas palabras, la practicidad y la buena calidad desde el principio se traducirán como excelentes resultados al final del proyecto.

Gerardo Barrera está en Twitter como @iliasasterion