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Música

Dick El Demasiado contraataca con grasa

El gran degenerador de ritmos vuelve a Colombia para tocar en Medellín y Bogotá. Holandés, hoy vive en tierras de Buñuel y cree que en Latinoamérica hay más de un imbécil que se pone gorrito de indio para sugerir autenticidad.

El gran cultor de la celulitis popular y degenerador de ritmos vuelve a Colombia para tocar en Medellín y Bogotá. Holandés, hoy vive en tierras de Buñuel y cree que en Latinoamérica hay más de un imbécil que se pone gorrito de indio para sugerir autenticidad.

«El show que haré es sacacorchos», me escribe Dick Verdult desde Calanda, el pueblo del director de cine Luis Buñuel donde vive y que según él es un buen lugar para hacer lo que mejor hace: distorsión popular. «Entrará una puntita por la fontanela del cráneo y lentamente le daré vuelta hasta que el sacacorchos llegue a la amígdala musical», agrega, recordándome que sus días allá están salpicados de niños y viejos, y que eso es todo lo que necesita, un pueblo con paciencia pero amante de lo explosivo. No es gratuito que sea más conocido como Dick El Demasiado, él solito llenó ocho salas del museo holandés de arte contemporáneo Van Abbemuseum con sus obras, dibujos pasajeros de un hombre que baja de un carro y recibe un botellazo o de dos policías que se toman de las manos alrededor de un asador. Collages digitales de conejos con escopetas y buques en mares gélidos que llevan un aviso que dice "Cumbia Caliente", filmes de ficción rodados en 16mm en los que un hombre barbudo es alcanzado por una lanza, esculturales enredos de teléfonos pegados con cinta y puestos sobre un archivador y todos los discos de cumbias lunáticas que ha editado con su sello Tomenota Records y cuyo logo es un tornillo y una tuerca echando paso. Dick posiblemente esté entre los donantes de semen que fecundaron la nueva cumbia en América Latina y su inseminación llegó por tres lados: Argentina, Guatemala y México, a donde no sólo llevó su primer álbum No nos dejamos afeitar (2002), sino que realizó las primeras ediciones del festival de cumbia experimental Festicumex. Para su festival, que en realidad data de 1996 y que inspiró el libro La lenta pero incesante degradación de las cumbias lunáticas, escrito por el musicólogo Ariel Goldsinger, Dick armaba agrupaciones de un día para otro con nombres como Padre Teresa o Los Subdesarrollados del Norte, y para sus discos la fórmula no era muy distinta a la de la cumbia villera, la "cumbia del pobre" que surgió en Buenos Aires con la llegada de los inmigrantes peruanos, bolivianos y paraguayos y que se producía con sintetizadores y máquinas de sonido de baja monta y pocos conocimientos musicales. Como buen papá, eso sí, Dick sabe que la criatura deparó en tendencia y que pasada la efervescencia de la cumbia digital, sobretodo, quedaron los que eran. Entre otros, su alter ego Sister Catacumbia, una señora que se supone es su hermana, cuya foto tomó de un perfil real de Facebook en la época en que estaba en contacto con los DJs de Guatemala y que con una sonrisa de oreja a oreja siempre firma sus posts y fotomontajes. «Lo que predecía con acidez en 2004», agrega Dick, «por mala fortuna se concretiza gracias al instinto de centenares de "buscadores de oro". Todo el mundo sampleándolo y agotándolo sin ponerle ideas, como si la cultura fuera un oso atado con cadena que se le puede obligar a saltar sobre llamas. A cierto momento el oso se va a la mierda y a la vez los adictos a la novedad van a mostrarse cansaditos, saturaditos y se van a buscar su nuevo "terreno virgen a violar". Pero no todo es mala noticia. Para nada. Lo que queda es el conocimiento que la cumbia existe en todas su posibles extensiones y eso ya es mucho en comparación con hace 20 años». Sobre Sister Catacumbia, cuyas misivas grasosas y sin parangón se pueden ver en su web, Dick me dice que está pensando en nuevos rumbos a degenerar, y como cirujano autodidacta de las sonoridades y culturas locales (que lo ha sido desde que en los años 90 pisó estas regiones) reivindica su sospecha sobre que muchos hacen música pensando en que los va a llevar a Europa o a Estados Unidos, «o qué sé yo. Es decir, lo ven como montarse una mula y ahí es donde entra el veneno porque la referencia de como vestir las canciones se toman de como lo van a consumir en otro lado. Y es ahí donde también entran las ofensas, como esos imbéciles que se ponen un gorrito de indio para sugerir autenticidad o simpatía con los originarios… Ahí ya se pasa la raya y se es directamente un parasito. Quiero mencionar que en todo lo que digo siempre hay buenas excepciones, pero son eso, excepciones».

PLAYLIST EXAGERADO
Canciones recomendadas para aprender a bailar y a distorsionar la música como Dick El Demasiado. 1. "Celulitis Popular A06"
2. "BINGI BINGI BINGI"
3. "Sábado Cultural"
4. "Pumpi"
5. "Búho sin Ratón"

*** Dick El Demasiado estará en Medellín, en Transfusión Bar, este 26 de septiembre. Luego el 1 de octubre [se presentará en Asilo, en Bogotá](El gran degenerador de ritmos vuelve a Colombia para tocar en Medellín y Bogotá. Holandés, hoy vive en tierras de Buñuel y cree que en Latinoamérica hay más de un imbécil que se pone gorrito de indio para sugerir autenticidad.). Lea nuestra pasada entrevista completa con el padre putativo de la cumbia experimental por aquí y siga al autor de esta columna, que a propósito con esta entrega se estrena en VICE, por acá.