Mi primo es un hombre de mar y siempre se ha reído de los que pescan esos peces-come-basura del puerto. Mujes, creo que los llaman. Me pregunto qué pensará él, veterano pescador gallego con medallas de oro en campeonatos nacionales, de las personas que pescan en medio de la ciudad. Y no en cualquier ciudad: en Madrid. EN UN ESTANQUE DE MADRID. Quizá ya le haya llegado el rumor de que esto sucede y es probable que, lejos de reírse, le parezca cojonudo lo que hacen.
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Nos acercamos al parque Juan Carlos I, junto al Ifema y no muy lejos del aeropuerto, para comprobar si es verdad que hay pescadores que practican su afición en plena urbe, sin necesidad de viajar a entornos rurales ni a la costa. Efectivamente, allí se encuentran David, Jaime, Diego, Jorge, Alberto, José, Cristian y Santi (vecino del cercano barrio de Barajas) en busca de carpas, percasoles y algún que otro black-bass.Algunos se pasan aquí cada tarde con sus cañas (las hay con dispositivos que suenan cuando la pieza pica y con ¿resortes a modo de tirachinas?) y hasta hacen sus propios cebos. Los hemos visto de pan duro, chorizo y ajo, ¡palabrita!. Unos cuentan que han llegado a levantar 10 kilos de pez, otros hablan de ríos preciosos en Extremadura y los hay que prefieren lanzar con pesos para practicar.Mientras les hacíamos estas fotos nos enteramos de que el estanque tiene apenas dos metros de profundidad y solo está permitido pescar en una zona concreta, por lo que es importante llegar pronto y coger sitio. Cuentan que los peces sufren estrés por culpa de los visitantes y que en esas condiciones el éxito depende únicamente de la suerte. Sorprende que la mayoría, a pesar de coincidir a menudo, no se conozcan entre ellos.
