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Santiago Ponzinibbio y la presión que implica ser peleador de UFC

Santiago Ponzinibbio representa a Argentina, Brasil y a la comunidad Latina en los Estados Unidos, y no es tarea fácil.

La gran mayoría de sus declaraciones, y las preguntas mismas de los periodistas, rondan acerca de técnicas, golpes, estrategias y tanto defectos como virtudes del rival de turno. Pero hay mucho más que eso en la cabeza del peleador, eso que no vemos y nos cuesta entender cuando la lógica previa se va por la borda y algún atleta entrega un resultado sorpresivo. Todos los músculos dispuestos a terminar con el contrincante se mueven en base a un cerebro que da órdenes y la cabeza es tal vez el sector que más entrenamiento requiere. En una intensa entrevista con Santiago Ponzinibbio, el argentino se atrevió a mostrar otra arista de los atletas de MMA.

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"La presión que el evento ejerce es muy grande. UFC es imponente y subirte a pelear a ese octágono da mucha presión. Después hay gente que la sabe llevar y otra que no", analizó apenas comenzada la charla, mientras le consultaba si había habido un cambio en su estilo de juego teniendo en cuenta que ahora es un atleta consolidado en la promotora y ya no late en él esa sensación de que con perder una o dos peleas podía ser echado de UFC y así terminar en segundos con el sueño de su vida.

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Definitivamente esta sensación es real en los peleadores. Los que recién arrancan conviven con ese temor de que, luego de recorrer un camino inmenso repleto de sacrificios, el sueño se puede hacer añicos en cuestión de minutos. De todas formas, Santiago explica que "cada persona es un mundo", e intenta razonar por qué él nunca tuvo ese miedo a perderlo todo. "Es mi esencia, no sólo para pelear sino para la vida. Cuando tuve que agarrar las cosas e irme a la mierda a Brasil ni lo pensé, y ni sabía qué iba a comer al otro día, terminé durmiendo en una carpa. Pero sabía que si quería cumplir mi sueño me tenía que ir de Argentina, no lo pensé ni dos veces", argumentó.

Justamente su salida de su país de origen fue uno de los puntos que marcó su carrera. Para dar semejante paso y dejar su vida atrás tuvo que hacer uso de su mente fuerte. "Las MMA allá siguen estando muy crudas. Yo soy un referente del deporte y lo viví con amigos de otros países que han conseguido trabajos en sus lugares de nacimiento. Nunca tuve ni una propuesta ni un incentivo del gobierno. Sólo logré dar seminarios en Argentina pero porque me moví yo, nunca tuve ni un sponsor, sólo los conseguí en Brasil y Estados Unidos. Lo positivo es que el cariño de la gente está, pero la estructura sigue muy cruda. Mi país políticamente está muy dividido y es así con todo, inclusive con las artes marciales", expresó, y agregó: "Esa realidad fue uno de los motivos por los que me fui, era consciente de lo que pasaba. Me arriesgué, no me quise quedar por todo esto que pasa".

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En cuanto a su futuro inmediato, enfrentará el próximo 6 de agosto a Zak Cummings en lo que será su séptima pelea en UFC. A pesar de ya ser un atleta instalado en el ambiente y respetado en las filas del American Top Team, sabe que cualquier arma que le permita perfeccionar su juego es bienvenida, y por eso probó con una psicóloga deportiva que lo ayudó en la previa a sus últimos dos combates: "Ahora tengo una coach con la que trabajo ciertas cosas mentales. Ayuda, yo tengo la cabeza bien pero cualquier cosa que pienso que pueda ayudarme la voy a hacer. Quieras o no en nuestro subconsciente quedan pensamientos que no queremos que estén pero están ahí. Cada persona es un mundo y tiene sus propios fantasmas".

"Yo ahora logré estar más estable", continuó, y destacó que su forma de combatir también lo ayuda. "Tengo buenas victorias y mis peleas por lo general venden porque mi estilo es atractivo. Fui reconocido cuando hice The Ultimate Fighter Brasil y en UFC ya gané un bono. Tengo buenos nocauts y hasta cuando perdí di el corazón, eso me deja tranquilo".

El cerebro de Ponzinibbio le da la orden de nunca estancarse. Apenas llegó a UFC apuntó a conseguir su primera victoria y ahora, ya con cuatro en su lomo, su próximo desafío radica en meterse entre los top quince de los wélter. "Se me viene un rival difícil pero yo sé que soy mejor que él, confío mucho en mis condiciones. Es una pelea más en este nuevo paso que tengo que dar. Yo mismo me voy corriendo mis objetivos a medida que los voy logrando", tiró.

Ese hambre de triunfar y esa cabeza ganadora son tal vez armas más potentes que sus propios puños. A nivel mental, Santiago Ponzinibbio ya pasó lo peor y hoy está más fuerte que nunca, sólo pensando en arrasar a Cummings. Definitivamente, en la carrera de un peleador, no todo pasa por la fuerza y la potencia de los golpes.