Fotos emblemáticas de la escena punk del San Francisco de los setenta

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Fotos emblemáticas de la escena punk del San Francisco de los setenta

El fotógrafo Michael Jang inmortalizó la última actuación de los Sex Pistols y otros momentos gloriosos del panorama punk que surgió con fuerza durante los setenta.

A través de su fotografía, Jang lleva cuatro décadas magnificando un estilo de vida que muchos nunca llegarán a vivir. Desde 2012, VICE ha publicado las características fotos familiares del artistaasí como robados de su etapa en Cal Arts y una serie de retratos de hombres y mujeres del tiempo aficionados. Ahora, el fotógrafo californiano da a conocer una colección de imágenes de la escena punk de San Francisco que tomó mientras estudiaba un posgrado. Jang logra capturar la vibrante energía de sus modelos y reflejar la potencia de la música que acompañaba a las escenas. No tenemos el privilegio de saber qué se siente estando en un concierto de Ramones, cámara y flash en mano, pero Jang nos acerca al punk con una mirada íntima y cercana, en la que el género se muestra en toda su crudeza y potencia, como a punto de estallar en cualquier momento; una mirada muy alejada de la forma en que se suele retratar el punk hoy día, detrás de vitrinas o en las paredes de algún museo.

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Después de 40 años acumulando polvo, estas imágenes finalmente salieron a la luz en una muestra de un único día en la galería Beams' B de Tokio.

Todas las fotos por Michael Jang, cortesía de Michael Jang

VICE: ¿Abordaste este tipo de fotografía de conciertos del mismo modo que la fotografía urbana?
Michael Jang: En las cuatro o cinco décadas que llevo trabajando, mi historia personal ha pasado por varios cambios interesantes. Cuando estudiaba en la década de los setenta, mis héroes eran Friedlander y Winogrand. En aquella época retrataba lo que tenía delante del visor de mi cámara con una intensidad que no logras transmitir con un iPhone. El revelado manual también era parte del proceso. La idea final era exponer las impresiones en gelatina de plata perfectamente enmarcadas y colgadas en paredes blancas, y quizá hacer un libro. Es algo que no he llegado a hacer en todo este tiempo porque los tiempos han cambiado y ahora el público puede acceder a mi trabajo de formas que antes no existían. Por eso he estado buscando nuevas formas de presentarla. Esta muestra, en concreto, está toda hecha en fotocopia, como los antiguos fanzines. Creo que encaja perfectamente con la estética punk.

Tu obra presenta muchos ángulos y perspectivas que son muy específicos de la fotografía en conciertos. ¿Te resultaba difícil tomar fotos en un entorno así?
Nunca pensaba en los aspectos técnicos, sino en reaccionar a lo que sucedía delante de mí. Cuando haces fotos de conciertos, te contagias de la música y piensas que estás haciendo unas fotos geniales. Yo procuraba tener presente que lo principal era la imagen, que luego no habría música para acompañarlas y mejorarlas.

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En una de las fotos de la serie aparece Johnny Rotten, justo después del último concierto de los Sex Pistols, en 1978. ¿Cuál es la historia de esa imagen?
Fui al último concierto de los Sex Pistols en Winterland, San Francisco. Era fotógrafo autónomo, y al día después, a las diez de la mañana, tenía que estar en el Hotel Miyako para retratar al empleado del mes. Cuando entré, vi a Johnny en la zona del bar, fumando y bebiendo cerveza. Me dijo que acababan de separarse.

¿Por qué has mantenido las fotos guardadas tanto tiempo?
Bueno, las hice porque me apetecía y no pensé que podrían tener valor alguno. Hay momentos en la vida en que uno no valora el significado de las cosas en el momento en que suceden.

¿Tienen estas fotos un significado especial para ti? ¿El tiempo les ha dado más valor?
Es divertido volver a conectar con la gente a través de fotografías casi cuatro décadas después. En todo caso, Chip Kinman, de los Dils, sigue siendo una pasada.

¿Tienes alguna favorita, entre las imágenes de la colección?
Uy, es una pregunta difícil. Si tuviera que quedarme con una, sería la de Bowie.

Cuarenta años después, ¿qué opinión te merece tu obra y la escena punk de la que formaste parte?
Me siento afortunado por haber formado parte de esto, que empezó para mí como una afición/pasión, y me alegro de que siga teniendo relevancia social y artística 40 años después, llegando incluso a un público mayor que antes. Es como un sueño hecho realidad.

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Traducción por Mario Abad.