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Muñecas inflables retratan la esencia de la sociedad contemporánea

Según la fotógrafa Stacy Leigh, el estadounidense promedio es tan engañosamente real como una muñeca hinchable.
Imágenes cortesía de Stacy Leigh

Este artículo contiene material explícito. 

Cualquiera que sea tu concepción del estadounidense medio, seguramente lo primero que te viene a la mente no es la imágen de una muñeca inflable. Pero eso es precisamente lo que abunda en la serie de fotos de Stacy Leigh, titulada average americans (that happen to be sex dolls) [estadounidenses medios (que resultan ser muñecas inflables)].

La artista, que compró su primera muñeca inflable en 2004, destaca la cualidad siniestra que tienen estas muñecas que parecen humanas pero no del todo. En un vistazo rápido, estas imágenes podrían parecernos fotos de escenas domésticas, retratos de los amigos de Leigh o cuadros del estilo de David LaChapelle, pero si nos fijamos con atención veremos que no hay ni rastro de presencia humana en estos trabajos, protagonizados únicamente por muñecas de silicona carentes de pulso.

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Average Americans es una continuación de los 12 años que la artista lleva explorando la fotografía de muñecas hinchables y casi parece un conjunto de obras aleatorias, donde las imágenes se presentan tanto en disposición horizontal como vertical, en color y en blanco y negro, mezclando primeros planos íntimos con escenas con una composición detallada.

Las imágenes eclécticas y variadas de la serie parecen una buena metáfora para describir una sociedad tan compleja y dividida como la de los Estados Unidos, aunque Leigh admite que en última instancia solo trataba de contar su historia particular:

“Nací y crecí en Nueva York. Tuve una existencia bastante típica para cualquier estadounidense que creció en la ciudad sin muchos recursos. Mi madre era alcohólica y mi abuela fue más madre para mí que mi propia madre”, confiesa Leigh a The Creators Project. “De joven en Brooklyn me metí en problemas… clubs, drogas… Hasta que en algún momento maduré, trabajé en Wall Street y me casé. Supongo que utilicé las muñecas como un vehículo para contar mi historia. Retrato lo que conozco. Soy una estadounidense media”.

Según las palabras de la escritora feminista Carol Hanisch, "lo personal es político", y aunque average americans sea de algún modo una historia personal, Leigh también utiliza la serie para lanzar una crítica social: “No puedo evitar pensar que hay gente en el mundo que está empezando a parecerse cada vez más a una muñeca, porque se les anima y premia por parecer perfectas. Cuanto más te pareces a una muñeca, más seguidores tienes”, añade Leigh.

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Aquí encontrarás otras de las obras hiperrealistas de la artista.

Traducción de Rosa Gregori.

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