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“Criminales celestes”: Chuck Norris, teórico de las consipiraciones de estelas químicas

Mueres siendo un héroe, o vives lo suficiente para convertirte en un villano.

En la cinta de 2008, El caballero de la noche, Harvey Dent reflexiona en una oración —material de infinidad de memes— que "mueres siendo un héroe, o vives lo suficiente para convertirte en un villano".

Es una fría observación tan verdadera en el mundo real como en uno de los abismos de Christopher Nolan. Los comediantes que alguna vez fueron subversivos ahora son unos amargados y se quejan de la "cultura de la PC" de las jóvenes generaciones cada vez que alguien se atreve a desafiar su status quo. Los hombres que capturaron los corazones, mentes y entrañas de toda una generación con sus despliegues de jóvenes socialistas soñadores en la televisión, citan a Thatcher, sin intención de ironizar, medio siglo después. Y a veces las artes marciales y los héroes de acción se ponen a escribir columnas para sitios web conservadores de opinión y noticias como WorldNetDaily.

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Chuck Norris es mejor conocido como la estrella de algunos de los más exitosas (y peores) cintas de acción, es fundador de Chun Kuk Do, es el hombre que —si estás dispuesto a creerte la caprichosa tesis del documental Chuck Norris vs. Comunismo— ayudó a inspirar el cambio político a través de su arte, y a la musa detrás de sus célebres chistes que abundan en el internet. Pero mientras que múltiples generaciones de fans y observadores casuales han intentado moldearlo más en una forma platónica que en una persona, en un ideal proyectado por su postura moralista ante las artes marciales, que evita las mentiras, y todos los problemas en general, Norris ha enfocado su trabajo y esfuerzo como activista en una dirección ligeramente diferente; el abismo entre el hombre y el meme crece con cada nota que escribe para WND, el portal conservador de noticias y opinión.

Por ejemplo, cuando se trata de una tragedia nacional y una catastrófica pérdida de vidas, el Chuck Norris de los chistes que alguna vez jugó a la ruleta rusa con una pistola completamente cargada y ganó, el mismo que asustó a Hitler hasta que éste se quitó la vida, habría volado (o brincado y decidido cuando aterrizar) de regreso en el tiempo a la escena del tiroteo e intimidado al autor del crimen hasta que se rindiera. Pero el Chuck Norris de carne y hueso utilizó el asesinato masivo en el club Pulse de Orlando para expresar un argumento más a favor de Trump en su columna más reciente titulada, "Hilary abandona a la comunidad LGBT en defensa del islam".

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Hay que darle crédito ya que se trata de uno de sus argumentos mejor articulados y presentados con lógica, aunque esto no nos dice mucho. Mientras que la Idea de Chuck Norris ha vagado por el universo (después de todo, él es el responsable de que no haya vida en Marte) aplastando y devorando todo a su paso, el ser humano de verdad se la ha pasado sentado frente a su computadora atacando a los políticos con los que no simpatiza, a las causas que le preocupan, y hechos. Su manejo de las palabras no está siquiera cerca de la técnica y estética reconfortante de su patada giratoria.

Por ejemplo, el año pasado escribió una nota basada en la débil comparación entre el tiroteo en Charleston y el asesinato de una jovencita en San Francisco, y alegó que el público estadounidense debería responder a los problemas de los inmigrantes ilegales de la misma forma en que critican el uso continuo de la bandera de los Confederados. A su vez, esto inspiró a Political Insider, otro sitio de noticias conservador dedicado a darle a los lectores "la verdad, y no la propaganda gubernamental", a escribir su propia nota de opinión triunfal sobre el tema con el encabezado: "BUUM: Después de lo que Chuck Norris acaba de anunciar, Donald Trump está EMOCIONADO".

Tal vez el triunfo más grande (más "grande") de Norris como escritor es su épica nota de abril sobre el tema de las estelas químicas titulado "Criminales Celestes". Gracias a un llamativo encabezado, Norris se sumerge en una fascinante y obstinada discusión de las teorías de conspiración de las estelas químicas que incluye el uso de Wikipedia como fuente, una alocada y errónea interpretación de un artículo del Instituto Smithsoniano autoría de la estimada escritora de ciencia Sarah Zielinsky, y la desestimación del sitio Snopes como "una página web liberal donde se pueden encontrar hechos".

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Con todo el tacto de un guardia forestal texano para informarle a un niño que dio positivo en la prueba de VIH, Norris provee evidencia anecdótica ("Lo sé porque mi esposa Gena y yo las hemos visto en cielo de nuestro rancho en Texas"), especula sobre la inmunización de los aerosoles, y en general exhorta a la plebe con el propósito de sacar a la luz algunas de las conspiraciones gubernamentales más entrañables al puro estilo de los expedientes secretos X, que él insiste se llevan a cabo sobre nuestros cielos.

A lo largo de la nota utiliza algunas términos rimbombantes como "locura estratosférica" y ocurrencias como "no soy Shakespeare pero definitivamente algo está echado a perder en el estado de Dinamarca".

Pero nada se compara con la conclusión, donde Norris invoca la memoria de "The Purple One" para dar a entender su punto: "O como otra leyenda de la música, Prince, quien acaba de fallecer este semana, solía decir en su canción 'Dreamer': Mientras el helicóptero nos rodea, esta teoría se hace más profunda, Piensa que nos están vertiendo químicos sobre la ciudad mientras dormimos/ De ahora en adelante me quedaré despierto, puedes llamarme soñador también mientras estoy despierto, despierto".

Bueno, al menos no mencionó que el Príncipe fue asesinado por sus creencias en las conspiraciones de estelas químicas.

De todos modos, cada vez es más claro que mueres siendo un héroe peleando estelas químicas o vives lo suficiente para convertirte en el tipo de villano cuyo meme

Still, though, it's becoming increasingly clear that you either die a hero fighting chemtrails or you live long enough to become the kind of villain your meme would roundkick into the stratosphere.