La final femenil de Roland Garros será como ver una película de Hollywood

Antes de entrar de lleno al Abierto de Francia de este año, todo tipo de incertidumbres merodearon alrededor del tenis femenil. Serena Williams no participaría por su embarazo. María Sharapova no recibió una invitación al torneo. La campeona defensora Garbine Muguruza y la actual número uno del mundo Angelique Kerber tuvieron serios problemas. Roland Garros parecía destinado a ser conquistado por cualquiera.

Después de algunos episodios de dramatismo, por fin tenemos un panorama claro para este sábado: ¿Podrá Simona Halep, una de las mejores tenistas del WTA sin un major a su nombre, convertirse en la número uno o la joven de 20 años Jelena Ostapenko le arrebatará el título para ascender como la nueva superestrella del deporte blanco?

Los últimos meses en la vida de Halep bien podrían haber salido de una película de Hollywood. En marzo, la tenista de 25 años perdió dócilmente en los cuartos de final del Abierto de Miami ante la número 10 Johanna Konta por marcador de 3-6, 7-6, 6-2. Después de ver la terrible actuación, su entrenador Darren Cahill se frustró tanto por su actitud que decidió renunciar.

Como suele sucedes en las películas, la drástica decisión de Cahill provocó el despertar que Halep necesitaba. Recobró la confianza de su entrenador con compostura y un estilo competitivo en sus siguientes torneos, y desde entonces los dos siguen trabajando juntos. Hasta el momento, Halep ha ganado un título y llegado a tres finales consecutivas, incluyendo Roland Garros.

Ahora se encuentra a una victoria de distancia de un final de ensueño; claro, si puede superar a Ostapenko.

Ostapenko cumplió 20 años este jueves, el mismo día que venció sorpresivamente a la sembrada número 30, Timea Bacsinzky por marcador de 7-6, 3-6, 6-3 para llegar a su primer final en un torneo de Grand Slam. Es la primera tenista no sembrada que llega a una final del Abierto de Francia en 34 años, y la primera tenista de Letonia (sexo indistinto) en llegar a una final de Grand Slam en toda la historia.

La clasificada 47 del mundo se encuentra viviendo una historia a la Cenicienta, pero más allá de los tropos de personajes femeninos hirientes, el enfrentamiento sobre la arcilla entre Halep y Ostapenko es lo que realmente hace de esta final un choque emocionante.

Ostapenko engloba a la perfección la desenvoltura de la juventud por su agresividad y su estilo propositivo. En el Abierto de Francia, la letona ha logrado 245 servicios de puntos, más que cualquier hombre o mujer compitiendo en singles hasta el momento. Ostapenko posee el poder y precisión para lograrlo: su revés ha sido clasificado como uno de los más rápidos del torneo, incluso que el revés del número uno Andy Murray.

Ostapenko siempre ha tenido un estilo arriesgado y bien recompensado. Sin embargo, desde que ha trabajado con la española Anabel Medina Garrigues, dos veces campeona de Roland Garros en dobles, Ostapenko ha aprendido "la paciencia de una tenista española".

Por otro lado, Halpe nunca va a superar a sus rivales con poder. Su fortaleza yace en el resto de su estilo: sus movimientos, su anticipación, su variedad, su regreso, y sobre todo su defensa. Obligará a Ostapenko a lanzar tiros extra, y poner a prueba su paciencia.

Ostapenko nunca ha ganado un título de la WTA, y es la primera vez que supera al tercera ronda de una Grand Slam. Halep ha ganado 15 títulos de la WTA, y estuvo en la final del Abierto de Francia hace tres años, cuando perdió ante María Sharapova en tres épicos sets.

Aunque sería injusto descartar a Ostapenko para llevarse el torneo, las estadísticas se inclinan a favor de Halep, quien estuvo entre la espada y la pared en su partido del miércoles ante la ucraniana Elina Svitolina por marcador de 3-6 1-5, pero pudo remontar. Hace unos cuantos meses habría sido imposible imaginarse a Halep logrando este tipo de hazañas.

Sabe cómo luchar y tiene toda su concentración en el torneo.

"No estoy acabada", dijo Halep a los reporteros después de su victoria.