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Música

The XX se sumergen lentamente en la première de su video musical, "Chained"

Está lleno de melancolía acuática.

En 2009, el fanático promedio del pop estaba acostumbrado a ser bombardeado con sonidos, a una colorida amalgama de rock y rap en el aire, a la energía y el volumen de cada nuevo éxito superando a su predecesor en un ciclo indefinido. Fue en esa atmósfera tan explosiva que surgió The XX, invirtiendo el guion y presentando un sonido que aborda lo minimalista, que reemplaza esa exaltación ficticia por emociones más básicas. The XX dio un giro funky a las melodías melancólicas, y llenó el vacío con honestidad y reflexión, elementos que habían estado ausentes de la música popular durante un buen rato.

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Se establecieron como proveedores de buena música que trascendía su género, y la banda salió de gira por el mundo, multiplicando su base de fans en cada esquina, cada show con una público más grande, ansioso por participar en su siguiente éxito. Tres años después de su debut, ese siguiente éxito llegó el mes pasado. Coexist, reduce su sonido aún más, llegando a la esencia de lo que hace que su música sea tan afectiva y relacionable. “Chained”, el segundo sencillo del disco, representa esta reducción a la perfección, con esa oscura intensidad que tanto distingue a los XX y nada más. El juego de la letra entre Romy Madley Croft y Oliver Sim es desgarrador y una retórica que emerge a su paso para preguntar: “¿Te abracé demasiado fuerte?”

En colaboración con The Creators Project, el equipo de producción angelina Young Replicant, quienes han hecho videos para Purity RingM83Wise BloodBaths y más, dieron vida a esta canción. Aplicando ese estilo abstracto a “Chained,” el equipo dio vida a una historia pensada por Romy Madley Croft, la cual ocurre bajo el agua. Con la misma simplicidad de su música, cada uno de los miembros del grupo tocó una parte en este escenario. Como dice Croft: “Nada de viñetas, sólo tres viajes individuales”.

En un pizarrón vemos todos los temas que Croft reunió para darle vida a su historia. Comienza con un toque de “una figura indistinguible que entra al agua”, seguido de tomas de otras dos figuras que caminan decididas hacia el borde del agua. Después, la imagen de un joven mentalizándose para entrar a la alberca, relajándose para soportar el impacto con el agua. Un hombre se lanza a la alberca en cámara lenta, suspendido en el aire, y después un clavadista entra al agua igual de lento, rompiendo con una explosión gradual de burbujas. También incluyó tomas panorámicas de los alrededores. Un tercer personaje se avienta a la alberca. El cielo cambia de color, como pintura que se difumina en el agua. Una figura solitaria flota pacíficamente y se sumerge hasta el fondo. Esta yuxtaposición de tomas de gente nadando a velocidades normales y en cámara lenta refleja el aumento gradual en el ritmo de la canción, eventualmente los tres personajes se reúnen en el fondo y comienzan a subir.

La ejecución de este concepto simple pero hermoso implicó superar los retos que involucran filmar bajo el agua. Pero el increíble escenario y el carisma natural de la banda brilla al final, y lleva la narrativa hacia delante.