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Música

Una entrevista bastante más larga de lo normal con Prisma en Llamas titulada caspa en llamas porque empieza con una metáfora sobre eso mismo

La dermatitis seborreica es la chispa de la vida. Sólo en el último mes ha logrado que el Gallagher estrábico subraye su idiotez, Fernando Verdasco venda botes de champú y Prisma en Llamas rindan homenaje a uno de los grupos con más chicha y menos...

La dermatitis seborreica es la chispa de la vida. Sólo en el último mes ha logrado que el Gallagher estrábico subraye su idiotez, Fernando Verdasco venda botes de champú y Prisma en Llamas rindan homenaje a uno de los grupos con más chicha y menos trascendencia de los 80. Y es que Pablo Santoro (ex Bicicross y Ensaladilla Rusa) y Hugo Sierra (Margarita) aparecen, junto a Linda Mirada o Triángulo de Amor Bizarro, en la cara B del vinilo con el que Gramaciones Grabofónicas rescata la única maqueta conocida de Ataque de Caspa. Hablamos de esta y otras trivialidades mientras compruebo que nunca nieva en sus hombros. Que en su cabeza tienen de todo menos caspa.

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Vice: ¿Cómo descubristeis la música de Ataque de Caspa?
Pablo Santoro: Fue a través de una versión de Los Punsetes en directo. Después buceamos un poco y alucinamos porque, aunque suenan un poco a movida ochentas, tienen algo que es totalmente diferente. No sé muy bien por qué no siguieron y sólo grabaron la maqueta. Debe haber otras decenas de joyas en el pop español a las que el tiempo ha enterrado.

¿Qué canción suya habéis elegido para el disco?
P: Hacemos Una Crónica China que fue la nos tocó en el reparto. No es nuestra preferida. A mí la que más me gusta es La Pesca. Pero creo que ha quedado bastante bien la versión.

Esto prueba una vez más que no os cerráis a nada pero ¿cómo reaccionaría un hardcoreta ultraortodoxo al escuchar el pop piripi de Aeropuerto extrañamente blanco (Gssh! Gssh! Records, 2010)?
P: Ni idea. ¿Lo pondría a 45 rpm y subiría los agudos a tope? Quizá nos pintaría equis en las manos en la portada.
Hugo: Se comería un falafel. Pondría el disco. Pensaría que debería devolverlo a la tienda. Se comería otro falafel.

¿Y si descubriese que lleváis a Ciudad Jardín en el iPod?
P: Podría encontrar cosas peores. Yo tengo -y escucho obsesivamente- el último de Single.
Hugo Sierra: Si encontrase el disco Falso de Ciudad Jardín, fliparía y dejaría de hacer el tonto.

En otra vida ¿habéis sido hardcoretas talibanes?
H: Nunca me he sentido hardcore. Ni en la vida anterior ni en esta. Siento siempre la necesidad de hacer lo que me de la gana.
P: Yo hardcoreta a medias. Talibán creo que nunca. En Ensaladilla Rusa teníamos una postura muy definida que Jose (ex A Room With a View) mantiene en su sello Afeite al Perro y todo lo que hace. Yo me resigné –por pereza– a ciertas concesiones. Pero hay cosas que quiero no hacer nunca, como tocar en un evento patrocinado por marcas de ropa. Políticamente soy de izquierdas, lo cual -no sé muy bien por qué, visto lo visto- se asocia en mi cabeza con el hardcore y el punk.

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Se os ha etiquetado como psicodélicos y underground. ¿Qué grupos psicodélicos y underground os apestan más?
P: Yo odio la típica canción tueste que ocupa toda la cara de un vinilo y jode discos de canciones pop perfectas. Y odio cada vez más la ironía desencantada y el rollo como adulto de buena parte del underground español.
H: Yo nunca he olido a nadie psicodélico o underground.

Si seguís experimentando acabaréis como Pablo Díaz-Reixa. Se ha implicado tanto en los trucos técnicos de Pop Negro que ahora habla como un productor majara…
P: Supongo que la probabilidad existe. Nos flipa el tema de grabar, mezclar, etcétera. Todo el trabajo de grabación y tal. Lo que pasa es que somos un poco cutres y seguimos utilizando micros medio jodidos y software pirateado de hace cinco o diez años. Y no nos va nada ni el dogmatismo vintage ni la fascinación tecnológica por el último cacharro de grabación. Pero admito que lo mío es meter quinientas capas de ruidos tratados que nunca nadie percibirá.
H: Componer y grabar las canciones de Prisma es lo que más nos gusta. Por cierto, Pop Negro de El Guincho es un disco precioso.

¿Son vuestros proyectos paralelos menos importantes en algún sentido? ¿Cuáles son los planes de futuro?
H: Tanto Margarita como Prisma en Llamas son parte de mi vida. Es cierto que cada grupo lo enfoco de diferente manera a la hora de componer, pero todo lo que hago lo hago a tope. Últimamente entre unas cosas y otras los días se me hacen cortos. Los planes son un single -probablemente compartido con Atomizador-, girar con Margarita y empezar a hacer el siguiente disco.
P: Para mí Prisma no es un proyecto paralelo, aunque estoy intentando convencer a mi chica y otra amiga para montar un grupete más punk y kamikaze. No parece que podamos planificar mucho más a largo plazo. Me gustaría tocar algo más abierto a la improvisación y aprender un instrumento nuevo. Quizá la batería o algo de viento.

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Tu ukelele escupe la potencia de Lemmy Kilmister. ¿Cómo lo haces?
P: Amplificándolo por un ampli Marshall mierdero, enano y casi medio roto que le pedí prestado a un colega hace años y nunca le devolví. Espero que otras mentes menos perversas no reconozcan a Motörhead en nuestra música.

Pues ya he escuhado hasta que os parecéis a Los Planetas.
P: Alguien puso no sé dónde que sonábamos a El Último de la Fila. No sé si era una tontería o una capacidad telepática inexplicable, porque yo era muy fan cuando tenía trece años.

Los coros que hacéis en Óxido son asquerosamente pegadizos. ¿Cuándo tarareasteis mentalmente por última vez eso de oh-oh-oh-oh-oh-oh?
H: Lo estoy haciendo en este mismo instante.

¿Es cierto que os vais a rebautizar como Krishna y Piyamas?
P: Entiendo que antes de plantear la pregunta ya intuías que no.
H: Tío ¡Eso es peor que Sonia y Selena!

Tras tocar en la fiesta del fanzine japófilo ¡Jo, Tía! ¿os habéis hecho fans de Yoshio Murakami? ¿Coleccionáis cuchillos Ginsu?
H: Yo de Japón conozco a Osamu Tezuka, que es alguien a quien admiro de manera infinita.
P: Me molan mucho algunos cómics japoneses. Los de terror de Hideshi Hino, por ejemplo, o los de Tezuka. Y durante una temporada estuve algo obsesionado con la interpretación sociofilosófica de los dibujos de Doraemon.

En el mismo cartel estaban LCDD. Además de Los Caballos de Düsseldorf y Los Cepillos de Dientes, ¿qué os sugieren esas siglas?
H: Los Chavales Dicen Dale.
P: A mí cada vez que les veo me gustan más Los Caballitos. Hasta les compré una camiseta. Recomiendo a todo el mundo que los vaya a ver.

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Aquel día tocasteis una versión de Michael Hurley.
P: Sí, es un cantante de folk medio vagabundo que a mí me inspira mucha ternura. Y a Hugo también le mola esa canción. Open Up se llama.

Pablo tú fumas como un preso… ¿Cuáles son vuestros vicios más caros y los más dañinos?
P: Joder tío, pareces mi madre. Es cierto que fumo mucho. Entre lo que nos gastamos en el grupo y la subida a la chepa del precio de los vinilos mi vicio más caro tiene que ser la música. Y el más dañino, la pereza.

H: Mi único vicio es el tabaco. No tengo dinero para nada más. Bueno si, los perritos calientes. Me flipan. Sobre todo los del Nebraska.

Sois de los pocos que no os habéis enganchado a Facebook.
P: No tengo Facebook ni ganas. Ya pierdo bastante el tiempo en Internet.
H: Yo tampoco, aunque no lo descarto. Me cuesta mucho entrar por el aro de las cosas de manera inmediata. Me pasó lo mismo con el móvil.

¿Cómo es un día sin actualizar tu estado o pegar vídeos en el muro?
H: Me levanto a las 7.15 h con la cara de otro. Café, piti y ducha. Tardo una hora y media en llegar trabajar. Una vez allí estoy ocho horas currando y una hora para comer. Cojo el coche que aparco en un descampado y dependiendo del día ensayo con Margarita o con Prisma. Si no, me voy a casa a hacer más trabajos o a dibujar o tocar la guitarra. Otras veces quedo con algún amigo o voy a casa de alguien a ver una peli y comer un dürüm del tamaño de un brazo. O nos vamos a un karaoke. Luego llego a casa, me acuesto a las dos de la mañana y no sé ni cómo me llamo.

¿Sois de la escuela de Ian MacKaye o preferiríais que la música pagara vuestra hipoteca?
P: Supongo que de la escuela de MacKaye. Me parece más libre –cretinamente hablando– no vivir de la música. Y por la pereza de estar de gira, promoción…
H: Yo no soy de nadie. Así te lo digo.

De niños, ¿qué soñabais que seríais de mayores?
H: Cuando tenía 14 años leí El Guardián entre el centeno. Quería ser Holden y luego Salinger. Y creo que de más pequeño soñaba con tener la voz de Rod Stewart.

Un sueño por cumplir.
H: Sólo te puedo decir que ojalá me toque el Euromillón. Si me toca me piro de aquí y no se lo digo a a nadie. Ese es mi sueño.