Savan: minimal con alma latina y cumbiera

Cuando escuché por primera vez al colombiano Savan en 2010 —estaba por presentarse como parte de Mutek MX en el Cervantino— recuerdo haberme preguntado por qué no lo había conocido antes, en la época en que estaba enganchadísimo con proyectos que combinaban electrónica con ritmos del Caribe y el Pacífico colombianos. Me preguntaba por qué no había sido incluido en Colombeat, aquella compilación de Héctor Buitrago donde estaba desde Sidestepper hasta Simón Mejía, con el alias A.M. 770, el proyecto seminal de Bomba Estéreo, la banda para la que produciría y bajearía.

AM770 – “Ritmika”

Más tarde conocí a Bloque de Búsqueda, Pernett y ChocQuibTown —a estos últimos me tocó verlos en su primera presentación en el DF gracias a que Cedric, su mánager por aquel entonces, me avisó que brincarían de Guadalajara al DF a dar un concierto de improviso —todavía hoy, no puedo creer que fuéramos menos de 20 personas escuchándolos y bailándolos en un bar/bodega de la colonia Guerrero— y nada me habría hecho más feliz que poner en las carpetitas donde juntaba todo ese material —todavía lo hago— alguna de las producciones que Savan había estado publicando desde principios de los dosmiles en varios sellos, entre ellos el suizo Bruchstuecke (en un EP en el que compartía créditos con Move D).

Pero no lo conocí hasta 2010. Y como su paso por tierras mexicanas fue por Guanajuato y Toluca —y si alguna vez tocó en el DF no me enteré— en realidad apreciaría su fusión de electrónica y folclor colombiano hasta mucho después, cuando Transmilenio, su disco del 2011, tenía más de año y medio de vida. Cuando lo escuché, me había inventado ya una hipótesis sobre por qué no había sido incluido algún tema suyo en Colombeat: Buitrago contó en una entrevista que aquella selección se había hecho con "oídos rockeros", que habían recibido propuestas de electrónica de buena calidad, pero que por su concepto y sonido, podrían haber salido de Alemania o de Francia. En ese disco magnífico había conseguido explorar diversas formas melódicas de la cumbia desde el minimal.

Aunque también cabe la posibilidad de que Savan (Miguel Navas) no hubiera enviado propuesta alguna porque estuviera ocupado en otras cosas, me parece que si lo hizo, su música no entró en aquella compilación por moverse en terrenos más minimal techno y houseros que por los rumbos de la recuperación de tradiciones rítmicas locales… (Que también ha hecho, eso sí.)

Hoy, a 12 años de su debut discográfico, lo citan como uno de los productores clave de la escena electrónica colombiana, y es frecuente que se aluda a él como sinónimo de buen gusto. El oído aguzado que ha adquirido en su formación como compositor electroacústico le ha permitido combinar patrones rítmicos estimulantes tomados del house con ritmos como el porro sabanero para crear algunas de las piezas más divertidas e interesantes de eso que de pronto ha sido llamado latintrónica. Incluso le permitió incluir denuncia social en aquel Transmilenio con, por ejemplo, testimonios de indígenas afectados por las mineras transnacionales sin sonar panfletario.

Me parece que Savan no ha lanzado otro álbum desde su Transmilenio de hace tres años, pero seguramente se encuentra trabajando en algo que estimulará tanto a los seguidores del minimal alemán con alucinantes percusiones —de esas que suele develar con tensión maestra en sus sets— como a esos hombros y caderas que andan cazando cadencias en las pistas para presumir su manera de moverse con alguna melodía levantamuertos. Espero poder platicar con él por estos días para luego contarles. Mientras eso sucede, me emociona pensar que quizá escuchemos avances de ese nuevo material la tarde del 31 de mayo, ahí en la Place des Arts de Montreal, cuando toque en EM15, la edición de aniversario de Elektra y Mutek. En la tercera de las Expériences presentadas por Red Bull Music Academy, Savan tocará al lado de los canadienses Hooll y Prison Garde, y de JTC (uno de los alias más acid de Tadd Mullinix, artífice de James T. Cotton y Dabrye). Por ahí nos vemos.

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