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Música

The Kills regresan a México y nosotros los entrevistamos

Hablamos con ellos sobre dealers, taxis, moteles cochinos y travestis.

No se conocían. Cada uno desde su colchón podía escuchar la guitarra del otro a través de las paredes cochinas de un motel. Un rato después de coquetearse a guitarrazos ya estaban discutiendo cara a cara sobre Nueva York antes de que Television tocara en CBGB’s y después de que la New York State Liquor Authority clausurara por primera vez el mítico Studio 54. A partir de esa conversación, no han dejado de trabajar juntos. Alison Mosshart me platicó sobre ese primer encuentro: “El lazo afectivo entre Jamie y yo se generó por una conversación que tuvimos a cerca de Andy Warhol, Velvet Underground, Edie Sedgwick y toda la escena que había alrededor de The Factory. Ese fue un punto de partida para la comunicación entre nosotros.”

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Los intereses de The Kills estaban puestos en ese Nueva York del que ahora no queda nada. Tal vez, el Chelsea Hotel era lo único que restaba de ese pasado hip del que Jack Kerouac escribió en su serie de novelas titulada The Undergrounds. En sus historias, Kerouac describía a un grupo de músicos y pintores que vivían en un callejón inmundo de Minneta, un pequeño movimiento que dos décadas después reventó en la escena orquestada por Warhol. Alison se prendió con la historia. “Esas son las cosas que nos fascinaron en un principio y con eso hemos crecido. Tal vez puede haberse traducido en el sonido de No Wow, nuestro primer álbum”.

Hablamos sobre los sonidos de cada ciudad. Cuando se vive el tiempo suficiente en un lugar se pueden percibir sonidos que no existen en ningún otro. De algún modo, la ciudad se cuela en la manera de hacer y entender las cosas de las personas que escuchan su pulso todos los días, y muy seguido encontramos sus formas y texturas en distintas expresiones que están marcadas por su contexto urbano. Hay música que tiene que ver con esos sonidos. Les platiqué que hace unos años fui a ver teatro negro de Praga. Es un tipo de teatro con muy poco sonido. De pronto, en una de las escenas más silenciosas, se escuchó con toda claridad un “lleveeee sus ricoooos y deliciosooooos tamaleeeees oaxaqueñoooooos”. Se rieron.

Los Kills me describieron un poco cómo son los sonidos en las ciudades en las que ellos viven. Jamie Hince se puso a hablar de los sonidos que él reconoce en su barrio: “Cuando estoy en mi cama en Dulston, se escucha un lenguaje callejero muy loco de todos los dealers. Siempre están usando aullidos, gritos y chiflidos para saber en dónde está cada uno. Es muy raro. Te sientas ahí y escuchas puro (hizo un sonido como de gato erizado) y luego (chifló como se chiflan los viene-vienes) y eso sólo son los dealers comunicándose (continuó haciendo ruidos con la voz)”. Mosshart se puso a hablar sobre los sonidos que marcaron su infancia: “En Nueva York es diferente. De verdad conozco el sonido de Nueva York. Esos sonidos me atraían desde que era niña. Recuerdo desde siempre los taxis amarillos, taxis amarillos tocando el claxon. Un sonido de claxon interminable. Siempre me gustó escuchar ese escándalo, desde que amanecía hasta quedarme dormida muy tarde de noche.”

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Les pregunté por qué The Kills está catalogada como una banda neoyorquina. Hince respondió que tal vez lo que ellos hacen está relacionado con una nostalgia sobre lo que ellos creen que Nueva York solía ser. “Recuerdo haber tomado un taxi del JKF a la ciudad. El taxista había nacido y crecido en Brooklyn, y recuerdo que me decía que esta ciudad ya no es lo que era. Antes había una flop house en cada esquina. Me contó que cuando terminaba su turno iba a un diner a las 7:00 am y siempre estaba lleno de travestis que salían de antros desquiciados con el maquillaje ya convertido en un cochambre gris, por maquillarse día tras día sin bañarse. Todos se llevaban bien y había cierto código, cierto lenguaje y una belleza extraña. Toda esta suciedad ya no existe. El sonido de Nueva York ya no es así. Ahora el sonido de Nueva York es como…” Alison completó la frase “…la renta más alta del mundo. Esa gente ya no pueda vivir en NY. Es un lugar diferente.”

A los Kills les gusta hacer asociaciones divertidas con las palabras y los sonidos. En su primer EP de título Black Rooster, tienen una pequeña transición en la que Mosshart mastica un chicle. El título de la canción remite inmediatamente al sonido de un pedazo de carne roja masticado en la boca de una chica “Gum Intermission: Red Meat”. Tal vez Blood Preassures, el título de su último álbum de estudio, tenga que ver con la música que provocan los sonidos del cuerpo, una idea que se plantea en “Heart is a beating drum”. Les señalé que en el disco, la palabra heart se repite constantemente en la mayoría de las letras. Alison lo pensó un poco y respondió con una sonrisa: “Heart es una de esas palabras que nos gustan. También es la mitad de mi apellido.”

The Kills vienen a tocar a México éste verano. Los boletos tendrán un costo de $550 pesos, y la preventa para tarjetahabientes Banamex será los días 17 y 18 de febrero, mientras que el empieza 19 la venta general.