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Música

Fotografiando la explosión del punk en Londres en 1976

Jill Furmanovsky nos lleva en un recorrido por su archivo punk.

Jill Furmanovsky se interesó en el punk a finales de 1976, cuando conoció a los chicos que hicieron el icónico fanzine punk Sniffin Glue en un concierto de Generation X. Inspirada por las bandas que veía y esa actitud anti-sistema, Jill comenzó a capturar lo que pasaba a su alrededor. Desde el pogo violento hasta las multitudes de chicos escupiendo, gritando y lanzando cerveza, el ambiente era eléctrico.

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En los próximos años, Jill viajó por todo Londres fotografiando a los caminantes nocturnos de la ciudad en lugares como Roxy club, el 100 Club, Dingwalls y The Electric Ballroom. En 1998, se estableció Rockarchive, un espacio de exposición en línea dedicado a mostrar la increíble historia visual del rock and roll británico, que ha estado actualizando desde entonces. Actualmente trabaja en su exposición A Chunk of Punk en la Barbican Music Library, nos ponemos al día con la fotógrafa para hablar sobre el rock and roll.

¿Siempre quisiste ser fotógrafa?
Tal vez, sí. Digo esto porque mi padre era un muy buen fotógrafo amateur y tenía un cuarto oscuro en nuestra casa. Verlo imprimir (un proceso mágico) es uno de mis primeros recuerdos.

¿Qué es lo que te interesa sobre hacer un registro del mundo a tu alrededor?
La inmensidad de lo que tenemos a nuestro alrededor es una fuente constante de inspiración: los pequeños detalles y la imagen más amplia. ¡Simplemente no me puedo contener!

¿Cuándo entraste en la escena punk?
A finales de 1976 me encontré con Mark P y Harry Murlowski de Sniffin Glue en el Polytech of Central London en Red Lion Street, en un concierto de Generation X. A pesar de que, recordando mi archivo recientemente, me di cuenta que también estuve en Roundhouse en un concierto de The Ramones en julio de 1976, no tanto por ellos, sino porque había sido encargada de tomar fotografías de los Flamin' Groovies que eran cabeza de cartel.

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¿Qué te hizo querer capturarlo?
Era intrigante: estas personas muy jóvenes que rechazaban la noción de tocar muy, muy bien, y en vez de eso tocar mal, pero con mucha actitud. ¡También se veían bien!

La escena estaba arraigada principalmente en su música, ¿cómo concilias eso con estas imágenes en última instancia silenciosas?
Ese enigma ha sido mi musa todos estos años y todavía lo es.

¿Cómo era el ambiente?
Un poco aterrador y a veces, un poco desagradable, pero tremendamente energizante. Había mucho pogo, escupían mucho y lanzaban mucha cerveza. Unas veces use un impermeable de plástico en los conciertos para proteger mi cabello y la cámaras. Por otra parte, me guié por la frase de Mark P, que era básicamente, si puedes tocar tres acordes puedes formar una banda. Eso hizo eco en mi experiencia, si entrenas durante dos semanas, ¡puedes ser fotógrafa!

¿A dónde ibas y a quién fotografiabas?
En Londres, fui al Roxy club, el Vortex, el 100 Club, Dingwalls, The Electric Ballroom, The Marquee Club, así como a conciertos en pubs como The Nashville, Hope, Anchor, etc. Nunca fotografié a los Sex Pistols, que no tocaban en muchos conciertos porque les prohibían la entrada a los lugares todo el tiempo, pero sí fotografié a muchos de los otros incluyendo a The Clash, the Jam, the Buzzcocks, Siouxsie & The Banshees, Sham 69, the Models, The Cortinas, The Damned, Blondie, Wayne County, Iggy Pop y por supuesto los poderosos Ramones.

¿Realmente te sumergiste en la escena o eras más una observadora?
Solo y siempre una observadora.

¿Cuál es la historia detrás de Rockarchive?
Fue una progresión natural después de mi exposición Oasis-Was There Then en el Roundhouse en 1997. Esa fue una exposición importante en un espacio enorme, pero un reto de llenar con solo una banda como sujeto. Pensé (y todavía lo pienso) que el lugar debía haberse convertido en un museo viviente del rock and roll, con música en vivo en la parte del espacio para los nuevos artistas, pero con el objetivo de crear un lugar donde la gente muestre la historia del rock and roll en este país. No ha ocurrido todavía, pero Rockarchive nació en 1998 como un intento de mostrar la increíble historia visual del rock and roll, no solo con mi obra, sino al unir las piezas con la obra de muchos fotógrafos. Más de 60 fotógrafos y directores de arte contribuyen ahora en Rockarchive: le debe pertenecer al país, en realidad.

¿Pueden existir las subculturas en este momento?
Es cierto que cualquier cosa original es corrompida por el consumo inmediato en los medios de comunicación y comercializada. Mark P de Sniffin Glue se horrorizó cuando The Clash firmó con CBS, una disquera grande, y puedo entender por qué… pero todos tenemos que vivir y somos humanos y propensos al ego y la codicia. Es una cuestión de visión y motivación. En realidad, el Internet es solo una herramienta como un lápiz o una guitarra. Durante la era punk no había MTV, no había celulares, así que creo que la experiencia de "estar allí" fue más intensa. Se necesita un visionario para pensar en el todo y no en las piezas, sin importar como lo llames, vivimos en el ahora y no en el pasado. ¡One Love!