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Música

La Punk Que Hizo El Chicago House Posible

La primera dama de Trax Records, Screamin' Rachel, nos cuenta sobre el nacimiento del Chicago house.

Screamin' Rachel Cain es una rockera güera que se terminó juntando con una banda muy rara. Al inicio de los años 80, se encontraba cantando en bandas punk y organizando tocadas con Black Flag y Bauhaus en una bodega de Chicago conocida como Space Place. Por pura casualidad conoció a un par de productores de música dance que la llevaron a una escena de bodegas muy diferente—después de hacer vocales para Z-Factor y Jesse Saunders para su rola acid house “Fantasy,” Rachel fue absorbida por la incipiente escena del Chicago house, donde se mantuvo por 30 años.

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Estas últimas tres décadas, Rachel ha trabajado con Afrika Bambaataa y Marshall Jefferson, ha hangeando con los Warriors y ha tirado fiesta con Jellybean y Madonna, pero es mejor conocida por manejar Trax Records—el sello fundacional del house que lanzó himnos como “No Way Back” de Adonis y “Baby Wants to Ride” de Frankie Knuckles— en las buenas y en las malas. Y en el transcurso, también llegó a grabar su propia música.

Su nuevo álbum, Screamin’ Rachel: Queen of House, compila 32 tracks que contienen sus narrativas coquetas y sus drops de diva encima de todo tipo de música house, desde acid y 303s a tribal estilo Nueva York. Los tracks tienen nombres como “Fun With Bad Boys,” “Extacy,” “Princess in A Penthouse,” y “Bad Influence,” lo cual más o menos te da una idea de que se trata el asunto. Hay una canción llamada “Murder in Clubland” que trata del asesinato de Angel Melendez por parte del promotor Michael Alig, un tema del cual Rachel habla extensamente en su canal de YouTube, ScreamDiva. También puedes ver un cameo suyo en Vamp Bikers, una película muy cagada que actualmente está siendo filmada por Apache Ramos.

Rachel y yo hablamos por casi una hora y media, pero 12,000 palabras es mucho que leer, así que aquí pueden ver lo que dice sobre Frankie Knuckles, Ron Hardy, Marshall Jefferson, Ministry, y su dedicación a la música house.

THUMP: ¿Cuántos años tenías cuando empezaste a salir?
Screamin' Rachel: Olvidate— digo, muchas identificaciones falsas. Empecé a salir como a los 15.

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¿Qué estaba pasando antes de que descubrieras la música house? Estabas yendo a ver bandas.

Pues, me encantaba Black Flag, y me encantaba X, y me encantaba Bad Brains y Bauhaus. Me encantaban cosas como los Ramones también, porque eran muy directos con lo que hacían. En algún punto, trabajé con Al Jourgensen de Ministry. Muchas veces he pensado que cuando Ministry hizo “Everyday is Halloween,” fue como, en cierta manera, un poco como las raíces del house.

Wax Trax label, ese sello de industrial muy influyente, salió de Chicago, y yo siempre escucho que la primer música house la tocaban en clubs de goth/industrial y New Wave.

Tienes razón. Mucha gente no sabe eso. Así está la onda: La gente que no es de Chicago que no creció con música house solo asume que empezó como una onda totalmente Afro-Americana y que era principalmente una onda gay. Esas dos cosas me parecen chidas, pero la verdad es que no fue así — al principio, era un grupo muy ecléctico, que variaba según la fiesta.

¿Cómo fue que te enteraste del house?

Solíamos organizar fiestas ilegales en Space Place. Era genial. Una noche, nos cayó la policía—no me arrestaron, pero sí arrestaron a todo mi staff, y yo le estaba gritando a la policia, “¡Llevenme a mi! ¡Llevenme a mi! ¡Es mi fiesta, es mi culpa!”

En medio de todo eso, un chavo vino y me dijo, “Sabes, Frankie Knuckles está tocando tu disco en el Warehouse.” Así que todo mundo se fue a la estación de policías y yo me fui al Warehouse, que quedaba a un par de cuadras de donde estabamos, y pues cambió mi vida. Justo antes de eso, sin querer había hecho mi primer disco de house, “Fantasy.” Pegó bastante en Chicago—probablemente el primero que tocaron en estaciones de radio “legitimas.” No me había percatado de eso hasta que un día estaba teniendo una sesión de fotos con un amigo que me conocía por mi música punk. Me dijo, “Hey, hay un muy buen disco que tienes que escuchar—deberías cantar en este estilo.” El disco salió en la radio y yo dije, “Espera, ese es mi disco.” Y él dijo, “No, no, en realidad no suena como tú.” Y yo dije, “Pues, ¡lo es!”

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Estabas cantando en bandas, ¿pero cómo te llegaste a juntar con Jesse y Vince para hacer “Fantasy”?

Teníamos un abogado, JB Ross, que es conocido como el Abogado Rapero. Si lees las revistas del UK de cuando el house estaba explotando, él y su compañero habían traído a siete periodistas del UK a Chicago para que escucharan el house. Y bueno, J Ross fue el nexo porque conocía al papá de Vince. Vince quería hacer este disco y necesitaba una cantante para su disco. De hecho le dije a Jesse Saunders, “No pongas mi nombre en el disco.” Por muchos años mucha gente no sabía que yo cantaba en él. Y pues, en esos días, generalmente era el nombre del DJ el que aparecía en el disco. Así que pasaron años antes de que Darrell Pandy o Jaime Principle fueran reconocidos por sus contribuciones.

¿Cuándo llegaste a Nueva York?

No llegué a Nueva York como hasta el ’87 u ’88. Fui al Limelight, al Tunnel, USA, Shelter, y claro, al Paradise Garage, donde conocí a gente como Keith Haring y Larry Levan. Era el cumpleaños de Larry Levan y yo estaba en la cabina y Keith Haring lo presentó con un chaleco de piel muy bonito. Momentos como ese—y escuchar mi canción en medio de tanta cosa chida—se sentían muy bien. Larry Levan abogada por el Chicago house. En ese entonces, nadie en Nueva York sabía lo que era el house. A mucha gente le disgustaba, por cierto, al inicio. Luego, después de un rato todos querían ser house.

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Mi primer departamento en Nueva York estaba ubicado junto a un lugar de discos donde David Morales, Lil Louis Vega y Kenny Dope eran miembros. Me volvían loca porque lo único que tocaban era Latin freestyle día y noche. Yo era de Chicago y eso era lo último que yo quería escuchar. Me gusta lo rudo y me caga el disco, lo cual al parecer es algo muy controversial que decir en el house. Yo no creo que lo es — lo que Trax hizo en realidad fue una combinación de punk e industrial con un muy buen beat en 4 x 4. Hoy quieren llamarlo EDM, pero el Chicago house es la madre de todo eso. Mucha gente no lo quiere reconocer — creo que la gente en el UK sí, pero otros no. En parte es porque Chicago jamás fue una cuidad de industria, y a Nueva York siempre le gusta decir que fueron los primeros.

Frankie Knucles era de Nueva York y vino a Chicago. Pero Chicago es donde se hizo de su fama, y eso lo cambió. Yo estaba firmada con Streetwise—una de las estrellas de The Warriors me encontró en el Seminario de Nueva Música y voló a Chicago para verme, y sintió toda la explosión de house que estaba ocurriendo. Solíamos vender esos discos a tiendas de discos desde nuestras cajuelas. Todos los chavos querían imprimir su propio vinilo, se volvió una onda. Trax se estaba popularizando y todo mundo nos estaba mirando y diciendo “Pues ellos lo hicieron, nosotros también podemos,” lo cual estaba chido. El House se volvió una explosión juvenil en Chicago. El Radio lo estaba tocando. Todos los carros que pasaban lo tenían a todo volumen. Todos estos vatos del house, como Farley [Jackmaster Funk] tenían su carro deportivo con su nombre escrito a un lado. No en una manera violenta, pero se percibían como gángsters del house.

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¿Qué dirías que es la diferencia entre la personalidad de Ron Hardy y Frankie Knuckles y sus públicos respectivos?

Frankie era más como un guru porque era mayor, pero yo creo que Ron Hardy era un DJ más increíble. Nunca tuvo la oportunidad de dejar el Music Box, así que muy poca gente en realidad lo llegó a escuchar, pero aún así es una leyenda.

Con Ron Hardy, era más como un publico mixto. Era totalmente experimental. Era el tipo de vato que, aunque tuvieras un casete o un reel-to-reel o un vinilo, estaba listo para tocar cualquiera de esas cosas con su equipo. Solía hacer eso. Lo hacía con “Move Your Body,” lo hacía con “No Way Back.” A mi vista, rompió esos discos — si le gustaba un disco le daba con todo. A la gente le encantaba eso de él. Si no le encantaba tu disco, no importaba si eras el presidente, no lo tocaba. Tenía su gusto y eso era todo. Aparte de eso, tocaba New Wave, tocaba punk, y definitivamente tocaba cosas como “The Message” de Sugar Hill— al igual que Larry Levan.

Jamás de los jamases escucharías a Frankie tocar hip-house o hip-hop. Siempre se mantenía con una vibra soul, lo cual estaba chido a mi vista. No tocaba todos los discos de Trax, mucho de eso era demasiado rudo, pero me encanta lo primero que hacía, y lo que hizo con Jaime Principle.

Cuéntame sobre la primera vez que conociste a Marshall Jefferson.

Wow, estuvo muy chido. La primera vez que nos conocimos fue en los Estudios Universales en Chicago. Hicimos “Children of the Night” donde yo canté coros. Darrell Pandy estaba ahí y trabajamos en “Sensation.” Marshall estaba ahí. No lo había conocido antes en persona, pero había escuchado “Move Your Body.” Tenía que tener ese disco, y me lo había robado de la bodega de Wacky en DJ International y me lo llevé a mi casa; lo toqué y lo toqué y lo toqué. Cuando primero conocí a Marshall, dije, “Acabas de componer tu ‘Rock Around the Clock.’ La gente te recordará por siempre por este disco.” Y él dijo, “¿Te cae, Screaming’?” Y dije, “Sí, yo lo se.” Solo le he dicho eso a alguien dos veces en mi vida. La otra vez fue cuando se lo dije a Run DMC por “Walk This Way.”

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Richard Fairbanks fue el ingeniero. El le enseñó a todo mundo sobre el sampleo— tuvo uno de los primeros samplers. Esos discos los hacían en corto, por cierto. Simplemente lo dejábamos fluir. Hasta la fecha, eso es una de las cosas que me encanta sobre el house. Me encanta el hecho de que no es calculado.

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¿Cómo reaccionaba la gente en ese entonces cuando te conocían por primera vez? ¿Pensaban, “Quién es esta chica blanca punk” o qué?

Me lo dicen mucho, sí. Ha mejorad, porque la gente me respeta más ahora, pero sí. Recuerdo cuando canté algunas de estas canciones, como “Bad Boys.” Todo mundo pensó que era Afro-Americana, así que cuando iba a estar estos shows… hice uno para Tony Humphries en Zanzibar. El disco fue un éxito, pero nadie me había visto. Y cuando me subí al escenario, la gente se quedó boquiabierta. Fue un poco aterrador, pero una vez que empecé a cantar, a todo mundo le latió y cantaron conmigo, y estuvo chido. Pero por un milisegundo, antes de que empezara la música, sus bocas cayeron y yo estaba como “A la verga. ¿Qué va a pasar?” No teníamos muchos videos, así´que la gente en realidad no sabía como nos mirábamos o quien éramos. A veces, hasta mis compañeros dicen, “Rachel, eres una gran cantante, porque no te apegas a eso y nos dejas hacer lo demás?” Pero no. Soy muy fuerte, tengo opiniones fuertes sobre lo que hago.

¿Cuándo decidiste que ibas a dedicar tu vida a la música house?

Desde ese entonces lo decidí, pero cuando conocí a Sylvia Robinson en Sugar Hilll—ella produce, seguía cantando hasta antes de fallecer, el año pasado—fue una gran influencia en mi. Yo pensaba, “Algún día quiero hacer esto para el house. Algún día quiero traer esta música al público de tal manera que la gente la pueda apreciar y conocer.”

Después de que pasara todo con los chicos club en Nueva York y el asesinato de Angel Melendez, yo estaba en Cannes caminando por la calle y un taxi se acercó. Era Larry Sherman y Joe Smooth y me dijeron, “Subete.” Larry dijo, “Quiero que regreses a Trax y hagas música.” Yo dije, “Voy a regresar, voy a hacer música, pero solo si me haces presidente.” A duras penas, lo hizo. Así es como me dediqué de lleno a Trax. Había estado fiesteando en Nueva York, donde Trax era muy popular. A la gente le encantaba. Regresé a la bodega de Trax en Chicago— todos los distribuidores habían cerrado alrededor de ese entonces y algunos le debían mucho dinero a Trax—se había ido la luz, y no había línea de teléfono. Yo era como la Cenicienta, empujando una escoba en una bodega mugrosa. Todo mundo estaba desanimado. Estaban diciendo, “Nadie quiere esta música ya. A nadie le importa esta música,” pero yo tenía otra perspectiva porque había ido a Nueva York. Dije, “Algún día voy a comprar que todos ustedes están equivocados, y voy a hacer esta música, voy a hacer que Trax vuelva a ser relevante.” Y poco a poco, lo logré.