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Nueva York hecho miniatura

Randy Hage refleja la nostalgia del viejo Nueva York a manera de miniaturas, lejos de Times Square y de las franquicias trasnacionales.
Imágenes cortesía del artista

Como dice el inmortal coro de Sinatra "New York, New York”— "I want to wake up in a city that never sleeps / And find I'm a number one, top of the list / King of the hill, a number one.” Esa letra no se escribió inspirada en el Times Square cubierto de anuncios luminosos o en las esquinas ocupadas por Starbucks y Taco Bell. Sinatra era un mugriento de Nueva York que espantó el "small town blues” de los nuevos residentes a punta de navaja, mientras sonaba jazz en vivo al fondo. Pero la maligna ola de gentrificación hipster, ahora excluida por la gentrificación corporativa, que ha desplazado a muchas instituciones de NYC durante los 70 y 80, no es la última palabra de las calles cubiertas en grafiti de la ‘ciudad que nunca duerme’, gracias al artista y diseñador de escenarios fílmicos, Randy Hage.

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Durante 15 años ha estado fotografiando íconos de Nueva York, como CBGB y Katz' Delicatessen, inmortalizándolos en su serie escultórica miniatura. De golpe no se distingue si es una fotografía o una escultura. Asentado en Los Ángeles, Hage estaba en la ciudad para fotografiar sus grandes edificios de acero, pero dijo a The Creators Project:  “mi interés cambió rápidamente a las fachadas de estos edificios. Realmente me atrapó el carácter de estas tiendas, con sus letreros hechos a mano, muebles resistentes, colores interesantes y decaimiento.” La fascinación quizás vino también de su experiencia personal como dueño de una tienda de pasatiempos en California, hasta que su renta se cuadriplicó, una vez que Starbucks se mudó cerca.

Del 10 de octubre al 18 de noviembre, Hage estará exponiendo su fascinación y sufrimiento en la Galería Flower Pepper en Pasadena. Le preguntamos al artista sobre su creación, pero platicamos más sobre la versión fosilizada de Nueva York preservada en sus miniaturas.

The Creators Project: ¿Cómo sientes al nuevo Nueva York? ¿Existe alguna oportunidad de que las comunidades que romantizas continúen?

Randy Hage: Si hablas de Times Square, un Starbucks en cada esquina, la pérdida de los comercios y el continuo desplazamiento de diversas comunidades, debo decir que lo extraño. Es difícil negar los beneficios de la mejora de la ciudad, calles más limpias y menos crímenes. Pero extraño elementos de la ciudad valiente. Creo que la gentrificación trae consigo grandes sentimientos de preocupación para la comunidad.

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Ocasionalmente cuando estoy tomando fotografías de las tiendas frontales cerradas, alguien se acerca para preguntarme que estoy haciendo. Una vez que explico, su comportamiento cambia y comenzamos a tener discusiones amigables y con un significado. Su primer reacción y acercamiento va cargado de miedo. Miedo a que sea un desarrollador buscando lugares para desmantelar más su barrio. La gentrificación siembra las semillas del miedo en la comunidad.

Esto me pasó recientemente cuando estaba fotografiando Lenox Lounge en Harlem. Una mujer salió de su edificio para fumar un cigarro y se veía bastante molesta cuando se acercó a mí. Terminó pasando un buen rato conmigo. Hablamos sobre la familia y los planes para el verano.Fue una conexión muy disfrutable con un perfecto extraño. La diversidad en las comunidades de Nueva York es la que lo hace una ciudad única y con carácter. La pérdida del negocio familiar es lo que ha cambiado mucho a los barrios. he llegado a apreciar la importancia de la gente que opera esos lugares. Muchas de estas tiendas han servido a muchas generaciones de neoyorquinos. Las comunidades suelen recargarse en los servicios y productos que ellos proveen, lo cual los vuelve lugares emblemáticos para los residentes locales. Los dueños de estas tiendas tienen un interés personal en sus negocios y en su comunidad local.

Una de las primeras piezas que hice fue Vesuvio Bakery en Prince St. El internet está lleno de historias del dueño Anthony Dapolito. Era muy querido, se sabía los nombres de las familias que eran clientes y era activista de su comunidad. Se referían a el como “El Alcalde de Greenwich Village.” Este tipo de historias sobre familias que llevan negocios en Nueva York son muchas. No vas a encontrar este tipo de cuidados y comunidad en un barista de Starbucks que ni siquiera puede escribir bien tu nombre.

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Las cadenas y grandes tiendas muchas veces imposibilitan la oportunidad para las familias pequeñas que tienen algún negocio para sobrevivir. Esto me pasó en LA. Tenía una pequeña tienda de pasatiempos en Pasadena por más de 25 años. Un Starbucks abrió a unas cuantas puertas y aceptaron pagar el triple de renta de lo que yo pagaba. Cuando mi contrato terminó, el propietario cuadruplicó mi renta y me vi forzado a cerrarla. Esto es lo que está sucediendo en Nueva York de manera dolorosamente rápida. No deja mucho lugar para los viejos comercios de Nueva York.

¿De dónde surge el deseo de inmortalizar estos comercios clásicos?

Estaba buscando un tema para mi proyecto en miniatura de la mano de mi transición de la industria televisiva y fílmica como creador de modelos y props, para probar en las artes finas. A final de los 90 viajé a Nueva York para fotografiar los edificios de hierro fundido de SoHo. mi interés rápidamente se fue hacia los comercios en las fachadas de estos edificios. Y pensé que serían un gran tema para mis esculturas. Me atrapó el carácter de estas tiendas, con sus letreros pintados, muebles resistentes, colores interesantes y decaimiento.

Empecé a hacer múltiples viajes cada año, siempre con la cámara en una mano y en la otra un periódico “rat run”. Este pequeño periódico que cargo está lleno de fachadas de comercios que quiero fotografíar con rutas de metro y bus con indicaciones detalladas. Mientras continúo visitando y buscando más comercios, es muy visible que esta ola está por terminar con los comercios. Tiendas que llevan entre 50 y 100 años están cerrando. Estos negocios fueron reemplazados por Chase Banks, Starbucks y otras cadenas.

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Este rápido cambio no solo afectaba a las tiendas, también desplazaba personas en la comunidad cambiando la diversidad que hacía únicos a los vecindarios. Mi proyecto se volvió rápidamente un proyecto documental. Durante los últimos 15 años, he fotografiado más de 700 fachadas. Más de la mitad se han movido o se han salido del negocio. A través de mi trabajo, trato de rendirle honor a la historia de estos comercios y a la gente que vivió en ellos y sirvió a la comunidad.

Para mí lo que comenzó como un simple interés y apreciación visual de estos comercios, cambió a incluir un estudio social, político y cívico sobre cómo se afectó la comunidad. Mi meta inicial era entrar al mercado del arte fino. Crear esculturas miniatura que llenaran mi deseo de hacer algo que me gustara en mi transición de la industria. El proceso creativo es completamente diferente cuando estás trabajando en completar tus sueños.

As the project continued, I began to witness and understand the resulting issues brought about by gentrification and urban renewal. This was not the kind of change that takes place in a way that a community can accommodate and rebound from, but an incredibly rapid and shocking change that has affected the city in major ways. I hope that my work has contributed to the efforts of others to shed light on the importance of these storefronts and the communities that they serve. I also hope that when someone views one of my pieces that their fond memories of a place, and their experiences there will be rekindled. I hope to express my passion for the city through my art.

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¿A dónde te gusta salir para recordar el viejo Nueva York? ¿Son tus lugares habituales o de ocasión especial?

Después de que tiré el portafolio, fui hacia P.J. Clarke en la 3rd y la 55th por una hamburguesa o cual fuese su especial del día. Durante mi estancia, tuve que tener un pie de John`s en Bleecker, un trago en McSorley’s, un sandwich de pastrami en Katz’s y un knish en Schimmel’s. Para el desayuno solía frecuentar Joe Jr’s en 6th Avenue y 12th st. Nunca olvidaré el día en el que al acercarme al restaurante, descubrí que había cerrado por el alza de la renta. Estaba bastante sorprendido con una emoción que hizo que llorar a mis ojos. La banqueta afuera del restaurante estaba adornada con velas y notas de apreciación para su dueño por el servicio que brindó el restaurante durante años.

Me gusta quedarme en el Hotel Beacon en Broadway, cerca de la 72. Acceso al metro, un mercado cruzando la carretera, cercano al parque y con vista al edificio Ansonia.

Mi lugar favorito para comer es en Williamsburg en Peter’s, Bedford. Gran comida y una mesa en la ventana para que pueda ver el mundo.

Me veo como un aventurero en el este, en busca de recapturar el sentimiento de Nueva York en décadas pasadas. Me encanta caminar en Flatbush Ave. desde Prospect Park hasta la Avenida R y subir por B41.

Mis cazas son usualmente fuera de la zona de turistas y lejos de las cadenas.

¿Qué sigue para ti como artista?

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He estado trabajando en este proyecto por 15 años y continúa siendo bien recibido. Así que seguiré trabajando con mi lista y mis fotos de los comercios y tratar de hacer justicia. También tomaré tiempo para escribir un libro.

Mira más del trabajo de Randy Hage en su sitio.

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