Una vez más, el futbol inglés está atrapado en un escándalo de abuso de menores

Luego de dos décadas de silencio, el pasado 16 de noviembre el exjugador inglés del Sheffield United, Andy Woodward, hizo público el abuso que sufrió por parte de uno de sus entrenadores cuando tenia entre once y quince años de edad.

Woodward, de cuarenta y tres años renunció a su derecho de anonimato y contó al periódico The Guardian, que había sido abusado sexualmente por el exentrenador de futbol Barry Bennell, cuando jugaba en la categoría inferior del club Crewe Alexandra, en el noroeste de Inglaterra.

"Yo sólo quería jugar futbol, vi el Crewe como el inicio de un sueño. Era un chico dulce y de naturaleza suave, y eran los chicos débiles y suaves los que Bennell buscaba. Creí que me ayudaría a empezar en el futbol", dijo.

Andy llegó al club a los once años luego de aceptar la invitación que Barry Bennell le hizo después de verlo jugar en un partido de una liga local con el Stockport Boys, pues su reputación como reclutador nunca había sido puesta en duda. Sin embargo los abusos no tardaron en llegar: "Comenzó a las pocas semanas, al principio solamente me tocaba, pero rápidamente pasó a mayores y terminó por abusar de mí. No quiero poner un número a todas las veces que pasó, pero ocurrió durante cuatro años. Me quise suicidar en al menos diez oportunidades, fue una pesadilla que parecía no terminar".

Woodward jugó en equipos como Bury, Heffield United y Scunthorpe, sin embargo debido a los múltiples abusos a los que fue sometido, a los veintinueve años decidió abandonar el deporte para siempre. El ex futbolista no lo denunció en su momento, debido a que el entrenador lo amenazaba con violencia física y a costa de su sueño de convertirse en jugador profesional.

"Quiero sacarlo a la luz y dar la oportunidad a otras personas para hacer lo mismo. Por fin puedo liberarme de esta enorme y horrible carga. No sólo mi carrera futbolística sino también mi vida se han visto arruinadas, hasta ahora puedo sentirme libre de hablar porque ¿cuántos más habrán afuera? Hablo de cientos de chicos a los que ese hombre 'eligió' y que hoy siendo adultos puede que vivan aún con ese miedo".

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Bennell fue entrenador de fuerzas juveniles en la categoría de inferiores para clubes profesionales como el Crewe Alexandra, Derbyshire, Staffordshire, Cheshire y el Gran Manchester, entre los años 80 y 90. En 1998, cuando tenía 44 años, fue sentenciado a nueve años de cárcel luego de ser declarado culpable al admitir 23 cargos por abusos sexuales contra chicos de entre nueve y quince años. Durante el proceso judicial, se auto-definió como "un monstruo". Para el 2015 fue condenado a cumplir dos años más en la cárcel por un nuevo caso de pederastia contra un niño de 12 años en Macclesfield, Cheshire.

Actualmente, Barry Bennell de sesenta y dos años, cambió su nombre a "Richard Jones" y se encuentra suspendido de toda actividad relacionada con el futbol. Según la policía británica, el martes pasado fue dado de alta de un hospital luego de que el viernes anterior fue hallado inconsciente a causa de un intento de suicidio.

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Ahora, gracias a la confesión de Andy Woodward, otros cinco ex futbolistas —entre ellos dos que no llegaron a jugar profesionalmente— hicieron pública la terrible experiencia de abuso que vivieron al comienzo de sus carreras por parte de Barry Bennell. El primero fue Steve Walters, de cuarenta y cuatro años, que se armó de valor y habló sobre el abuso que había sufrido por parte de Bennell. Debutó con el Crewe Alexandra a la edad de dieciséis años en el último partido de la temporada 1987-88, lo que lo convirtió en el jugador más joven en estrenarse con el equipo.

"La primera vez que intentó algo recuerdo que me puse un poco agresivo con él. Era una habitación oscura y yo estaba en mi cama cuando entró. Le dije que se fuera y después de eso no pasó nada durante los siguientes meses. Luego lo volvió a hacer. Ojalá pudiese dar marcha atrás en el tiempo".

En ese entonces se especulaba que ficharía por el Liverpool y sería el primer menor en Inglaterra por el que se pagase un millón de libras. "Todos estos años he guardado el secreto, sabía que si algún día salía a la luz sería el final de mi carrera, pero ahora es momento de dejarlo ir. Contándolo sé que puedo salir adelante. Después de leer el artículo de Andy, siento que me quitó un gran peso de encima".

A su vez, Paul Stewart, exjugador del Liverpool y del Tottenham contó al periódico The Mirror que fue abusado sexualmente por el entrenador del Crewe durante cuatro años. "Un día, mientras viajábamos en auto, comenzó a tocarme. Me asusté mucho, no sabía qué hacer. Luego siguió hasta abusar sexualmente de mi. Dijo que mataría a mi familia si decía algo. Siempre estuve bajo amenaza, si no estaba jugando bien, me amenazaba con violencia y con abuso sexual. Era un monstruo".

El nivel de abuso cada vez era peor, pues Bennell le prometía "convertirlo en una estrella" si accedía a lo que él le pedía. Las cicatrices que el abuso dejó en su mente lo impulsaron a refugiarse en el alcohol y las drogas. A pesar de jugar para importantes clubes ingleses y ser seleccionado nacional, en múltiples ocasiones contempló suicidarse.

El exdelantero del Manchester City y jugador de la selección inglesa, David White, afirma que también fue abusado por el entrenador que idolatraba, abuso que se dio cuando jugaba para el club infantil Whitehill FC en Manchester, a finales de los años 70 y principios de los 80. "A lo largo de mi carrera pude asimilar lo que había pasado, ahora me doy cuenta que las acciones de Bennell tuvieron una repercusión más grande de lo que yo creía en su momento. Tengo que aceptar que lo que hizo Bennell influyó en cada evento y relación de mi vida".

Chris Unsworth contó a la BBC la pesadilla que vivió en sus inicios en el futbol cuando tenía sólo nueve años y que lo llevaron a alejarse de las canchas a los dieciséis años. "Fui violado entre cincuenta y cien veces. Sabía lo que quería y pensé que eso era lo que tenía que hacer para lograrlo. Sabía que lo que Bennell hacia estaba mal, pero simplemente lo acepté". Además relató que era una especie de "secreto a voces" pues nunca hablaba de eso con los demás niños a los que Bennell molestaba.

Jason Dunford, por su parte, fue otro de los jugadores que abandonó el sueño de ser futbolista profesional y que fue víctima de las atrocidades de Bennell. "Le dije que me dejara en paz, recuerdo que le pegué. No respondió, pero nunca olvidaré su mirada. Comenzó a atormentarme, sacándome del equipo. Me aseguraba que jugaría y el día del partido me sacaba".

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A partir de que dio a conocer la noticia, diferentes instancias y organismos han expresado su postura a través de comunicados y entrevistas en medios de comunicación. John Bowler, presidente del Crewe Alexandra, dijo a la BBC sentirse "furioso y muy decepcionado" por los crímenes de Bennell. Darío Gradi, director del equipo, quien ha estado con el club por más de treinta años y fue entrenador entre 1983 y 2007 aseguró que no tuvo algún conocimiento de los abusos que cometía el antiguo entrenador.

Sin embargo, Woodward lamentó el poco apoyo que recibió del club Crewe —que actualmente se encuentra en la cuarta división de futbol en Inglaterra— y la cultura de secretos y proteccionismo que impera en el deporte: "Con respecto al futbol no hubo nada, como la basura que se barre debajo de la alfombra. Es parte de la mentalidad de que nada puede darse a conocer".

El presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Inglaterra (PFA), Gordon Taylor, advirtió que tomará tiempo conocer el alcance del escándalo y las posibles consecuencias en el futbol inglés, mientras tanto más de 20 exfutbolistas se han presentado y cerca de "seis o siete equipos" están potencialmente implicados, entre ellos Manchester City, Blackpool, Crewe, Leeds, Newcastle, Stroke, entre otros.

A raíz de esto, el Blackpool emitió un comunicado diciendo que el club aún no ha recibido ninguna información de las autoridades competentes con relación a las investigaciones en curso. El club Leeds también afirmó que no tiene conocimiento de alguna acusación, sin embargo, cooperará plenamente con la PFA y la FA para cualquier investigación.

De acuerdo con un comunicado, la FA trabaja en conjunto con los departamentos policiales de Hampshire, Cheshire, Northumbria y Metropolitan, con la finalidad de "asegurar que no existe nada que interfiera o ponga en riesgo el proceso criminal". La investigación interna, encabezada por la abogada Kate Gallafent, se centrará en lo que tanto la FA como los equipos sabían al momento de los presuntos abusos y las acciones que tomaron o debieron haberse tomado. "Es moralmente repugnante que haya personas que se nieguen a reportar estos delitos contra niños para proteger su reputación. Si hubo alguien que se comportara de forma inapropiada, será llevada a la justicia y esa información será dada a conocer públicamente. La asociación no va a ser parte de ningún encubrimiento" destacó Greg Clark, presidente de la FA. Sin embargo, el miércoles pasado la BBC reveló que esta asociación eliminó en 2005 un programa de protección a los menores, que llevaba sólo dos años funcionando.

Por otro lado, Giovani Martin, de la oficina de comunicación de la FIFA dijo a CNN: "Estamos al tanto de las acusaciones. Consideramos que la protección de los niños y jóvenes es fundamental en el futbol, vigilaremos de cerca la situación".

Las acusaciones han sacudido el mundo del futbol inglés y las reacciones no se han hecho esperar. Wayne Rooney, capitán de la selección inglesa, del Manchester United y embajador de la Sociedad Nacional para la Prevención de Crueldad Infantil (NSPCC) expresó: "Es lamentable que algunos de mis colegas hayan sufrido esto mientras jugaban el deporte que tanto ellos como yo amamos. Es importante que la gente sepa que está bien contarlo, que hay ayuda disponible y que no tienen que sufrir en silencio". Además en su cuenta de Twitter reconoció la valentía de los jugadores e instó a víctimas de abuso a denunciar.

El inglés Gary Lineker, futbolista retirado y considerado como uno de los mejores centro delanteros de la época de los ochenta, publicó un mensaje de apoyo a su ex compañero Paul Stewart.

Según la cadena de noticias BBC, aunque la mayoría de los casos involucran directamente a Barry Benell, existen declaraciones donde se mencionan otros entrenadores cuya identidad no ha sido revelada. Además, han surgido acusaciones de que clubes ingleses han llegado a acuerdos con jugadores que sufrieron abuso sexual a cambio de no hacerlo público, y como consecuencia no dañar la imagen del club.

El miércoles pasado, el Chelsea anunció que investiga si uno de sus empleados en los años setenta, abusó sexualmente de sus jugadores, luego de que la prensa publicará que en 2015, el exjugador Gary Johnson firmó un acuerdo económico para que no llegarán a juicio las acusaciones contra un reclutador del club ya fallecido, Eddie Heath. El Chelsea podría recibir una multa grande si se confirma el acuerdo con Johnson, pues la norma establece que los clubes deben notificar cualquier evidencia de abuso a menores o adultos.

El caso de los futbolistas impulsó a la NSPCC a ofrecer servicios de ayuda bajo una línea telefónica, para facilitar las denuncias de personas afectadas. En las primeras dos horas recibieron más de 50 llamadas y según la policía británica, actualmente existen 350 denuncias de abuso sexual en diferentes clubes durante sus años formativos, identificando a diez sospechosos. El organismo está entablando contacto personal, brindando apoyo a las víctimas.

Esta semana, The Times declaró que un antiguo jugador de categorías inferiores —aún bajo anonimato— reclama una indemnización millonaria al Manchester City argumentando que los abusos que sufrió destruyeron su carrera. Y aún se espera que muchos exfutbolistas profesionales y aquellos que renunciaron a su sueño en este deporte, salgan del anonimato y denuncien los abusos que sufrieron al inicio de su carrera deportiva.