De cuando Raquel Tibol abofeteó a Siqueiros...

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HISTORIA DE MÉXICO

De cuando Raquel Tibol abofeteó a Siqueiros...

Siqueiros encontró otro izquierdismo, uno que lo llevó a la prisión, al icónico Palacio de Lecumberri, en la Ciudad de México.

Raquel Tibol, nacida en Argentina, pero nacionalizada mexicana en enero de 1961, fue una historiadora y crítica de arte mexicano. Llegó a México en 1953, de la mano de Diego Rivera, a quien conoció en el Congreso Continental de la Cultura, en Chile, y poco a poco se fue haciendo un espacio en la escena artística nacional, cuando el muralismo todavía se estaba desarrollando y las ideas izquierdistas de los artistas de la época contrastaban con el gobierno represor mexicano. Desde su comuna, "El Tibolazo", publicada en la Revista Proceso, podía fomentar o destruir a cualquier artista de la época, según los escritores contemporáneos. Apoyó a Gabriel Orozco, cuando apenas comenzaba, aunque, en sus propias palabras, "cada vez me gustaba menos su obra."

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La ideología comunista que predominaba en los muralistas –muchos de ellos pertenecientes al Partido Comunista–, también desarrolló grandes rivalidades entre ellos. Las ideas de David Alfaro Siqueiros, que simpatizaba con las ideas de Stalin, fueron en parte, una de las razones de su enemistad con Diego Rivera, quien albergó a León Trotsky en su casa en Coyoacán, cuando lo habían exiliado de la Unión Soviética. En mayo de 1940, un grupo de hombres, entre ellos Siqueiros, atentaron contra Trotsky en su casa, disparando un ráfaga de balas, aunque el icono soviético salió ileso.

Leon Trotsky, 1930s

Siqueiros encontró otro izquierdismo, uno que lo llevó a la prisión, al icónico Palacio de Lecumberri, en la Ciudad de México. Nadie sabe porqué lo metieron, pero Tibol tiene dos teorías: la primera es que la hermana del entonces presidente, Adolfo López Mateos, Esperanza, "tenía simpatía por los trotskistas y quería cobrarse lo de Trotsky." Y la segunda es que Siqueiros estaba financiando una fábrica de armas para los guerrilleros de la época. Tibol cree más en la segunda teoría.

Antes de ingresar a Lecumberri, Siqueiros había pintado un mural que estaba en el vestíbulo del teatro "Jorge Negrete". En una parte del mural, pintó a un ejército de "güeros" empujando al ejército mexicano y pisoteando la Constitución, que tenía escrito el número 17, símbolo de la Constitución Política.

Mientras estaba en la cárcel, el hermano de Luis Echeverría, había mandado borrar esa parte en donde estaba representada la Constitución Mexicana. Y cuando Siqueiros salió de prisión, restauró el mural, pero no volvió a colocar el número 17, por lo que Raquel Tibol, también de izquierda, y en contra del gobierno represor de la época, realizó el chiste de que "los güeros pisaban el directorio telefónico."

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Aunque habían trabajado juntos anteriormente –Tibol y Siqueiros "se echaron 30 entrevistas al hilo en un viaje"–, y la periodista afirma haber recibido varias "bofetadas" culturales por defender y hablar sobre Siqueiros, la relación acabó en 1972, con una de las escenas más memorables de la vida cultural del país.

Capturas

A raíz de la polémica que desató el mural de Siqueiros, él empezó a trabajar con el gobierno con trabajos por encargo. Raquel Tibol criticó que, en julio de 1970, el pintor había donado la pintura del Cristo al Vaticano, dejando un sinfín de preguntas sobre el cambio de las decisiones ideológicas de Siqueiros. Tibol lo llamó "hipócrita" en varios artículos, y la tensión entre estos dos personajes fue creciendo.

Finalmente, en abril de 1972, en el Congreso Nacional de Artistas Plásticos, organizado por Jorge Hernández Campos, Siqueiros ofreció un discurso que duró 58 minutos, en el cual defendía el arte de estado, diciendo que era la mejor opción. Durante este discurso, Tibol empezó a preguntarle: David, ¿por qué borraste el 17? "Una y otra vez, hasta que lo irrité."

"Yo sabía que cuando se disgustaba –aunque yo estaba nacionalizada desde enero del 61–, no dudaba en provocar expulsiones de extranjeros." Y así fue, el muralista, además de decirle "¡Provocadora de asamblea!", dijo que "una argentina era incapaz de comprender el verdadero alcance del arte público nacional," recuerda Tibol. "Al término de la sesión me acerqué y le dije: 'Vengo a invitarte al cóctel de despedida que haré el día que me echen de tu país', a la vez que le tendía con amarga furia mi mano, que él no se dignó a estrechar."

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Es ahí cuando todo pasa: llena de enojo, Raquel Tibol abofeteó a Siqueiros, y según ella, fue la cachetada más fuerte que dio en su vida. Sin lugar a dudas, esa escena fue la más recordada de todo el congreso. Vicente Leñero dice que haber estado ahí, con una cámara lista, fue la mayor virtud de un fotógrafo de prensa. Y fue Héctor García quien logró capturar la imagen. Aunque Tibol asegura que García no estaba en el momento del golpe, más bien, "buscó sustituir una realidad por otra parecida", con un juego de manos que realizaba Tibol momentos después de la cachetada, porque la discusión duró todavía más tiempo.

David Alfaro Siqueiros

Tiempo después, en el Museo de Arte Moderno, Siqueiros invitó a Tibol a su casa en Cuernavaca para tratar de tranquilizar las cosas. Pero Tibol nunca más volvió a pisar la casa del artista. Esta escena ha enriquecido la fascinante vida artística y cultural de México en el siglo XX. Una leyenda del periodismo crítico y uno de los mejores artistas que ha dado este país, darían motivos para hablar en cualquier situación.

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