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Cultură

La Colifata: La primera radio del mundo que transmite íntegramente desde un neuropsiquiátrico

Visitamos una radio producida íntegramente por colifas (del lunfardo, locos queribles).

Muchos porteños (así es como nos dicen en Argentina a los oriundos de la capital) sabemos que en una parte de nuestra ciudad hay un neuropsiquiátrico en el que día a día pasan cosas fuera de lo común. Muchos de nosotros también sabemos que, de entre todas la locuras que mueren ahí adentro, calladas por los muros del paredón perimetral que rodea al Hospital Borda, hay una que se las ingenió para salir a la luz, para hacerse de su derecho a la palabra y atravesar así esos muros que la separaban cada vez más de la realidad del afuera. Muchos escuchamos alguna vez hablar de La Colifata, pero como tantas veces sucede en la sociedad moderna con esas cosas que no nos afectan directamente, enseguida la borramos de nuestra realidad cotidiana.

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Se me ocurrió entonces ir hasta el hospital para escuchar de boca de los colifatos qué es esto de una radio hecha por locos.

Ni bien llegamos, dos policías salen de una casilla semiabandonada desde la que cuidan la entrada al recinto para decirme que no se puede sacar fotos ni del hospital ni de los internos. ¿Cómo a alguien se le va a ocurrir hacer eso, contarle al mundo lo mal que se vive allí dentro luego del vaciamiento generalizado del hospital? En fin, digo que nada de fotos y sigo mi camino. La radio funciona en un patio abierto, bien al fondo.

Sobre una mesita se apoyan la consola, dos computadoras no tan de última generación y los micrófonos de dos de los cuatro coordinadores de la radio. Ellos son psicólogos y los encargados de moderar, dar la palabra y ayudar a reflexionar a los verdaderos protagonistas del espacio: los colifatos.

“Hola, soy Francisco, un colifato más. Acá estoy viendo un niño pequeñito, ¡qué alegría para los colifatos!”, dice Francisco, micrófono en mano, cuando comienza el programa. Y siguiendo un orden de actividades anotado en un pizarrón, de a uno toman la palabra el resto de los colifatos y se van presentando. Cada uno escucha atentamente a su compañero desde una de las 20 sillas que se disponen en forma de U mirando a la consola. Todos tienen algo para decir, y todos son respetados.

“Estoy en estado de optimismo, porque vamos ganando 1 a 0 contra la demolición”, acota Hugo López, uno de los colifatos más talentosos y carismáticos. Habla de la lucha de los internos y trabajadores del Borda contra el gobierno de la ciudad de Buenos Aires que pretende construir un centro cívico en los terrenos del hospital, hecho que podría llevar al cierre del mismo, o por lo menos de los talleres de artes y oficios que allí se dictan, como los de carpintería, herrería y gráfica, que ayudan a la reinserción de los internos en la sociedad.

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Éste es el tema del día en el programa. Y a pesar de ser delicado y tocar las sensibilidades de los internos, el clima de camaradería, cordialidad y tolerancia para con el otro genera una atmósfera que deja estupefactos a todos quienes estamos de visita. ¡Parece que los colifatos nos están dando una lección de vida a los que creemos estar cuerdos!

A medida que avanza la tarde, los internos se van acercando y se van yendo. Participan cuando tienen ganas.

Foto por Rocío Farfán Salazar.

Mientras el micrófono y las galletitas pasan de mano en mano, Federico se acerca a charlarme. Él ya no vive en el hospital, dice que los médicos firmaron una petición para que lo externalizaran: “A mí me pusieron así: Federico Matías Fulanez Menganez, no puede permanecer en este hospital por no ser psicótico y por estar estable. Su permanencia sería perjudicial para su salud, señora jueza”. Ahora se presenta como un factotum, tiene una columna sobre filosofía en la radio y aporta una mirada bien definida sobre lo que pasa en el Borda: “La locura enloquece, es contagiosa, lo irreal se convierte en lo normal. Cuando estás adentro, las cosas más locas que pasan acá, te parecen normales. Te volvés loco. Una vez le pregunté a un tipo por qué estaba acá. 'Yo estoy acá porque quiero estar acá, prendí fuego al quincho de mi casa', me contestó. Y a mí me pareció normal. Pero estaba loco”, asegura.

Francisco es amante de las fórmulas matemáticas, andaba con ellas para todos lados hasta que los médicos le sacaron su libreta. “Me decían que estaba loco, pero las fórmulas a mí me funcionaban perfecto”. Cuando charlo con algunos de los colifatos no dejo de sorprenderme por el nivel de análisis que alcanzan en algunas reflexiones. Por momentos me pregunto si serán casos de locura por una capacidad intelectual muy desarrollada. “Tengo miedo de perder mi inteligencia con la droga”, se escucha de fondo mientras charlamos. Uno de los ex internos me cuenta que “los enfermeros del Borda son enfermeros polis, enfermeros duros. A veces no querías tomar la medicación y te agarraban del cuello y te ponían contra la pared: 'Tomá la medicación, pibe, hacé caso'”. “Me clavaron 12 inyecciones para dormir, me clavaron 12 inyecciones para dormir”, balbucea el “Dr. Valle”, otro de los internos, a cada paso.

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Antes de irme vuelvo a charlar con Federico. Quiero saber qué significa para él la radio. “La Colifata es un dispositivo terapéutico creativo que da dignidad”. Desde 1991 la radio está al aire gracias a la iniciativa de Alfredo Olivera, su creador, al apoyo de todos los trabajadores que ponen el hombro, a fondos que provienen desde el exterior (desde la web de La Colifata explican que “en los últimos tres años, el 85% del financiamiento provino principalmente de Francia a través de la Academia Nacional de Artes y Ciencias, de España a través de Manu Chao, Aquarius y Sony, y de Estados Unidos a través de Francis Ford Coppola) y a este grupo de gente linda que crea un espacio que sirve para desestigmatizar la locura, para ayudar a que los internos de a poco vayan reinsertándose en la sociedad y para que, como dice una de las chicas que visita la radio, al final del día nos vayamos todos pensando que “si hubiera más colifatos, estaríamos mucho mejor”. Mientras tanto, se los puede escuchar en vivo clickeando acá.

Manu Chao en La Colifata, foto por www.mundorasta.com.ar

Francis Ford Coppola en La Colifata, foto por www.imd.org.ar