Hace poco pedí a cinco chicas y un chico que nos contaran cómo fue la primera vez que tocaron un pene. La mayoría de las anécdotas eran muy incómodas y, en algunos casos, ligeramente forzadas.

Tras escuchar estas historias de semihorror, empecé a preguntarme si ese primer contacto es diferente para los hombres. A mi entender, los hombres no salen de su primera experiencia vaginal sintiéndose inseguros y sucios. Por eso pregunté a hombres y a una mujer cómo fue tocar una vagina por primera vez. Y sí, las respuestas tuvieron un tono diferente.

Acordamos vernos en un bar. Encontramos una mesa agradable en un rincón oscuro. Una cosa llevó a la otra y terminamos metiendo mano en nuestros respectivos pantalones. Los dos nos habíamos rasurado. Fue bonito saber que ella se tomó la misma molestia que yo.

Pasó apenas hace un año. Antes de eso, no tenía idea de lo húmeda que puede llegar a estar una vagina. Como había visto mucho porno, creía que lo tenía todo bajo control pero cuando me di cuenta de que ahí abajo había más humedad de la que podía producir mi mano nerviosa y sudorosa, entré en pánico y creí que la chica se había orinado en los pantalones. Traté de actuar con naturalidad y fingir que sabía lo que estaba haciendo, pero ni siquiera pude meter un solo dedo. No esperaba que su vagina fuera tan prieta.

Decidí acariciarla suavemente y nada más, pero ella me tiraba del pene como si quisiera sacarle el corcho a una botella de vino. Tenía las palmas increíblemente sudadas y lo único en que pensaba era que debíamos haber hablado antes sobre eso. Me estaba cagando por dentro. No quería ser brusco pero tampoco quería parecer un inútil. Fue una experiencia aterradora.

Tenía 17 años y estaba borracho en una fiesta. Ahí conocí a una chica, pero a esa edad yo era demasiado frígido. Ni siquiera me atrevía a besarla delante de mis amigos, así que decidimos salir a dar un paseo y nos lo tomamos con mucha calma. Terminamos en la parte de atrás de una tienda, lejos de la carretera pero cerca de las farolas para no estar totalmente a oscuras.

Estuvimos enrollándonos un buen rato y le metí la mano por debajo de la falda. Estaba muy nervioso pero pensaba, Tengo que hacerlo. Todos lo hacían, así que decidí probar a meterle un dedo. Por aquel entonces, no sabía que tenía que estimular primero la zona, y se lo metí así, sin más.

Por lo que había visto en vídeos porno, hacer las cosas lentamente no era una opción. La chica me pidió que fuera más delicado y poco después ya estaba muy húmeda. Recuerdo que hubo un momento en el que la posición en la que estaba podía verle la vagina y me dio mucho miedo; en ese momento me di cuenta de lo que estaba haciendo. Por fuera actuaba como si nada pero por dentro no era más que un bebé asustado.

Mi novia de ese entonces y yo decidimos reservar una habitación en un hotel para mi 18 cumpleaños. No teníamos oportunidad de estar juntos en otro lugar que no fuera el asiento trasero de mi coche y para nosotros era muy importante que nuestra primera vez fuera agradable y con privacidad. No sabía qué esperar. Había visto porno y pedido consejos a mis amigos, pero sabía que ella iba a estar igual de confundida que yo, así que traté de no preocuparme demasiado.

Cuando llegamos al hotel no fue como en una escena de película en la que entramos corriendo, nos tiramos en la cama y lo hacemos. Todo estaba planeado; nos sentamos y hablamos un rato antes de empezar. Yo creía que iba a ser un orificio suave con paredes simples y simétricas, pero me sorprendí al darme cuenta de la forma tan extraña y la cantidad de detalle que hay dentro.

Traté de prestar atención a lo que le gustaba. Cuando terminamos, nos quedamos dormidos inmediatamente y no hablamos de nada de lo que pasó hasta después, por mensaje.

Me costó muchos años atreverme a hacer algo. Normalmente metía la mano, me rayaba y prefería alejarme porque no podía definir mi sexualidad. Le tuve miedo a las vaginas por mucho tiempo. Mi primera experiencia fue en un trío que hice con dos amigos. El tipo no me gustaba para nada, así que fingí que no estaba ahí y descubrí que la vagina era lo mejor del mundo. Acababa de cumplir 20 años.

Era una mezcla entre tener miedo y saber más o menos qué hacer. Además, me di cuenta de lo diferentes que son las vaginas. Esperaba que fuera igual que la mía pero no, cada una tiene sus gustos. De hecho, cualquier otra vagina que no sea la mía es un misterio para mí.

Fue hace unos meses. Era de noche e invité a una amiga a mi casa a ver Juego de tronos y nos pusimos cachondos después de ver las escenas de sexo. Había visto porno y sabía más o menos cómo es una vagina, pero no tenía idea de qué excita a una chica y cuáles son los puntos donde siente más placer.

Metí la mano en su ropa interior y lo primero que noté fue lo mojada que estaba esa zona. Al principio no me gustó. Creí que se había hecho pis. También noté lo pequeño que era el orificio y me daba miedo meter los dedos. Era más blando y baboso de lo que imaginaba.

La experiencia en general fue incómoda y sentí como si la hubiera apuñalado con mis dedos. Pero su actitud fue muy positiva en todo momento. Me pasé todo el tiempo preguntándole, "¿Te gusta? ¿Es agradable?".

No sabía qué estaba haciendo. El clítoris era un factor desconocido para mí. También era su primera experiencia sexual. No sé por qué, pero no podía dejar de preguntarme, ¿Qué pasaría si alguien metiera la mano entera?. La verdad, fue muy extraño e incómodo sentir a alguien tocándome el pene por primera vez.

Tenía 15 años y estaba en una fiesta. Le dije a una amigo que quería intentar algo con una chica de la escuela. Después, cuando llegó la chica, dije ¿Por qué no? Así que utilicé mi mejor técnica y le ofrecí un poco de alcohol a cambio de un beso.

Para mi sorpresa, funcionó y terminamos enrollándonos en una habitación. Como la puerta no tenía cerrojo, no paraba de entrar y salir gente. Le pedí a mi amigo que cuidara la puerta pero tampoco sirvió. Terminamos encerrados en un armario.

Cuando metí la mano, me impresionó sentir lo pequeño que era el orificio. Lo único en que podía pensar era, Haz algo, no todo, pero algo. Obviamente, había visto porno y hablado de sexo con mis amigos y juro que hasta American Pie me sirvió de guía. Pero ella tenía mucha experiencia y me ayudó durante todo el proceso.

Cuando llegué a la escuela el lunes, todos sabían lo que había pasado. De hecho, aunque ya han pasado algunos años, todavía hay gente que lo menciona y ni siquiera estuvo allí.

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Ilustraciones por Michael Dockery.