Música gratis el domingo: Cuzo

Cuzo quiere decir heces en japonés. Y persona rara, que no se comprende. Ya nos pasa con nuestra música, ¿quién nos entiende? ¿Nos entendemos nosotros? ¿Somos una caca? Quizá nos entendemos entre nosotros porque no cantamos. No nos liamos en nuestras pajas mentales personales. No nos imponemos nada cuando improvisamos. ¿Pura democracia? Cada uno toca lo que le parece, lo que le inspira al otro. Todo libertad. Sin anclajes de estilos ni fronteras. ¿Amor?  ¿Existe el arte? ¿Existe la verdad? ¿Qué tiene que ver el dinero en todo esto?

El exorcista turco: Estambul es una de las ciudades más bonitas en las que nadie pueda estar en la vida. Urbe y mística absolutamente en simbiosis. La calle más larga y con más tiendas de instrumentos que se imagine. Música por doquier y respeto hacia oriente. Sí. Y ¿qué me decís de Las Grecas? ¿Y del Exorcista? ¿Y si encima es turco? ¿Sí o no?

Alquimia para principiantes: La alquimia es todo en la vida. Y también nada. Convertir el carbón en oro es lo que conseguimos cada día cuando acabamos el trabajo y generalmente cuando hacemos miles de cosas que nos pasan en la vida. El caso es que casi siempre nos sale medio bien o medio mal, o fatal. Total que casi nunca pasamos del nivel principiante. Sobre todo con las mujeres, ese eterno misterio. Transmutémonos en algo.

Erotissimo: Si naciste en los setenta seguramente fuiste marcado por esos espacios televisivos pseudoculturales que nos brindaba Telecinco a principios de los 90. ¡Hay que calor!, las mamachicho y ese mitico Erotíssimo que nos ilustro con las voluptuosas películas de Tinto Brass, la mítica serie de Jaimito y las adaptaciones de Alberto Moravia. ¡Avanti Italia!

Mi otro yo: Ser actor. Trabajar con jefes. La familia. La novia. Mi otro yo. Todos los yo de que podamos disponer. Dicen que cuantos más personalidades y roles podamos actuar mejor nos adaptaremos al medio, a la vida. ¡Hard rock y salsa! Sí, todos nuestros yo han salido a bailar y se miran a la cara unos a otros y se caen bien y mal. Y todo a la vez. ¿Por qué? Porque somos así.

Mil homes: Prometer y prometer. Así nos tratan. Así tratamos, a veces. Cuantas menos más tranquilos. Si no es que eres un milhomes: mentiroso, necio, manipulador, demagogo, ladrón, sinvergüenza, especulador, hipócrita,  dueño, facineroso, timador, tunante, esclavista, inmoral, prepotente… Podemos seguir. ¿Hace falta?

Ilustraciones: Error! Design