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Cultură

“Yo soy una persona que hace muy poca vida social”: una charla con La Negra Candela

Hablamos con la persona "mejor informada" del país sobre ética del chisme, ser mujer en los medios y las amenazas a los periodistas.
Foto por Daniela Echeverry.

Graciela Torres era Wikileaks antes de que Wikileaks existiera. Aunque sus inicios fueron en el periodismo deportivo, durante más de 30 años ha sido la mujer que destapa los escándalos nacionales del mundo del espectáculo con una sospechosa suerte de omnipotencia. Siempre ha estado, en todos los televisores de Colombia. VICE: Graciela, ¿cómo es vivir con el constante miedo de ser demandada?
 Graciela Torres: Pues resulta que yo no vivo con ese temor: eso me tiene sin cuidado. Si yo viviera con ese temor seguramente me hubiera retirado del periodismo hace mucho o me hubiera dedicado a hacer lo que es ahora el periodismo del entretenimiento, que es un periodismo absolutamente light. Hablaría de pelucas, cirugías plásticas, tacones y nada más. Yo creo que es un periodismo que nunca he hecho, a mí me gusta el periodismo profundo, porque el hecho de que sea periodismo del entretenimiento no quiere decir que no sea un periodismo con investigación y sea responsable.  ¿Qué tan serio y responsable puede ser cubrir el "chisme"?
A mí me da mucha risa cuando me hablan del chisme porque la gente es bastante ligera en sus opiniones y los colegas lo hablan de una manera muy superficial. Entonces el chisme supuestamente es una calumnia y resulta que cuando uno se inventa una historia uno se va para la cárcel. Yo llevo treinta y tantos años haciendo periodismo, no en el entretenimiento porque no toda la vida fui periodista de esto, y a pesar de que lo han intentado no me han podido meter a la cárcel, ¿por qué? Porque no estoy diciendo mentiras. Me imagino que debe tener un abogado que la asesore antes de publicar cierta información. ¿Cómo funciona eso?
Mira, uno sencillamente se ciñe a la verdad, ¿cierto? Y cuando se ciñe a la verdad contrastando la información, aprende a autorregularse. En un momento dado uno dice: "vamos con un abogado a ver qué opciones tengo, si publico esto seguramente me voy a la cárcel o me van a demandar o no". Yo pienso que la fuente y la base de todo el periodismo —y no solamente del entretenimiento sino de cualquier especialización— son la verdad y las pruebas que uno tenga en la mano. Con eso, pues no importa. A los protagonistas nunca les gusta que se publiquen algunas noticias, entonces cuando yo hablo con ellos, les digo: "si usted no quiere que se publique, no lo haga. Porque entre cielo y tierra no hay nada oculto". ¿Cómo pasa de ser redactora deportiva a diosa del espectáculo?
Pues es muy chistoso porque la verdad es que cuando comencé, estudiaba en la Universidad América Ciencias de la Comunicación Social, y lo que ahora se conoce como "las pasantías" en esa época se llamaba las prácticas. Nosotros éramos un grupo grande en la Universidad porque éramos primer semestre y nos mandaban a hacer prácticas a El Tiempo porque nuestro director era Daniel Samper Pizano, entonces éramos como una langosta para todos los periodistas porque no sabíamos nada, todos nos sacaban el cuerpo y nadie quería hablar con nosotros porque les estábamos quitando el tiempo. Entonces decidí que me iba buscar mi propia práctica a otro sitio. No sé por qué circunstancia de la vida alguien me dijo: "Vaya a El Siglo que allá puede tener opción". Yo llegué a El Siglo que era lo más machista del mundo y había una sola redactora que escribía de turismo. También estaba Héctor Troyano que era el director de deportes y me miró de arriba a abajo, como lo miran a uno cuando está en la Universidad (con desprecio) y me dijo "¿usted es capaz de escribir sobre deportes?" y le dije "claro que soy capaz de escribir sobre deportes". Uno es capaz de todo cuando está en primer semestre y tiene 17 años. Y así terminé escribiendo en la sección deportiva. En ese medio hice todos los deportes extremos y me da mucha alegría saber que fui una de las pioneras. Después de ahí me mandaron a una revista que se llamaba AS Deportes que era de Cromos y Vea, de esa misma empresa, y ahí escribí hasta que se acabó la revista. ¿Durante cuánto tiempo escribió de deportes?
Como unos tres años. Terminé en El Espectador escribiendo también sobre deportes. Fue una etapa muy chévere donde la única que escribía sobre eso era yo. Hice bungee jumping y canotaje. Cubrí boxeo y cosas de ese estilo. Naturalmente, todos los periodistas deportivos me insultaban, por ser la primera mujer en cubrir estos eventos. ¿Qué calidad tienen sus fuentes?
Cualquier persona que está en la calle es una fuente. Por ejemplo, a mí me gusta mucho hacer las colas en los bancos o pagar los servicios, porque uno en esas colas se entera de una cantidad de vainas. En los supermercados también, como los peluqueros, por ejemplo. Aunque ellos no son tan confiables, porque siempre tienen realidades y celos con los otros peluqueros. Las señoras del servicio, las niñeras, los conductores, y toda la gente que vive el día con los personajes del mundo del entretenimiento, o del mundo en general, son también una fuente. ¿Qué connotación tiene la palabra "chisme" para usted?
Para mí quiere decir algo mentiroso, desde un punto de vista, pero también puede ser un estilo de comunicación. Porque el chisme es el calificativo peyorativo a una información, pero si tú miras, por ejemplo, el "1,2,3" de CM&, eso que hacen son chismes políticos. Si miras el Teléfono Rosa de El Tiempo son chismes; los Secretos de Darcy Queen en Caracol son chismes.. Todos los medios de comunicación tienen secciones de chismes y ahí sí quiero hacer una aclaración y darme un champusito porque todo eso nació a raíz de los chismes de Picantísimo. Lo que tiene una connotación de chiva, de información adelantada, se le dice chisme. ¿Qué tipo de pruebas les hace?
Ellos vienen y me cuentan un chisme: "Negrita pasó tal cosa", yo ya sé qué es verdad o es mentira. ¿Dónde pasó? ¿Cuándo pasó? ¿Cómo pasó? Y si no responde con la verdad, no lo dejo decir nada y no va al aire. Además yo pienso que la experiencia de uno en el medio le da el conocimiento y uno ya sabe si lo que le están diciendo es verdadero o falso. ¿Sus personas más allegadas le tienen miedo?
Yo pienso que la gente no me tiene miedo, creo que me tienen respeto. Yo no tengo odio contra nadie, ni envidio a nadie, me tiene sin cuidado si son bonitas o son feas, pero no me diga mentiras, porque si usted me dice mentiras, pelea conmigo, y yo lo voy a enfrentar. ¿Y cuando está entre amigos?
Yo soy una persona que hace muy poca vida social y sí me doy cuenta de que la gente está prevenida y de que además se abstiene de hablar de determinados temas. A mí no me interesa eso porque sé que las fuentes me llegan por otro lado y sencillamente lo asumo. ¿Quién es su ídolo?
No, yo no tengo ídolos. Yo creo que una de mis grandes virtudes es desmitificar a las estrellas, porque yo los conozco y sé que todos son seres humanos antes que ídolos. ¿Alguna vez se han vengado de usted?
Que yo me haya enterado, no. Supongo que habrán intentado si me querían meter a la cárcel. ¿Su vida ha corrido peligro alguna vez?
Muchas veces. Incluso acá en Todelar hubo amenazas de volar las instalaciones si no me sacaban a mí. Me he encontrado con varias coronas e invitaciones a mis exequias en la iglesia de San Diego, me acuerdo. Me llamó el gerente una vez y me dijo: "Mira, me llegó una carta que dice que si no te echamos en tres días, van a volar las instalaciones". Eso fue en la época de los 90, la dura del narcotráfico. Finalmente ellos dijeron que no, que nos volaran a ver qué pasaba. Pues obviamente ahí mismo llegó la policía y toda la cosa. ¿Ha tenido seguridad personal?
Tuve seguridad personal pero no lo sabía porque me la puso el DAS, cuando existía. Pero tocaba darles de comer y yo tenía para darles a ellos pero no para mí. Entonces dije que los devolvía. ¿Con las nuevas tecnologías hay un grupo en whatsapp de los periodistas más chismosos del continente del que haga parte?
No que yo sepa. Ahora uno entra a internet y todo el mundo escribe como le provoque. Y sube el chisme a Whatsapp, Twitter e Instagram. Yo lo leo y digo sencillamente si esto es mentira o es verdad. Pero además tengo que leer todos los portales que están a mi nombre que son falsos. Hay uno que se llama Negra Candela Oficial que usan un lenguaje completamente obsceno, entonces a cada rato me toca aclarar que ese no es mi portal, que yo no mando a decir las cosas sino que yo las digo de frente. Yo tengo un community manager que maneja mis redes, pero es un poco complicado porque sí soy muy prevenida. ¿Usted cree que Twitter se puede volver la próxima Negra Candela?
No, porque ellos no tienen la información de primera mano. Hablando de su vida personal, ¿cómo le va como suegra?
Soy una buena suegra. No molesto en la vida de mi hijo, que es el que está emparejado. Cada uno tiene su propio espacio y camino. Cada uno toma sus decisiones. Soy una buena suegra porque yo ayudo. ¿Ha tenido algún chisme vetado que no pueda contar?
Tengo muchos chismes guardados, la gran mayoría por solidaridad de género. Otros porque es enfrentar mi palabra contra los protagonistas que tienen mucho poder, que obviamente tendría que enfrentarme a ellos. En algún momento los publicaré. ¿Qué piensa de que el periodismo del espectáculo siempre sea tomado como algo light y poco respetado?
Eso se ha dado justamente desde que yo empecé. A mí me decían que ese periodismo era para las sirvientas. Pero resulta que yo trabajé 15 años en la Radio Nacional, me gusta mucho la cultura y me encontraba con personas muy cultas que se sabían todos los chismes que contábamos aquí en Picantísimo. Me decían: "Es que mi empleada me contó" y yo les preguntaba: "¿Usted por qué habla con la empleada de eso?". Una vez Orlando Cadavid escribió una columna en la que decía: "La Negra Candela pasó de ser la periodista de las empleadas del servicio, a ser el comentario de las reuniones del alto Turmequé" porque él decía que si lo decía la Negra Candela era cierto.No hay nada más light que el mundo político; si te das cuenta todos los políticos andan en todos los cócteles donde están las celebridades del mundo del entretenimiento.

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