FYI.

This story is over 5 years old.

Música

No todo es Copy / Paste: Una charla con Pati Peñaloza por los XV años de 'Ruta Sonora'

Este 9 de septiembre, uno de los espacios relevantes del periodismo musical en México celebra quince años de vida. Charlamos con su fundadora y artífice sobre esta columna semanal.

foto de Daniel Patlán (todas las fotos vía)

"Siempre quise escribir de rock, pero sabía que no podía decir pendejadas habiendo gente como Óscar Sarquiz, Xavier Velazco, David Cortés o Sergio Monsalvo publicando. Me costó mucho empezar a escribir de música, no me sentía competente para hacerlo, me daba pena, pensaba que se necesitaba de una preparación profunda para lograrlo". Con ese apunte como fundamento, Patricia Peñaloza cumple quince años de firmar "Ruta Sonora", el espacio que cada fin semana ocupa en el diario La Jornada y donde, ella misma recalca, lo más importante es compartir el entusiasmo por la música. "Porque yo les escribo a lectores que no son especialistas, que no tienen tiempo de estar escuchando discos para saber cuáles son las novedades; esa es mi chamba, mi servicio a la comunidad".

Publicidad

Con experiencia como colaboradora en El Financiero, Gatopardo y La Mosca, entre otras publicaciones, además de medios como TV Azteca, Canal 22 y Rock 101, Peñaloza se considera sobreviviente de la era donde aún se grababan entrevistas en cinta y era común recurrir a libros, de cuando para escribir sobre música era necesario contar con cierto grado de erudición. Hoy, ella misma argumenta, el periodismo musical, y especialmente el que pone foco en el rock, se ha vuelto un trabajo de segunda gracias a que "para muchos medios todo es copy / paste cuando hay que describir emocionalmente, dilucidar cuál es la importancia de determinado artista respecto a su contexto. Actualmente muchos editores buscan niñitos que ven el periodismo musical como una etapa juvenil, como algo pasajero antes de creerse adultos. Yo no pienso así, creo que hay que saber del valor de la palabra".

Para celebrar quince años de compartir música y generar un diálogo público sobre bandas, cantantes, discos, canciones y disqueras que, de otro modo no hubiera sido igual, este 9 de septiembre habrá guateque en el Pasagüero, junto a Prisma (Priscila y Marcela de Quiero Club), Big Big Love, AJ Dávlia, Ayer Amarillo y la banda de la propia Pati, Los Licuadoras. Aquí está el evento en Facebook. Abajo el flyer y después la charla con Pati.

Ruta Sonora es publicada en un diario cuya afiliación política resulta muy clara, eso hace que tu trabajo ahí tenga una línea limitada, ¿cierto?
Sí, y yo soy afín a ello. Me considero una persona de izquierda con altas dosis de idealismo. Como el peje, soy de prinjipios. Entonces, si hay un festival que apoya a los pueblos indígenas, escribo sobre eso, y lo hago porque me parece un tema crucial, así como el del derecho a la fiesta que tienen los jóvenes, además de todo lo que daña a la comunidad musical del país —las mafias, los favoritismos. La polémica me da flojera, yo uso argumentos musicales y artísticos, pero cuando hay que señalar que alguien se pasa de lanza, lo digo. Y así como estoy con ciertas situaciones de desigualdad social y apoyo a la izquierda, también me gusta estar al día, hablar de la vanguardia sonora y de lo que está de moda. Soy una combinación entre chaira y hipster.

Publicidad

Te causa flojera la polémica, sin embargo sueles estar en medio de ella.
No voy a negarlo, soy muy necia y orgullosa, defiendo mis puntos de vista y soy testaruda. Pero nunca medito en decir algo para ver qué provoco, yo no me meto con nadie y nadie te puede decir que lo defraudé, lo insulté o le hice una chingadera ¿Les molesta mi sinceridad, que digo lo que pienso? Mucha gente sabe usar la diplomacia y la hipocresía, personas que yo consideraba aliadas y que, me he enterado, dicen cosas horribles sobre mí. Y en este tema influye el hecho de que soy mujer. No voy a tirarme al suelo para usar un victimismo chafa; pero sí tiene qué ver. Trabajo en un medio muy machista, terroríficamente masculino. Entonces algunos piensan: ¿cómo que una vieja escribe de música? Te descalifican, tienes que demostrar algo sólo por ser mujer. Yo creo que hay algo de envidia ahí, algo de: ¡ah, esa vieja escribe en La Jornada, tiene un gran escaparate que yo aprovecharía mejor! Esas agresiones vienen del medio. Mis lectores me adoran. Hombres y mujeres. Ellos sí valoran mi trabajo.

foto de Eniac Martínez

¿Cuántos lectores tendrás en La Jornada semanalmente?
Es un enigma, a mí nadie me reporta eso. Sólo sé que la gente en la calle llega y me dice: "Ah, tú eres Pati Peñaloza, te he leído". O hay también quien me dice: "Ay, eres mi gurú". Tengo seguidores integrales, quienes me escucharon en Rock 101, me han leído en La Mosca o le gustan Los Licuadoras.

Publicidad

¿Qué son Los Licuadoras?
Es una banda que integramos Diego Elgarte y su servidora. Hemos grabado dos discos y tenemos un sonido que se aproxima a una banda con actitud y ruido punk, pero con melodías pop y arreglos psicodélicos.

Ejerces la crítica musical y al mismo tiempo te subes a un escenario, ¿será eso lo que a algunos les molesta?
¿Y a Fernando Rivera Calderón, Alonso Arreola, Joselo Rangel, Armando Vega Gil y Daniel Gutiérrez por qué nadie les dice nada? Ah, pero a la Peñaloza sí hay que chingarla.

Pero, ¿sólo por ser mujer te pasa eso?
Yo creo que sí, y lo digo en serio, ¿cuál otra razón hay? Yo no tengo más o menos tocadas por escribir en La Jornada, al contrario. Muchos creen que es un privilegio, que gracias a mi trabajo como periodista obtengo beneficios; pero cuáles, de qué me hablan. A mí no me ha pasado o nunca me he dado cuenta. Jamás viví eso de que porque le parecí encantadora al jefe éste me dio chance de escribir, por ejemplo. Entré a La Jornada con Fabrizio León porque a él le gustaba lo que yo escribía; en La Mosca nadie me recomendó, yo llegué sola, nadie me presentó con Hugo García.

¿Podrías recomendar a mujeres que hagan periodismo musical en México?
Ay, fíjate que habemos poquitas. Está Natalia Cano, que es muy profesional; Naomi Palovitz, que ya no escribe, desgraciadamente; y Madela Bada, que es una de las que más saben de música en este país, la admiro mucho. De las chavitas, sinceramente no he localizado una que diga wow.

Publicidad

¿Se vive bien de escribir en un periódico una vez a la semana?
De eso y de dar clases, se vive a medias. El periodismo me paga mejor que la música, gano más por escribir una nota que por hacer un show. La música no es un negocio.

¿Por cuánto tiempo más crees que sigas firmando Ruta Sonora, habrá una fila de personas esperando a que desocupes tu silla para sentarse ahí?
No creo que alguien quiera mi puesto. Hoy los chavos buscan su propio lugar. Sigo en La Jornada porque hay gente que se emociona con mis recomendaciones, que coincide con mi gusto y agradece lo que escribo. ¿Cuánto más durará esto? No lo sé.

Pati poniendo rolas en La Pulquería Los Insurgentes, foto de Juan Carlos Ruíz Vargas

Decías que cuando empezaste a escribir de música buscabas contar con una preparación profunda, ¿lo lograste al fin
Yo creo que sí, pero uno nunca termina de prepararse. Jamás he dejado de leer, escuchar ni investigar.

Cuentas que laboras en un ambiente plagado de chismes y machos. En el infierno. ¿Recomiendas dedicarse al periodismo musical?
Carlos Marín —cuando era un ser humano, antes de que lo lobotomizaran— me daba clases, y me habló de ciertos vicios del medio, pero vivirlos es otra cosa. Yo recomendaría entrarle, pero mantenerse aislado, en el trabajo, enfocado en hacerlo bien. Cuando empecé, contaba con ejemplos monumentales que me hacían pensar que para hablar de música había que ser erudito, y vengo de esa escuela, donde se te respetaba por cómo escribías; y mira, actualmente doy clases de periodismo y veo con sorpresa que aún hay jóvenes a quienes les prende esta idea, la de que escribir de música no es un asunto de segunda, sino algo muy serio.