Oficiales de la Marina muestran ante la prensa los kits de radio que confiscaron al cártel en el año 2011 en Veracruz. Video: Reforma.Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard, nuestra plataforma de ciencia y tecnología.A las autoridades mexicanas les gusta hacer un espectáculo para mostrar cada que desmantelan parte de una red secreta de comunicación que usan los cárteles para estar un paso delante de la ley. Oficiales de la policía federal aseguran haber confiscado 306 antenas de radiocomunicación y 225 repetidoras de frecuencia en los últimos seis años. Sólo hay un problema: hasta ahora nadie sabe qué fue del equipo que confiscaron.La Procuraduría General no tiene registro del paradero de 531 antenas y repetidoras de frecuencia presuntamente confiscadas entre 2008 y 2014, según informa Animal Político. De hecho, la PGR asegura que ese hardware nunca estuvo bajo su custodia, según Paris Martínez, un reportero de Animal Político que ha seguido la noticia por años, con quien ya había platicado antes sobre telecomunicaciones en México.
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El ejército mexicano y la Marina son los que se encargan de estos operativos pero es el Ministerio Público de la Federación (que pertenece a la PGR) el que se encarga de procesar casos que tienen que ver con redes de comunicación ilegales, las cuales pueden extenderse cientos de kilómetros desde la frontera con EU hasta el interior de México. Después de que las autoridades reúnen la evidencia —no solo antenas y repetidores, también radios, celulares, laptops y hasta paneles solares que proporcionaban energía a las zonas rurales que forman la columna vertebral de las infraestructuras de comunicación ilegales de los cárteles—, se la entregan a la PGR. Así se supone que funcionan las cosas.Este es el último giro en la saga de lo que se conoce como "radio narco". Aún se desconoce el paradero de Felipe del Jesús Peréz García y el de otros 40 especialistas en telecomunicaciones que desaparecieron desde 2008, y que se cree que fueron secuestrados por los cárteles para construir y controlar sus redes clandestinas de radio. Tampoco se sabe dónde terminaron algunas partes de las redes que según las autoridades confiscaron hace poco, si es que en realidad lo hicieron.Un ingeniero de telecomunicaciones que entrevistó Animal Politico propuso una teoría que podría ser cierta: tal vez los que compran aluminio, metal y fierro se llevaron las más de 500 antenas y repetidoras de frecuencia por el material con el que estaban hechas. Y no se sabe nada ni de los emisores ni de los receptores.
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