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encefalopatía traumática crónica

Estudio revela que el 99% de los cerebros donados por exjugadores de la NFL presentan ETC

Un estudio publicado el mes pasado reveló que 110 de 111 exjugadores de la NFL que donaron sus cerebros para ayudar en las investigaciones de traumas cerebrales sufrieron encefalopatía traumática crónica.

Pérdida de memoria, confusión, dificultad para tomar decisiones, agresión, depresión, ansiedad y, en ocasiones, impulsos suicidas, son algunos de los síntomas que se han vinculado a una de las enfermedades neurodegenerativas más enigmáticas y difíciles de diagnosticar/prevenir: la encefalopatía traumática crónica (ETC).

Esta enfermedad es bien conocida en el futbol americano por la relación que, supuestamente, existe entre los constantes golpes que reciben los jugadores y los síntomas de ETC. Se cree que entre más expuesto esté un jugador a los golpes, mayor será la acumulación en el cerebro de la proteína tau que atrofia las conexiones neurológicas que podrían desencadenar ETC.

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El gran problema que existe para su diagnóstico/prevención es que sólo se puede detectar por medio de una autopsia, por ello la donación de cerebros por parte de los exjugadores profesionales es de suma importancia.

Hace unas semanas, JAMA Network publicó un estudio que revela un porcentaje preocupante de exjugadores de la NFL que sufrieron ETC durante su vida y carrera. El estudio tomó en cuenta 202 muestras de jugadores de futbol americano de todos los niveles (preparatoria, universidad, y profesional), de los cuales 111 pertenecieron a la NFL. De estos 111, el 99 por ciento presentó ETC. Sin embargo, como la gran mayoría de los estudios, éste también tiene sus limitantes, ya que los exjugadores de la NFL que decidieron donar sus cerebros lo hicieron, precisamente, porque ya habían presentado síntomas o porque tenían la sospecha de padecer ETC.

A pesar de no arrojar un resultado absoluto, puesto que existen múltiples factores para desarrollar ETC -desde la disposición genética hasta el número de golpes recibidos-, el estudio vuelve a poner los reflectores sobre la brutalidad de los impactos que los jugadores reciben cada fin de semana en la NFL, y otras ligas semiprofesionales y amateur.

Tal vez en un futuro no muy lejano se pueda encontrar un patrón en el comportamiento agresivo de muchos jugadores provocado, posiblemente, por los síntomas de ETC. Tragedias recientes, como el de Aaron Hernandez, quizá puedan evitarse en unos años.