Algunas personas nos cuentan lo más cursi que han hecho en una relación

FYI.

This story is over 5 years old.

Relaciones

Algunas personas nos cuentan lo más cursi que han hecho en una relación

Hay gente que no se arrepiente de lo que hizo.

Estar enamorado en muchas ocasiones significa vivir en función del otro, no darse cuenta de lo que uno está haciendo y perder la vergüenza. A veces demostramos amor de las formas más curiosas que se nos puedan ocurrir, a pesar de que son muchas las voces que nos invitan a entrar en razón, pero no las escuchamos y seguimos.

Como resultado, casi todos hacemos algo tonto que nos produce un dolor de estomago y ganas de vomitar inmensas cuando lo recordamos. No podemos entender cómo fuimos capaces de hacer ese tipo de cosas e incluso los momentos más cursis pueden llegar a producirnos escalofríos. La vergüenza es gigante.

Publicidad

Por este motivo decidimos preguntarle a algunas personas cuáles son las cosas más cursis que han hecho en su vida.

Hay gente que no se arrepiente de haberlo hecho.

Tomás, 22 años

Cumplía un año con mi novia y para nosotros era muy importante. A mí siempre me ha gustado hacer cosas en grande, así que preparé algo. Mi vecino tenía un auto descapotable, se lo pedí prestado y fui a buscar a mi novia a la universidad acompañado de un peluche gigante, de un metro 40, que venía sentado de copiloto. La recogí enfrente de todos sus compañeros y la llevé a hacer un picnic a un parque. También le regalé entradas para el concierto de su artista favorita. Fue un gran día.

Rocío, 23 años

Estaba en mi último año de preparatoria y tenía la intención de estudiar enfermería. Un día salí de fiesta con mis amigas y conocí a un tipo, fue amor a primera vista. Él estaba súper borracho y se puso a andar en skate, se cayó y se torció el tobillo. Yo hice de enfermera y lo cuidé toda la noche, le puse hielo y unas vendas. Esa noche nos conocimos y desde ahí empezamos a salir. Es importante que sepas que en ese momento yo estaba de novia con otro tipo, pero, ¿qué le voy a hacer? Fue amor a primera vista.

Federico, 23 años

Se acercaba Navidad y no tenía nada de dinero para comprarle un regalo a mi novia, por lo que se me ocurrió una solución más económica. La pasé a buscar a su casa y la llevé a la mía, de sorpresa le había preparado una cena romántica con velas y música. Su cara de asombro fue tal que me di por pagado. Sin embargo, a medida que se fue comiendo la lasaña que le había preparado, esa cara de asombro cambió a incomodidad. Parece que mis habilidades gastronómicas no fue lo que la conquistaron.

María Luisa 23, años

Era 14 de febrero y quería darle una sorpresa a mi novio. Él compartía departamento con un amigo, por lo que hablé con su roomie para poder entrar mientras que mi novio no estuviera. Adentro del departamento pegué un montón de papeles con flechas y mensajes que lo llevaban hacia el comedor, en donde había puesto miles de flores y globos, además de un cartel gigante que decía “Feliz día, mi amor, te amo”. Me puse a cocinar la rica pasta que le tenía pensada y sentí que la puerta se abría, creyendo que era mi novio me puse a gritarle como loca para que no entrara, pero para mi sorpresa no era él, sino que era el papá de su roomie. Me quería morir de la vergüenza. Finalmente mi novio llegó mucho más tarde y se llevó una gran sorpresa, aunque hasta el día de hoy me molestan por cursi.

José, 21 años

Iba en la escuela y ya llevaba tiempo saliendo con una chica. Nunca antes había tenido nada serio y quería hacer algo llamativo para pedirle a esta chava que fuera mi novia. Nos íbamos a juntar en una plaza cerca de mi casa, por lo que pasé a comprar una bolsa de sus dulces favoritos a un local que quedaba de camino. Saqué una hoja de cuaderno de mi mochila, y en una tirita muy chica escribí “¿quieres ser mi novia?” Después de escribir esto le hice un pequeño agujero a la bolsa de dulces y le introduje el papel, para que cuando ella estuviera comiendo se lo encontrara de sorpresa. Cuando llegué a la cita le entregué los dulces, insistí en que los abriera y comenzara a comer. Se tardó un mundo en dar con el papel, y al momento en que lo vio me preguntó que qué era eso. Nervioso le hice la pregunta y ella aceptó. Un final feliz.

María, 19 años

Estaba enamorada de un chico hace varios años, él era mayor que yo, por lo que nuestro amor no podía ser correspondido. Un día supe que él siempre escuchaba el mismo programa de radio, así que decidí llamar al programa y declarar mi amor por este niño. Le conté al locutor que me gustaba este chico y le expliqué todos los problemas que podría llevarnos estar juntos (yo era menor de edad y él no). Unas semanas después nos pusimos a salir y finalmente fuimos novios. Un día le pregunté si había escuchado el programa y para mi suerte no lo había hecho. Hoy miro todo esto y me muero de vergüenza.

Joaquín, 24 años

No soy religioso, es más, me considero ateo, pero hace unos meses me fui de intercambio a Estados Unidos y esto cambió. Conocí a una chica que me gustó muchísimo. Después de salir por un tiempo nos pusimos de novios, y tuve que conocer a su familia. Aquí viene lo bueno, resulta que su papá era el pastor de una iglesia , por lo que me vi obligado a ir frecuentemente a misa, algo que no había hecho en mi vida, y todo para caerle bien a la familia de mi novia. Aún sigo con ella, así que no puedo decir con certeza si en algún tiempo me arrepentiré de todo esto.