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¡Chivas campeón!

El doblete sagrado: Tras la sequía, llega a Chivas la abundancia

Poco menos de dos años fueron suficientes, Almeyda se graduó en el futbol mexicano: Liga Mx y Copa Mx en el mismo torneo.

Un doblete que muchos conocedores quisieran presumir. Cuando llegó, en septiembre del 2005, el cliché del desconocimiento del medio nacional pesó sobre sus expectativas.

"Voy a estar acá hasta la última gota de sudor que tenga. Voy a dejar todo el fútbol que tengo. Me han juzgado sin verme entrenar"

Y vaya que Matías lo sufrió, su equipo llegó a la liguilla con una baja efectividad que apuntaba a su temprana salida y se metió a la final con un solo triunfo en los últimos nueve partidos; supo sobrevivir y creció en el camino.

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Frente a ellos, el equipo más temible de la Liga Mx, una plantilla armada a placer y sin restricciones económicas, pero que fue vencida desde el banquillo con dos partidos planteados casi a la perfección por Almeyda y un equipo que no es precisamente menor en valor económico. Matías venció en la estrategia al longevo Tuca Ferretti, cuya experiencia no sirvió de mucho porque en la vuelta su equipo se mostró inoperante. La desesperación los atacó pronto y Gignac no falló a la otra fama que se ha hecho en últimos torneos: dejó ir la boca contra los árbitros. La rabia de la derrota quedó lejos de traducirse en futbol, el coraje se mostró en los empujones, en la provocación. Álan Pulido besó el escudo frente a su afición, se desprendió de la camiseta que lo vio nacer en el futbol. Hace mucho dejó de hablar de la separación de Tigres, del lío que lo mantuvo ligado al equipo de Ferretti sin querer estarlo. Esta vez, lo hizo en la cancha. Un balón que prendió de aire determinó el rumbo en el partido definitivo. Después vendría el hombre del sacrificio, "Gallito" Vázquez, para arrancar los festejos en las tribunas del Omnilife que hasta ahora no había sido escenario de una vuelta olímpica.

Pizarro congeló el partido a placer, tiene 23 años y dos títulos de liga. Dejó al Pachuca como campeón, y un año después repite la copa como jugador determinante. Verlo conducir el balón fue siempre señal de peligro, Tigres lo intentó, pero no pudo con él ni con el jugador de 21 años que dirigió las acciones en el mediocampo: Orbelín Pineda tocó, se movió y cambió el juego. El reto de Matías era salvarlos, lo tomó mucho más en serio y le devolvió la identidad de un club que antes del argentino deambulaba con rumbo al precipicio. Regresó a la afición a las tribunas, los hizo cantar en los aeropuertos y dar serenatas al pie de los balcones de cualquier hotel en el país. Recuperó a los talentos perdidos y los posicionó entre los nombres extranjeros que habitualmente llenan las categorías protagonistas. Gabriel Amato, mano derecha de Matías Almeyda, trabajó junto a él en este proceso como lo hizo en River Plate; resistieron a las críticas de un inicio poco prometedor y volvieron a celebrar con el abrazo efusivo que corona su gestión.

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"Feliz porque hace un año ocho meses era otro el presente de este club. Haber conseguido tantos logros con un estilo muy marcado, creo que el señor nos ha dado lo que merecíamos. (…) Lo deseaba con toda el alma, fuimos firmes, convencidos de lo que hacíamos", dijo el estratega al calor de la celebración.

Jorge Vergara eligió el silencio. Dejó de ser la cara polémica del equipo y depositó la confianza en los que saben. Esta noche reapareció orgulloso de haber encontrado al líder que necesitaba. La sequía terminó después de una decena de experimentos y han obligado al odiado rival a compartir la cima con 12 títulos. "Es muy especial este título porque marca un principio y un fin. El primer título de muchos y el fin de una época muy difícil para el equipo", declaró sobre la cancha, entre abrazos.

Tigres no pudo sumar a otro grande entre sus víctimas, lo hizo contra Pumas y América con el cronómetro en mano. Al equipo de Tuca le colgaron el bicampeonato antes de disputarlo, los rivales temieron enfrentarlos desde que se colaron con la fortuna de su lado y Chivas jugó con el futbol, la historia y la camiseta por delante.

En el estadio del Guadalajara suena el mariachi: "México lindo y querido, si muero lejos de ti que digan que estoy dormido y que me traigan aquí…", algunos aficionados se mantienen en las tribunas para despedirlos, otros ya esperan en La Minerva. Chivas es campeón otra vez.